BRUSELAS. Ropa, calzado deportivo, perfumes y juguetes son los principales productos falsificados que llegan de China a las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE). La estricta legislación de patentes y de propiedad intelectual no ha impedido que el valor añadido de la marca “EU” sobre fondo azul fuera utilizado por otros países asiáticos, principalmente, para falsificar nuestros productos de calidad. La novedad es que el 85% de estos productos llegaban a través de empresas de mensajería y fueron comprados online.
En 2019 se incautaron productos falsificados con un valor minorista de más de 760 millones de euros en las fronteras exteriores de la Unión Europea, según un nuevo informe publicado ayer por la Comisión Europea. Si bien esta cifra representa un aumento de valor de 20 millones de euros en comparación con 2018, el número de detenciones aumentó en más del 30% en el mismo período. Este informe anual ofrece una descripción general del trabajo realizado por los funcionarios de aduanas de la UE, responsables de la observancia de los derechos de propiedad intelectual (DPI), en las fronteras exteriores de la UE.
El tráfico de mensajería y postal representaron juntos el 85% de todos los casos de detención. Los artículos individuales detenidos en las categorías de tráfico postal eran principalmente artículos de consumo pedidos a través del comercio electrónico, por ejemplo, zapatos, ropa y juguetes.
Los productos falsificados de uso diario que son potencialmente peligrosos para la salud y la seguridad de los consumidores, como alimentos y bebidas, artículos para el cuidado del cuerpo, medicamentos, artículos eléctricos para el hogar y juguetes, siguen siendo un problema y representan el 15,6% de la cantidad total de artículos individuales detenidos.
La innovación y la creatividad son los motores de la economía europea, y los titulares de derechos de propiedad intelectual deben tener la certeza de que sus invenciones y marcas estarán protegidas. La competitividad de las empresas europeas también depende de esta certeza. Al mismo tiempo, los productos falsificados representan una amenaza para la seguridad de los consumidores de la UE. Las autoridades aduaneras europeas desempeñan un papel único en la aplicación de estas normas en las fronteras exteriores.
Paolo Gentiloni, Comisario de Economía, declaró que “los productos falsificados no sólo afectan a las empresas legítimas, sino que también son una amenaza para la salud y la seguridad de nuestros ciudadanos y consumidores”. Y añadió que la Comisión Europea sigue comprometida con la “lucha contra esta actividad ilegal para impedir la entrada de productos falsificados en nuestro mercado único”.
El informe destaca que a las principales categorías de bienes incautados, como son los cigarrillos (21,3%) y el material de embalaje (13,6%), se han sumado este año los fósforos falsificados (20%). Mientras que los juguetes (9,6%) y la ropa (3,9%) se encuentran entre los productos mayoritarios entre las falsificaciones que se exportan a la UE. En cuanto a los procedimientos de detención, las categorías principales son ropa y calzado deportivo, mientras que perfumes y cosméticos ocupan el tercer lugar este año. En el 85% de las incautaciones aduaneras, las mercancías fueron destruidas finalmente.
En cuanto al origen de estos productos falsificados, China es el principal país de origen en términos cuantitativos (33%) y económicos por su valor (56%), de entre los productos incautados. Como en años anteriores, Turquía y Hong Kong se mantienen entre los siete primeros países. Pakistán es el mayor exportador de fósforos y Moldavia exporta material para embalar cigarrillos, siendo los primeros en términos de número de artículos. Por su parte, Marruecos exportó relojes de marca falsificados; Senegal, ropa y Serbia exporta tabaco de narguile. Todos estos productos falsifican las marcas y el etiquetado de calidad europeo sin garantías.
En total, en 2019, las autoridades aduaneras de los Estados miembros realizaron más de 90.000 incautaciones de mercancías que infringían los derechos de propiedad intelectual, que constan de casi 41 millones de artículos individuales. Ello supone un aumento del 53% en comparación con el año anterior.