VALÈNCIA. La Conselleria de Sanidad toma finalmente medidas ante el descontrol de contagios por coronavirus generado en la ciudad de València en las últimas dos semanas. Aunque la posibilidad de cerrar parte del ocio nocturno y atajar así los brotes de difícil trazabilidad -como sí hicieron en Gandia-, estaba sobre la mesa desde finales de julio, el departamento de Ana Barceló ha ido retrasando la decisión hasta tener que acabar cediendo a la evidencia. Lo hace, además, con una opción acotada a la capital y blanda porque, aunque no impone el cierre como tal, aboca al mismo tanto a pubs como a discotecas.
Este jueves, la consellera de Sanidad anunciaba limitaciones exclusivas para la ciudad de València que estarán vigentes durante dos semanas. Entre ellas, que bares, restaurantes, discotecas y pubs tendrán que cerrar a la 1:30 de la madrugada, un límite que prácticamente deja sin recorrido a los dos últimos, que habitualmente pueden abrir hasta las 4 y 7 y media de la mañana, respectivamente. Una decisión 'a medias' que llega en la segunda quincena del mes de agosto, semanas después de que tanto la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, como el alcalde de València, Joan Ribó, se manifestaran a favor de tomar medida respecto al ocio nocturno. "Es una quimera", aseguraba la vicepresidenta.
Fue el 23 y 24 de julio cuando surgieron los brotes en Umbracle y Mya que encendieron las primeras alarmas, con una decena de trabajadores contagiados. Sanidad trató de realizar test PCR voluntarios a los alrededor de 4.000 asistentes a estas dos discotecas de València cuando se produjeron los contagios. Fueron las discotecas las que contactaron a los asistentes por correo electrónico, pero esta campaña finalizó con tan solo 414 PCR realizados y 38 positivos.
Sin embargo, desde la Conselleria continuaron quitando hierro a los contagios en el ocio nocturno incidiendo en los positivos generados en las reuniones familiares y de amigos.
Al horario reducido, que prácticamente aboca a pubs y discotecas a establecer un horario vespertino, también tendrán que sumar el no poder tener pista de baile y una limitación del aforo al 60%, aunque se podrán colocar mesas con la distancia de metro y medio entre ocupantes. En este sentido, el sector no entiende la fórmula planteada. El presidente de la Federación de Ocio y Turismo (Fotur), Víctor Pérez, aseguraba a este diario que consideraba más adecuado "decretar un cierre del ocio nocturno, antes que anunciar esta medida", al advertir en ella cierta inseguridad para los negocios del sector. "Si abrimos a la una de la madrugada, ¿vamos a cerrar en media hora?", se preguntaba Pérez. Así, subrayaba, una medida contundente habría despejado dudas a los empresarios del sector, que se debaten entre acogerse a los ERTE o continuar abiertos.
Las restricciones llegan finalmente a pesar de la insistencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en no estigmatizar a este sector. A finales de julio, se insistía en que la Comunitat Valenciana mantenía la trazabilidad de la inmensa mayoría de brotes, por lo que descartaba tomar esta medida que ya habían adoptado regiones vecinas como Murcia. Insistía Puig, además, en que el sector de la noche cumplía las normas y confiaba en los empresarios para adecuar los espacios y en los jóvenes para usar mascarilla y guardar distancias.
Sin embargo, tal y como reconocía Barceló este jueves, las restricciones responden al crecimiento de los brotes en València, que ya concentra el 35% del total en la Comunitat Valenciana con 63 de los 180 generados durante este tiempo. "En València estamos perdiendo la trazabilidad y no se sabe cuál es el paciente cero porque hay movilidad", justificaba. En este sentido, señalaba que aunque las medidas son inicialmente para la capital, próximamente podría extenderse a otras ciudades o provincias. De hecho, las cifras de contagios en la Comunitat Valenciana se han multiplicado por 15 en el mes de agosto, en el se acumulan 2.877 casos positivos, mientras que en junio se registraron 180 y en julio 168.
Diez personas por mesa en la hostelería
En la hostelería, todos los establecimientos de València deberán asegurar la distancia de 1,5 metros entre personas situadas en diferentes mesas -entre comensales y no solo entre las mesas como hasta ahora- y la ocupación será de un máximo de diez personas por mesa o agrupación de mesas. "La distancia no se está respetando entre comensales y queremos que se mantenga", insistía Barceló.
Los bares y restaurantes de València deberán cerrar a la 1:30, al igual que las discotecas y locales de ocio nocturno. Al mismo tiempo, el botellón o consumo colectivo de alcohol en las calles de València queda declarado como "situación de insalubridad", de modo que no estará permitido como hasta ahora.
Mientras, en los hoteles y alojamientos turísticos, las zonas comunes tendrán un tope del 60% de capacidad máxima de aforo y las actividades grupales quedarán limitadas a 25 personas. De la misma forma, en las actividades culturales al aire libre, el aforo no podrá superar el 60% y la mascarilla será obligatoria aunque se pueda guardar la distancia. En los conciertos al aire libre la distancia también deberá ser de metro y medio.
Otra de las restricciones es que las reuniones en el ámbito social de carácter privado no podrán exceder de 15 personas, tanto para familiares como para amigos, ya que Sanidad viene detectando que son los espacios de mayor incidencia por la relajación y la confianza. Las medidas entrarán en vigor este viernes 14 de agosto con su publicación en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGV) y serán de aplicación durante 14 días naturales hasta prácticamente final de mes.
Como se apuntaba, el alcalde de València, Joan Ribó, ya había solicitado hace más de medio mes la restricción del ocio. Entonces, el primer edil creía "conveniente" poner en marcha decisiones de calado para evitar más contagios. En este sentido, este jueves Ribó se valoró "positivamente" las nuevas medidas para contener los rebrotes en el Cap i Casal.
"Hay un ámbito concreto que cabe destacar: el de las reuniones en locales de ocio ligados a la hostelería, que quedan más limitadas, así como los encuentros familiares o de amigos en el ámbito privado", señaló Ribó, para añadir que el consistorio de València "colaborará al máximo con las autoridades sanitarias para tratar de frenar la pandemia". Asimismo, apeló a la"responsabilidad ciudadana" y a la "actuación rápida y eficaz por parte de las administraciones".
El concejal de Seguridad Ciudadana de València, Aarón Cano, celebró las medidas adoptadas y señaló a este diario que son "un primer toque de atención" antes de que llegue septiembre. A juicio del edil, "la gente todavía no es consciente de que se puede contagiar con cualquier persona, en cualquier sitio y en cualquier momento", y que las restricciones en el ocio nocturno son una manera de hacer entender a la sociedad que "esto va en serio" y que "no es posible volver a una normalidad como la de antes", al menos hasta que no haya vacuna.
Por su parte, la Coordinadora Hostelería de los Barrios de Valencia aseguró que las nuevas medidas restrictivas "hacen imposible la actividad de las empresas" y que deben ir acompañadas de un "plan de rescate". "No nos pueden dejara abandonados si no quieren provocar la ruina" de muchas empresas, aseguraron desde la asociación hostelera. Por ello, reclamaron la constitución urgente de un grupo de trabajo transversal que aúne competencias de sanidad, justicia, turismo y economía.