VALENCIA. La Generalitat sigue inyectando dinero a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (Cacsa) para enjugar pérdidas. En esta ocasión, 40 millones que estaban presupuestado en 2015 pero que han terminado de ingresarse el 20 de septiembre de 2016, aunque habían sido asignados por el consejo de administración designado por el Gobierno popular.
El 2015 fue un año complicado contablemente para Cacsa, ya que finalmente decidió dejar fuera de sus cuentas, después de muchos presupuestos incluyéndola, la venta de la parcela sobre la que se proyectó la construcción de los tres rascacielos que diseñó el arquitecto Santiago Calatrava y que quedaron en el nivel de maqueta.
Esto provocó que a pesar de que la previsión del presupuesto de 2015 del anterior equipo de Hacienda que cerraba el ejercicio con unos beneficios de 146 millones, la previsión del nuevo Consell era de unas pérdidas de 29,5 millones que finalmente se elevaron a 47 millones. De hecho, el auditor quiso incrementarlas hasta 100 al entregar al Ayuntamiento de Valencia el puente de l'Assut de l'Or, también diseñado por Calatrava.
"En 1999 se firmó un convenio que venía a decir que la Generalitat siempre estará detrás de Cacsa", explica Enrique Vidal, director general del complejo, y que recuerda que la ampliación de capital de este año es de 27 millones. En 2015, Avanqua, del grupo Aguas de Valencia, también asumió la gestión y explotación de los edificios e instalaciones del Oceanogràfic y el Ágora, por lo que se abrió un nuevo capítulo para el recinto.
Recientemente, Cacsa también licitaba el contrato para las obras de rehabilitación estructural del Oceanogràfic en cuatro lotes. Los trabajos prevén actuar sobre estructuras de hormigón y metálicas del complejo, así como solucionar filtrados y humedades del complejo y asientos diferenciales para el que ha destinado un presupuesto estimado de 423.384 euros sin IVA. Una obra que se acomete dieciséis meses después de entrar Avanqua en la gestión.