Hace nueve meses, lo que dura un embarazo, escribíamos ya sobre los problemas que iba a ocasionar la política expansiva de China en su mar Meridional, ahora un fallo de la Corte Permanente de Arbitraje internacional manifiesta que las pretensiones chinas no tienen fundamento
VALENCIA. El alto tribunal internacional que resuelve las controversias mediante arbitraje ha dictado una dura resolución contra China, el fallo no sólo supone quitar la razón a China sino además evidencia sus torticeras actuaciones en el conflicto por la soberanía de las aguas del mar meridional y todos sus islotes y arrecifes.
Esta resolución desenmascara oficialmente frente a la Comunidad Internacional a China como actor mundial bonachón y casi pacifista, antaño representante del tercer mundo, a pesar de ser una superpotencia, con armamento nuclear además, que no actúa como tal pues sólo pretende la cooperación y las buenas relaciones con todos los países, aunque sean democracias o dictaduras, en una versión de neocolonialismo populista.
Les voy a resumir las conclusiones del alto tribunal, una larga sentencia con medio millar de hojas, y que sólo la nota de prensa ocupa 11 folios; en primer lugar respecto a los derechos de soberanía y explotación sobre la zona económica ¨no había base legal para China para reclamar los derechos históricos¨ y además y unos bancos de arena, arrecifes o ¨rocas" que no generan una zona exclusiva económica¨ ni el derechos la explotación de los recursos y yacimientos marinos, en segundo lugar la Corte internacional afirma que China ha impedido a Filipinas el uso de la explotación de los recursos impidiendo incluso a los pescadores trabajar y provocando un grave deterioro en el fondo marino y el arrecife de Coral, violando los artículos 192-194 de la Convención para preservar y proteger el medio ambiente marino, y en tercer lugar manifiesta que China ha violado su obligación de abstenerse de agravar o ampliar las disputas entre las partes del arbitraje mientras dure el proceso de solución.
La respuesta de China al fallo judicial ha sido variada desde menospreciarlo al no reconocerle validez alguna, a inaugurar dos nuevos aeródromos sobre arrecifes artificiales y hasta desarrollar maniobras militares, nada halagüeño. Es por eso que los países costeros del mar meridional (hay seis en disputa) manifiestan su preocupación e incertidumbre ante esta posición de China (Filipinas ya ha sufrido alguna represalia económica) y miran hacia su aliado americano esperando a que les ayude a la contención de la gran Dragón rojo, que está copiando, al igual que en otras cosas, la teoría estratégica anglosajona del Almirante Alfred T. Mahan de la Talasocracia (ya existente en la Polis Ateniense) que se expresa de forma resumida así, quién domine los mares dominará el comercio internacional y quien domine el comercio internacional dominará el mundo.
Recuerden la importancia geopolítica de la región, no sólo por los ricos yacimientos en hidrocarburos que yacen en el subsuelo, sino porque en esa zona navega alrededor del 70% del comercio internacional no sólo ya por China y Japón (2ª y 3ª economías globales) sino por los antiguamente llamados los cuatro tigres o dragones asiáticos Corea de Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong (hoy región especial de China). En este caso al igual que en otros puntos del planeta y otras ocasiones los USA se han posicionado siempre al lado de la libertad en la navegación de los mares, estrechos o golfos (acuérdense de los incidentes del golfo de Sirte o del de Tonkin), además de hacer de contrapeso estratégico de China.
Y ya concluyendo, me sorprende (o no) que esos paladines defensores del derecho internacional (Dios nos libre de esos libertadores-libertarios que acaban en liberticidas) no hayan salido a manifestarse a favor de la empobrecida y débil Filipinas en contra de la poderosa y rica China comunista al igual que hacían por Guantánamo (que por cierto Obama todavía no ha cerrado) o esos ecologistas que se manifiestan contra el fracking o en defensa de la selva amazónica y no lo hacen para defender los arrecifes de Coral del mar Meridional destruidos por los chinos y sus islas artificiales. Pero ya saben, contra los americanos algunos viven mejor, y al llevar todavía enroscada la boina del Ché en la cabeza eso les impide ver que el mundo ha cambiado.