Hoy es 6 de octubre
VALÈNCIA. Cuando los organizadores de Hábitat, una de las más arraigadas y rentables de cuantas se celebran en Feria Valencia, decidieron volver a sus fechas tradicionales de septiembre, ni siquiera podían intuir que la verdadera reválida iba a llegar cuatro ediciones después. El vértigo de entonces no es nada comparado con el reto que se les presenta ahora: garantizar la celebración del certamen el mismo año en el que una pandemia mundial ha puesto patas arriba la manera de relacionarnos, de viajar y de hacer negocios.
La sacudida ha sido de tal magnitud que, aunque tanto los gestores del recinto como todo el sector del mueble trabajan con la expectativa de mantener las fechas programadas entre el 22 y el 25 de septiembre, la realidad es que hasta la segunda mitad de junio no se tomará la decisión definitiva de si continuar adelante o posponer su celebración para el año que viene.
Hasta llegar a ese punto, ambos trabajan coordinados en prepararse para lo que, a la sazón, no solo será una prueba de fuego para un sector que no ha quedado al margen de cierres y ajustes de plantilla, sino que además será un banco de pruebas con el que Feria Valencia pretende demostrar que estos grandes certámenes comerciales son compatibles con la máxima seguridad sanitaria. Se trata de testar si, a la espera de una vacuna que permita al mundo superar la pandemia del coronavirus, pueden ser viables en la 'nueva normalidad'. "Estamos echando el resto", confiesan.
Cada uno lo hace en su papel. Por un lado, Feria Valencia avanza en el estudio de toda clase de medidas que se puedan aplicar para adaptarse a esa realidad, condicionada por el distanciamiento físico y el refuerzo de la higiene; por otro, el sector del hábitat, con la asociación de exportadores del mueble Anieme al frente, se centra en cultivar los contactos, movilizar a los expositores, convencer a los clientes y realizar las gestiones necesarias para intentar que esta edición, pese a esos condicionantes, sea un éxito.
Con todo, aunque la maquinaria está en marcha, la organización que preside Amparo Bertomeu se ha trazado una línea roja: si no se les puede asegurar a los expositores el éxito de la edición de este año, Hábitat tendría que esperar su momento en 2021. "La feria es para hacer negocio y para ello ha de haber expositores y compradores", asegura Bertomeu.
"No me imagino un septiembre sin Hábitat. Puede cambiar, pero no entra en nuestra mente. Los expositores tienen ganas de que se celebre, pero nosotros tenemos que garantizarles que la feria va a tener el éxito de la situación que se espera que podamos tener en septiembre", explica la presidenta de Anieme, quien destaca algunas de las medidas de seguridad que Feria Valencia tiene previsto aplicar por primera vez con motivo de Hábitat.
Entre ellas sobresalen la instalación de arcos de desinfección mediante ozono en los accesos, la renovación de la señalización interior para optimizar el tránsito de visitantes, la ampliación de los pasillos y corredores, la apertura de una mayor superficie en el área mall para que los asistentes puedan estar más distanciados o la instalación de dispensadores de solución hidroalcohólica desinfectante, entre otras muchas medidas.
Feria Valencia analiza el patrón de movimiento de los visitantes para minimizar el contacto con objetivos y optimizar el tránsito interior
Bertomeu trabaja estos días de manera estrecha con el director de Feria Hábitat, Daniel Marco, y con el responsable comercial del recinto, Jorge Fombellida. Ellos se centran en la seguridad de visitantes y expositores y la responsable de Anieme, en la gestión de los contactos con los fabricantes y la logística que rodea a la feria: desplazamientos, alojamiento, restauración, organización de reuniones...
"Los hoteles nos están diciendo que reabrirán en julio y en septiembre ofrecerán camas con todas las garantías. Para que Hábitat tenga todas las garantías del mundo hay que reactivar la restauración y convencer a los clientes de que merece la pena venir. Se hará todo lo que se tenga que hacer", asegura Amparo Bertomeu.
El calendario juega a favor de Hábitat para confiar en la celebración de este año. De hecho, de este enorme problema puede surgir una gran oportunidad: la convertir a València en la sede del principal certamen del mueble de cuantos se podrán celebrar en este año en el que la crisis sanitaria ha hecho saltar por los aires las programaciones de muchos grandes recintos feriales.
De hecho, el gran rival de Feria Valencia como certamen europeo de referencia en el sector del hábitat y la decoración, el Salone del Mobile de Milán, tuvo que ser pospuesto para junio y posteriormente cancelado hasta 2021. De ahí que el afán de Anieme y Feria Valencia por sacar adelante su feria sea máximo, porque no es probable que pueda repetirse una ocasión así.
Amparo Betomeu destaca también que en septiembre están previstas dos ferias internacionales del sector en París (l'Equipe Hotel) y Fráncfort (Light + Building) y otra el 3 de septiembre en Ifema (Intergift). Todas ellas están programadas antes de Hábitat, lo que permitirá fijarse en cómo va su preparación en las próximas semanas para como termómetro de la situación.
La mayor incertidumbre, según reconoce a Valencia Plaza la responsable de Anieme, es la reactivación del mercado nacional tras el obligado cierre de los comercios del mueble y la respuesta de los compradores internacionales, que no se sabe cómo van a reaccionar. "Europa no va a ser un problema, pero los terceros países en Asia y EEUU son una incógnita porque no sabemos cómo estará la movilidad en septiembre", relata Amparo Bertomeu.
Hábitat tendrá la referencia de las otras tres ferias del sector que se celebran previamente en septiembre
A ello se suma, a su juicio, el impacto que tendrá en la reputación exterior de España la gestión de la crisis. "¿Un chino va a venir a España a una feria si percibe riesgos?", se pregunta la presidenta de Anieme, quien considera que la reactivación económica pasa por la adopción de medidas de flexibilidad y la llegada de financiación por parte del Gobierno.
"No estamos dando una imagen de confianza en la gestión de esta crisis y la confianza es fundamental para la economía. Podemos hacer la mejor feria del mundo, pero si no confían en nosotros como país… Sabemos que desde el 4 de mayo abren en Alemania todos las tiendas de hasta 800 metros, lo cual ya nos permite enviar material. Sin embargo aquí aún no se nos dan directrices claras", lamenta.
Con todo, Bertomeu asume que una parte de la demanda se perderá por falta de medios. A día de hoy sigue siendo una incógnita cuál será el escenario de la movilidad global en septiembre. Con gran parte de las fronteras cerradas y los vuelos internacionales reducidos al mínimo, es previsible que el restablecimiento de los viajes internacionales aún lleve tiempo.
Por ello, y con el objetivo de no privar a esa parte de clientes desatendidos por las circunstancias, Anieme y Feria Valencia ofrecerán la primera edición virtual de Hábitat. Se trata, según explica Amparo Bertomeu, de un escenario "complementario" y nunca sustitutivo del evento presencial con el objetivo de no perder a los clientes que no puedan venir a València.
Se filmará y renderizarán todos los espacios de Hábitat, lo que obliga a tener todo el montaje dos días antes
"En paralelo a la feria física, será una feria virtual donde podamos convencer a los clientes que no pueden o no quieran volar y de mostrarles a ellos también las novedades que no hemos podido exponer físicamente en Milán", explica.
Para ello, se filmará y renderizarán todos los espacios de Hábitat –prevista inicialmente en ocho pabellones y 80.000 metros cuadrados–, lo que obliga a tener todo el montaje que implica el certamen dos días antes de su inauguración.
La gran ventaja que ofrece este formato, destaca Bertomeu, es que una vez se tiene lanzada la feria virtual la duración de la misma se puede alargar a posteriori todo lo que se quiera, lo que entre otras cosas multiplica las opciones de establecer contactos comerciales, por ejemplo.
Todas las medidas de higiene y distanciamiento que estudia aplicar Feria Valencia serán recogidas en una suerte de catálogo que se presentará a finales de junio con una validación sanitaria. Para ello, Feria Valencia trabaja estos días de forma coordinada con la patronal nacional del sector (AFE) y con el asesoramiento de personal sanitario.
Convertir a Feria Valencia en el espacio "más seguro posible" en el mes de septiembre implica también renovar los materiales de montaje y evitar por ejemplo el uso de moquetas, muy difíciles de desinfectar. También se realizarán disparos de desinfectante para la limpieza y desinfección de las instalaciones durante la celebración de los certámenes.
No habrá papeles ni folletos. La imagen de decenas de visitantes sacando trípticos y mapas de urnas de metacrilato pasará a la historia. Toda la documentación será digital. Para ello, Feria Valencia ya dispone de una app que incorpora toda la documentación necesaria para visitantes y expositores, desde las acreditaciones a los planos del recinto y el directorio de expositores.
De la mano de AFE, además, Feria Valencia está realizando un estudio sobre el patrón de movimientos de los visitantes en una feria. Con ello se pretende detectar todos los contactos físicos para sustituirlos. Por ejemplo, ya no habrá que pasar por un mostrador para rellenar una ficha con un bolígrafo que tocan cientos de personas. Se trata de reducir el riesgo de contagio al máximo.
"Hábitat tiene que ser el momento para demostrar cómo nos hemos adaptado y cómo potenciamos el papel de la feria como conector de oferta y demanda", destaca un portavoz de la organización. "La crisis económica nos va a pasar factura a todos, pero incluso en estas ocasiones surgen oportunidades", añade.
El tránsito de Feria Valencia a la 'nueva normalidad' tras la crisis del Covid-19 no será sencillo. De hecho, la organización ha sufrido su impacto de manera intensa. Primero, con la obligada cancelación de certámenes como Fimma-Maderalia y más adelante con la aplicación de un ERTE para toda su plantilla del que no saldrá hasta que se levante el estado de alarma.
El ritmo habitual del recinto ferial se ha visto sacudido de tal forma que los pabellones que antes llenaban visitantes y expositores ahora están ocupados por los ninots de falla que no pudieron ser quemados por la cancelación de las fiestas o por los palés de material sanitario para luchar contra la pandemia, ya que el Consell está utilizando la Feria como almacén centralizado del material que llega en avión desde China.
Pero si alguna lección han extraído los gestores del recinto ferial valenciano es que, en la era de la globalización de los negocios, algo tan a priori remoto y ajeno como una crisis que comenzó en el otro extremo del planeta, puede puede cambiar la realidad de manera repentina. Por ello, ahora trabajan en aplicar todo lo que queda bajo su control para aprovechar las oportunidades que surgirán de la crisis.