CASTELLÓ. Fue durante una visita al Museo del Prado en Madrid cuando Julio César Cano se encontró de frente con el que iba a ser el protagonista de su nueva novela. El escritor quedó tan fascinado con el Perro semihundido de Goya que en cuanto regresó a casa tuvo claro que debía escribir de él. "Me afané en saber más de la enigmática pintura. ¿Qué teme el perro? ¿Quién hostiga su existencia? ¿Adónde dirige la mirada? Me atrapó de tal manera que, sin darme cuenta, me vi enfrascado en los primeros apuntes de lo que luego sería la novela. Poco a poco fui atando cabos, solucionando dilemas e ideando una trama que tenía que desarrollar. Se lo debía al cuadro, se lo debía al perro asustado. Me lo debí a mí mismo".
La soledad del perro (Ediciones Maeva, 2023) da un giro en la saga de novelas ambientadas en Castellón que el escritor lleva desarrollando desde 2015. Esta vez el inspector Monfort investiga la desaparición de Carlos Sorlí, un rico empresario que hizo posible algo tan insólito como el traslado del Perro semihundido del Goya hasta el Real Casino Antiguo de Castelló para su exposición. La inauguración supone un hito para la ciudad y, sin embargo, Sorlí, que ha pagado una grandiosa cantidad por su traslado, no se presenta, lo cual hace saltar todas las alarmas.
Este es el punto central de la trama, pero además, el libro nos ayuda a saber cómo funciona todo el entramado de una pinacoteca. Desde cómo se gesta el traslado de una obra hasta entender la relación tan estrecha que se crea entre los conservadores del Prado y los cuadros. Un libro que escapa de su género. Así lo traslada el propio escritor a Castellón Plaza.
-Pocos thrillers hablan de arte y en concreto del funcionamiento de un museo. ¿Buscaba alejarse por completo de lo ya publicado?
-Me gusta la pregunta, porque no los hay. No he encontrado thrillers con esta profundidad en el arte y que hablen de un traslado. También es un giro con respecto a mis anteriores novelas. Supone un punto de inflexión, porque hay muchos cambios. Para introducirme en el mundo del arte hizo falta un inmenso trabajo de documentación. Los trabajadores del Prado atendieron mis correos y llamadas con mucha amabilidad. La historia es como siempre ficticia, pero la ambientación y los porqués nacen de casos reales. No quería que el tema del traslado fuera completamente engañoso.
"Cualquier cosa puede pasar menos que se toquen Las meninas de Velazquez"
-De todo lo que le contaron los trabajadores del Prado, ¿qué fue lo que más le ayudó a escribir la novela?
-Les pregunté si era posible que una pintura de Goya saliera del Prado para exponerse en un lugar como el Casino de Castelló y su respuesta fue que cualquier cosa puede pasar menos que se toquen Las meninas de Velazquez. Por lo visto en el mundo del arte no es tan extraño que una obra viaje a otro país en una exposición temporal o incluso a sitios que no sean museos. Casi todo puede ser.
-Sobre el Perro semihundido de Goya hay mucho contado, ¿por qué hacerla protagonista de una novela?
-La pintura es completamente misteriosa. Si te haces con una reproducción y la cuelgas en casa cada día encontrarás un sentido diferente a su sombra. Tiene varias acepciones. Hay quienes ven una figura humana, otros unos pájaros, hay quienes una montaña. Pero lo que más me atrapó a mí, y me motivó a escribir la novela, es la mirada del perro. No se sabe si mira a algo que lo acecha, si lo que le acecha está dentro o fuera del cuadro y realmente qué es lo que le asusta. El motivo que me arrancó a escribir fue este, el miedo a lo desconocido. Un sentimiento que acompaña a varios de los personajes. El pintor que no sabe cuál va a ser su futuro, los policías que tienen ante las muertes que van sucediéndose. Esa mirada es la que lo engloba todo.
-¿Se ha preguntado qué pensaría Goya del libro?
-Sí y seguramente pensaría que hay otro loco más indagando en sus pinturas. Desde que arrancaron las Pinturas Negras de las paredes de su casa para pasarlas al lienzo, infinidad de entendidos en arte de todas las partes del mundo han escrito tesis y conclusiones de por qué pintó esto. Pero sí, me hubiera gustado que pudiera leerlo y preguntar al maestro si le ha gustado.
-¿Cree que esta historia puede generar interés por el arte entre aquellos lectores que no acostumbran a visitar un museo?
-Me gustaría. De la misma manera que en todos mis libros incluyo un anexo con canciones para que los lectores las puedan buscar en Spotify. O cuando hago referencia a otros lectores con el deseo de que los lean. Sí que me gustaría que buscaran en Internet el Perro semihundido. El otro día un lector me envió un mensaje para decirme que no tenía ni idea de la existencia del cuadro. Si no eres un asiduo del arte puede pasar. Me contó que se había quedado sobrecogido, busco la obra y empezó a leer el libro de otra forma. Para mí eso es un regalo. Es lo que quiero. Me gustaría que admiraran la pintura.
-Sobre lo de incluir canciones le iba a preguntar. ¿Le gusta también imaginar qué banda sonora podría encajar en cada momento de la trama?
-Sí, me gusta trabajar como si se tratara de algo cinematográfico. Algo visual. Tanto el cine como las series no serían nada sin la música, quedarían huecas. Por eso, quería aportar ese punto a mi novela. Invito, en según que capítulo, a escuchar un tipo de canción. No están elegidas al azar. No son mis preferidas, son las de Monfort. A veces encuentro lectores que releen el libro con la música y cobra otro sentido. Es así, porque están pensado para eso. También incluyo al final de los capítulos un trozo de la letra que es como el resumen de lo que he dicho antes en ocho hojas.
-Otra cuestión que aparece en el libro son las apuestas ilegales en la carretera. A tantos kilómetros recorridos sin colisionar, tanto dinero. ¿Existe o podría existir en la vida real?
-Existe, desgraciadamente. Es una práctica, por supuesto, cada vez menos extendida y erradicada gracias a las fuerzas de seguridad. Pero es una historia que existe y que se cobró la vida de muchas personas. Por suerte están acabando con ello, porque es realmente muy peligroso. Hasta el apostante acaba muriendo.
"Castellón se ha convertido en una especie de personaje global del cual no me puedo apartar"
-Una vez más hace un retrato fiel de Castellón. ¿Es conveniente ambientar las obras en los lugares que uno más conoce?
-Para mí es capital, es completamente imprescindible. La razón de crear el inspector Monfort y estas seis novelas es dar a conocer al resto del mundo esta provincia humildemente. Mi ilusión es que la gente lo conozca. Se ha convertido en una especie de personaje global del cual no me puedo apartar. En esta ocasión aparece al principio Madrid, también Teruel, en otras han aparecido Barcelona y València, pero Castellón lo une todo. De alguna manera es el éxito de las novelas. A veces me preocupa que sea muy localista, pero después lectores de otros puntos del país me agradecen que lo ubique aquí y lo relate de forma tan detallada, porque refleja la sociedad de fuera de los grandes núcleos, como son Madrid y Barcelona.
-¿Hasta dónde llegarán las historias del inspector Monfort? ¿Ya tiene otro caso entre manos?
-Pues sí, ya tiene un nuevo caso. Mi manera de abstraerme de toda la vorágine de la salida del libro y las presentaciones, es escribir algo nuevo que puede cambiar o ser el germen de una nueva novela. Sobre, hasta cuándo llegará, siempre digo lo mismo; el inspector Monfort seguirá vivo mientras haya lectores. Al final son los que mandan.
-¿No contempla otros géneros?
-Vengo de escribir otro tipo de ficción e incluso gastronomía. Pero un día decidí escribir del lugar en el que vivo y con el estilo que me gusta leer. Quizá si hubiera nacido aquí no las hubiera ambientado la novela en Castelló. Si te fijas, ninguno de mis personaje es de aquí tampoco. Esto me permite no caer en estereotipos ni en recuerdos. Puedo contar cómo es la calle Mayor hoy sin pensar en cómo era hace 50 años.
A la ciudad llegué hace 25 años. No puedo retrotraerme al pasado, porque no lo he vivido. Hoy Castelló es más cosmopolita. Hay mucha más oferta cultural. Me han llegado a decir que cuente un asesinato del año 26, pero eso no me interesa. Es una obra más actual.
-Ah, como curiosidad, ¿ha recibido el Prado la novela?
-Sí, lo tienen. Son super fans.