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La empresa recurrió el pasado mes de mayo la anulación de la adjudicación en los tribunales

La compañía belga Fosbury, adjudicataria de la antigua Estación Marítima, se declara en concurso

15/06/2021 - 

VALÈNCIA. La compañía belga Fosbury's Mom, empresa adjudicataria de la antigua Estación Marítima de València, se ha declarado en concurso de acreedores. Así lo recoge el Registro de Solvencia de Bélgica, donde consta cómo el pasado 4 de mayo Fosbury's Mom NV, matriz del grupo de empresas de coworking con la marca Fosbury & Sons, entraba en una situación de dificultad financiera que le complica aún más la ejecución del proyecto en la Marina de València. 

Esta mala situación económica se suma a la sentencia del juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de València que anuló, también el pasado mayo, la adjudicación para desarrollar un polo tech en el espacio tras un recurso de la propuesta valenciana Valencia Innovation DistrictUna decisión judicial que invalidaba el canon pero que la compañía belga recurrió para, a día de hoy, continuar con el contencioso en vía judicial. 

Ha sido el Tribunal de Comercio de Amberes el que ha tomado las riendas del proceso y ha adjudicado la gestión de la crisis a una figura equivalente al administrador concursal español. Este tendrá que evaluar las posibilidades de aplazamiento de pagos y ver si es posible salir del concurso o, si se diera el caso, liquidar la compañía. Fosbury's Mom NV es el holding del grupo Fosbury & Sons, compuesto por una filial para cada uno de sus cinco coworkings.

La compañía, que tiene cinco espacios repartidos entre Bélgica y Amsterdam, utilizó la sociedad matriz ahora en concurso para presentarse a la licitación en la dársena, tal y como consta en la adjudicación realizada por el Consorcio Valencia 2007. Esta entidad es la encargada de consolidar las actividades y operaciones de la marca Fosbury & Sons y gestionar su expansión. 

Sin noticias de su filial española

Curiosamente, en la memorias anuales de 2018 y 2019 -últimas despositadas- no aparece ninguna mención a la adjudicación de la concesión de la Marina de València, que se produjo en 2018 y cuyo contrato se firmó en 2019. Tampoco se incluye entre las participadas su filial española Fosbury and Sons Marina Spain Investments SL, creada en 2019 en Madrid, participada al 100% por Fosbury's Mom y administrada solidariamente por dos consejeros de la compañía belga, según consta en el Registro Mercantil.

Según consta en uno de los expedientes del proceso, Fosbury's Mom NV iba a ser la encargada de firmar el contrato de la concesión, pero se apuntaba a la necesidad -por razones fiscales y legales- de que Fosbury fundara, tras la adjudicación, una sociedad española con sede en València para contratar empleados, a la constructora o firmar con clientes, entre otras cuestiones. A día de hoy, la compañía dispone de dos sociedades: Fosbury's Mom NV, con sede en Barcelona y aparentemente inactiva -no hay anotaciones en el Registro Mercantil-, y la citada Fosbury & Sons Marina Spain Investments.
 
Marina de València.

A pesar de presentarse al concurso con dicha sociedad, en el mencionado expediente se manifestaba la necesidad de trasladar la concesión, tras la adjudicación, a la futura Fosbury & Sons Valencia. Sin embargo, en las dos sociedades españolas apuntadas anteriormente, cabe señalar la nula actividad registrada en las mismas y la falta de mención a este tipo de modificaciones. Sobre los datos económicos requeridos en los pliegos, Fosbury's Mom manifestaba que, al ser una sociedad creada en 2017 -el concurso se adjudicó en 2018-, no disponía de un histórico de cuentas anuales ni declaraciones fiscales. Aunque sí apuntaba a un capital social de 1,5 millones.

Según las cuentas de 2019, a 31 de diciembre de ese año el capital realmente suscrito ascendía a 700.000 euros, de los que faltaban por desembolsar 45.000. La empresa ya presentaba entonces una situación muy delicada, con una deuda a corto plazo de 8,17 millones de euros -casi toda en el epígrafe "otras deudas", sin especificar- y un activo circulante de apenas 510.000 euros. El grueso de su activo -8,6 millones- lo formaban sus empresas filiales, tres de las cuales sumaron unas pérdidas ese año de 3,1 millones, otra acabó en beneficio cero y solo una logró unas ganancias de 49.636 euros.

"Con esta evidencia del concurso, no es una empresa que cumpla los criterios mínimos de solvencia financiera para afrontar las obligaciones derivadas de la licitación", señala el abogado Juan Manuel Revuelta, ubicado en Bruselas, y quien confirma la validez de las fuentes de información consultadas. "Habrá que estar muy atentos en los próximos meses porque, como todo concurso, habrá que ver cómo se han liquidado los activos". Cabe recordar que, aunque no trascendió la inversión de Fosbury en el proyecto de la Estación Marítima, el resto de adjudicatarios de bases han invertido entre uno y tres millones de euros para su reforma.

Mientras, el despacho Gómez-Acebo & Pombo Abogados, representante de la compañía belga en la presentación del recurso a la sentencia judicial, ha rehusado responder a Valencia Plaza respecto a las circunstancias del que iba a ser el primer proyecto internacional de la compañía.

Las compañía, parada por la covid

Según recogía el periódico belga The Brussels Times el pasado 3 de junio, la compañía había puesto el freno a su objetivo de expandir a doce los espacios para 2023, debido a la crisis originada por la pandemia de covid-19. "Nuestros clientes se mantuvieron bastante leales a nosotros, pero las nuevas ubicaciones no experimentaron crecimiento. A la gente no se le permitió ir a la oficina. No atrajimos ningún cliente nuevo mientras nuestros contratos de arrendamiento continuaron vigentes ", señalaba Maarten Van Gool, gerente de la compañía, a dicha publicación.

El grupo, según consta en las cuentas registradas en 2019, tiene como principales accionistas a Panta Holdings, empresa propiedad de Jaap Rosen Jacobson, y la compañía Lifeworld, liderada por Serge Hannecart, con un 35% cada una. En el expediente de la Marina de València también aparecían como accionistas sus dos gerentes, Don Maarten Van Gool y Stijin Geeraerts, con un 15% cada uno, que continuaban con sus participaciones en 2019 -última memoria publicada- pero que, según The Brussels Times, habrían vendido sus acciones a socios externos cuando comenzaron las dificultades debido a la pandemia.

Cabe recordar que, en medio del clima generado por el recurso y la covid, la firma entró a negociar el pasado verano con la gestora de capitales valenciana especializada en promoción inmobiliaria White Investing la venta de la filial que se iba a hacer cargo de la concesión, que no había acometido la reforma del espacio. Se abordó un preacuerdo de venta a los inversores valencianos en el que la firma belga se quedaría como gestora del activo. Mientras, desde la Marina de València continuaron en conversaciones con otras grandes compañías dispuestas a estudiar la cuestión ante la inacción de la compañía de Amberes. Sin embargo, ninguna de las negociaciones prosperó.

Dos años con el proyecto paralizado

Más de dos años después de adjudicarse, la compañía especializada en coworkings seguía sin poner en marcha el espacio tras ser elegida en noviembre de 2018 para gestionar el recinto por 25 años. Fue en mayo de 2019 cuando se daba a conocer el recurso de Valencia Innovation District al no estar conformes con la adjudicación y que, parece ser, hizo poner freno a la empresa belga en el desarrollo de un proyecto que a día de hoy sigue bloqueado.

A juicio de la propuesta valenciana, los belgas incumplieron los pliegos al presentar un canon variable, cuando la exigencia de los pliegos era la de un canon fijo obligatorio. Pese a ello, la Mesa de contratación no solo dio por buena la propuesta, sino que la puntuó por encima de su rival, que había obtenido mejor calificación en la parte técnica.

En este sentido, el objeto principal de la demanda era cuestionar la legalidad de este canon escalonado ofrecido por Fosbury & Sons, que dividía en su propuesta la cuantía de los pagos en tres fases: del mes 7 al 12 un pago mensual fijo de 15.250 euros, el segundo año de concesión un importe mensual fijo de 20.950 euros y a partir del tercer año el importe mensual fijo ascenderá a 26.650. 

A ésta sumaba un canon variable del 1% sobre los ingresos de Fosbury & Sons Valencia a partir del año fiscal 2020. Mientras, la oferta de Valencia Innovation District era de 15.833 euros mensuales durante toda la concesión. El recurso presentado por los impulsores de la oferta valenciana señalaba la imposibilidad de aplicar la fórmula matemática prevista en los pliegos para calcular el canon de su rival de forma directa, un argumento que finalmente ha sido respaldado por la justicia, a falta de dirimirse el recurso de la compañía adjudicataria.

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