El informe de fiscalización de la Sindicatura no detecta incumplimientos significativos en la contratación
VALÈNCIA. (EP). La Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) registró un incremento del 10% en los ingresos por venta de entradas en 2017, un ejercicio en el que sin embargo la sociedad perdió 24,2 millones de euros, frente a los 14,14 millones de pérdidas de 2016.
Así consta en el informe de auditoría de las cuentas anuales realizado por un auditor independiente que la Sindicatura de Comptes adjunta a su informe de fiscalización de Cacsa, que ha sido publicado este miércoles.
El número de entradas generales vendidas fue de 2,42 millones, un 13% más que el año anterior: 1,39 en el Oceanogràfic, más de 681.000 en el Museu de les Ciències y 354.000 en el Hemisfèric.
Respecto a la procedencia de los visitantes, un 60% fueron españoles (+16% respecto a 2016) y el 40% restante extranjeros (+12%). Dentro del visitante nacional, el 37% procede de la Comunitat Valenciana y en cuanto a los internacionales, la mayoría eran italianos (el 29% del total), seguidos de franceses (14%) y rusos, ingleses y alemanes (un 7% en todos los casos).
El aparcamiento de l'Umbracle obtuvo unos ingresos de 509.000 euros, lo que supone una reducción del 2% que se atribuye al cierre temporal de una discoteca en el espacio, y en cuanto al negocio de los eventos, los ingresos por el alquiler de espacios, la cesión de imagen y el canon por el servicio de cátering han sido de 1,12 millones de euros, un 42% más.
La cuenta de pérdidas y ganancias de 2017 refleja un resultado negativo de 24,23 millones de euros, con un importe neto de la cifra de negocios de 18,9 millones, por encima de los 15,6 del año anterior, los gastos de personal se reducen ligeramente hasta 5,6 millones. El resultado de explotación es de -17,18 millones de euros, frente a los -4,69 millones del año previo.
En el informe de fiscalización de las cuentas anuales de CACSA, la Sindicatura no detecta incumplimientos significativos en la contratación, aunque si realiza algunas recomendaciones para mejorar la gestión económico-financiera, entre ellas evitar la formalización de prórrogas de los contratos en aquellos en los que no se previó esta posibilidad en el contrato original o actuar en la tramitación de los contratos menores "con más rigor, limitando el acceso a los procedimientos de urgencia a los supuestos en los que se encuentre justificado y agrupando los contratos en todos aquellos supuestos en los que sea posible".
Asimismo, el informe recoge algunas observaciones, como la existencia de un fondo de maniobra negativo en 40,3 millones de euros al cierre del ejercicio 2017. Además, indica que continá la posición deudora de la Generalitat por la deuda financiera asumida por cuenta de CACSA por 277,87 millones.
Asimismo, señala que la memoria informa de la existencia de deterioro en el trencadís de la cubierta del Ágora --que albergará el CaixaFórum--, que CACSA no ha podido estimar en la fecha de formulación de las cuentas iniciales.
No obstante, recuerda que en marzo de 2017 se formalizó una adenda al contrato inicial para la ejecución de las obras del recinto y la urbanización colindante por la que el contratista se compromete a realizar las actuaciones necesarias para el revestimiento del trencadís sin que las mismas supongan coste alguno para CACSA.