escapadas hedonistas

¿La alternativa a las Fallas? Huir

Escapar del hervidero en el que se convierte València en estas fechas es posible y te contamos a dónde.

| 10/03/2023 | 6 min, 55 seg

Las amas o las odias. Creo que en esto de las Fallas no hay término medio. Y que puede que alguna cosa te guste, como a mí las mascletàs, pero todo lo que llevan intrínseco (calles cortadas, petardos por doquier, jolgorio en cada esquina...) te horrorice. No pasa nada. No eres menos valenciano porque no te gusten las Fallas. Así que en este especial en el que te hemos hablado de que comer churros y buñuelos no está reñido con ser celiaco o de cómo una paella vegana puede ser deliciosa, también te proponemos otra cosa, huir.

¿Destino? El sur. El sur siempre sana, siempre apetece, siempre nos espera. Y si ya nos chiflan de por sí ciudades como Málaga, Marbella o Sevilla, más lo hacen si aprovechamos para conocer qué hay de nuevo por allá. Primer parada en Málaga. Qué ciudad. Ya dijimos que nos recuerda en cosas a València y a nivel hedonista está imparable. Además de presentar nuestros respetos a Dani Carnero y sus fabulosos conceptos -el más nuevo La Cosmo- hay otros tantos que merecen nuestra atención. Del nuevo italiano de Antonio Banderas, Atrezzo, a Fiel de Fechos, un bar canalla y viajero con guiños a la cocina asiática y mexicana.

Otro portento son las propuestas del Only You Hotel Málaga. Carmen y Lola, una a pie de calle y la otra en las alturas. Ambas capitaneadas por Pedro Hervás. La primera funciona a modo de alta taberna inspirada en las clásicas tabernas andaluzas, con su laterío, marisco de lonja -ojo a la concha fina malagueña-, chacinas e imperdibles como el gazpacho o el salmorejo que ya empiezan a apetecer, además de platillos calientes como sus ya famosas empanadillas de atún rojo o las berenjenas fritas con miel de caña y una colección de molletes que no tienen desperdicio. De pepito de solomillo de ternera madurado, de pringá de cocido, de calamares y alioli...


Por su parte, Lola está en lo alto del hotel y tiene unas vistazas a la ciudad para caerse de culo. Abre tanto a mediodía como por las noches y en su carta encontrarás desde buñuelos de quesos payoyo con mazana asada, a un steak tartar de vaca con cecina curada o un pimiento de Palermo que asan directamente a la llama y sirven con un pilpil de sus jugos y carpaccio de picaña madurada. Hay más. Mollejas de ternera con boniato asado y tomate ahumado, arroz al horno con presa y alcachofas, lubina procedente de los esteros de Barbate o un homenaje al cochinillo confitado con membrillo y manzana de Manolo de la Osa.

¿Y en Marbella? Un ratito de coche y nos situamos en el corazón de la Costa del Sol, que también es un paraíso gastronómico. Puedes hacerte un monográfico de Dani García, que por allá ya tiene todo tipo de propuestas, de Leña a Lobito de Mar, pasando por el italiano Alelí, el japo Kemuri o Tragabuches, con el que vuelve a sus orígenes con una oda a Andalucía. También puedes acercarte a Cotxino, el nuevo bar de toda la vida de Kava, donde preparan la que posiblemente sea una de las mejores tortillas de toda Marbella y una de las ensaladillas de gamba más top de la ciudad.

Pero si lo que quieres es disfrute de lo lindo, lo mejor es El Parque, la nueva aventura de nuestro chiringuito gastronómico favorito, La Milla. El sitio parece un jardín sacado de Marrakech y puesto en medio de Marbella. Y si ya es bonito, mejor es la propuesta que han creado para este espacio Luismi Menor y César Morales, informal y sabrosona.

Frituras, finger food, producto, guisotes... Traducidos en un taco César con gamba de cristal frita, patatas bravas ibéricas, boquerones fritos, concha fina con curry de tomate o carrillera estofada. Ah y los bocadillos. El bikini de pringá con salsa de hierbabuena merece un monumento y el camperito de calamares o el tikka masala, no se quedan cortos.


Por su parte, Sevilla, no puede estar más en boga. Desde que se celebrase aquel apabullante desfile de Dior en la icónica Plaza de España, todos quieren ir. Hasta hace apenas unas semanas se celebraron allí los Goya. La ciudad del Guadalquivir se prepara para dos de los grandes acontecimientos que marcan su calendario, la Semana Santa y la Feria. Una detrás de otra, anda que no le gusta celebrar al sevillano. En estos días no es raro ver a las hermandades ensayar con los pasos de los santos que llevarán en unos días. Pero no llevan las imágenes, sino losas de granito para simular el peso del paso. Y la verdad que impresiona, menuda ardua tarea.

Más allá de eso, a ver quién no quiere ir a Sevilla, porque en materia gastronómica vive un momento especialmente dulce. A clásicos como Jaylu o Cañabota, se unía a final del verano una marisquería de Rafa Zafra. 11 años después de su marcha, el sevillano volvía a casa y lo hacía en los bajos de hotel Tayko con Mareantes. Este concepto se basa en un homenaje a los cocederos de marisco tradicionales, pero en clave cervecería-marisquería. Zafra llegó con toda la artillería y con lo mejor del mar procedente de las costas de Cádiz, Huelva, Galicia y Cataluña. ¿Con qué? Con más de 50 productos diarios que van cambiando según estacionalidad y vedas, que además muestran en una gran vitrina que preside el espacio.


En esta joyería no faltan ostras, percebes, gamba blanca de Huelva, nécoras, cigalas de Málaga y de Isla Cristina, langostinos de Sanlúcar, cañaíllas y hasta gamba roja, además de pescados como el San Pedro, besugo o rodaballo. Eso para comer así directamente como homenaje cocedero o a la brasa, porque el resto es canela fina. El arte de la fritura de Zafra, con sus excelsos boquerones fritos al limón o la escórpora frita entera o platos de esos que se cocinan a fuego lento y son estandarte de la cocina tradicional marinera, como las albóndigas de choco en pepitoria, el magro de bonito con tomate, unas navajas en escabeche o unos garbanzos con langostino y espinacas. Y no faltan tampoco fetiches del chef, como el erizo con tartar de gamba y caviar o el suculento trikini de salmón ahumado con bogavante y caviar.

El otro imperdible de la ciudad viene del norte. ¿Qué hace un vasco en Sevilla? Pues afianzar uno de los proyectos más interesantes de la ciudad, el restaurante Basque. Y el vasco al que nos referimos no es otro que Eneko Atxa. En los bajos del Radisson Collection Hotel en plena plaza de la Magdalena, abría este concepto que tantas alegrías le ha dado. Ahora, para recibir la primavera estrena nuevos platos y menús que vas a querer probar más pronto que tarde. La idea son recetas típicas vascas, pero muchas de ellas elaboradas con producto local.

De locurita están la tartaleta de atún y caviar o su Guiness del bosque, que imitando el color y la espuma de la popular cerveza irlandesa, es un viaje de ida y vuelta al bosque, con un saborazo a setas. Puedes seguir con un estofado de trigo que coronan con yema de huevo de caserío o con su particular versión del pescaíto frito, para el que se sirven de pescado del día que acompañan con una bilbaína picantita y adictiva. Dos culturas tan diferentes nunca habían sabido tan bien juntas.

Venga, que escaparse de las Fallas este año tiene premio.


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