Cultura

María José Marcos: "Con esta novela he descubierto registros de mí que ni conocía"

La alicantina publica la novela 'Dante y las (malas) mujeres' como 'spin-off' de la trilogía 'Las damas oscuras'

  • María José Marcos

ALICANTE. La escritura, como una herida, a veces se abre paso en silencio. María José Marcos lo sabe bien. Periodista, comunicadora, lectora voraz de novela negra, romántica y de terror, llevaba años con una historia latiendo en el cajón, en ese rincón del alma donde uno guarda lo que teme que no esté a la altura o que no interese. Hasta que llegó la pandemia. “Fue el punto de inflexión; en ese encierro me animaron desde mi entorno más cercano a sacar eso que tenía guardado solo para mí, y así empezó todo”.

Ese todo se llama Las damas oscuras, una trilogía que le ha dado nombre propio como autora y que ha crecido con el favor de un público que, a medida que leía, se veía reflejado en sus personajes imperfectos, reconocibles, vivos. Personajes que aman, sufren, desean, callan, se contradicen. Como cualquiera de ellos. “Creo que eso fue lo que conectó con la gente: la cercanía. Son personajes auténticos, nada arquetípicos. Personas con traumas, con emociones complejas, que se relacionan desde lo real”, describe la autora alicantina.

La historia no nació como un proyecto estructurado ni premeditado. Fue más bien una aparición, una epifanía. Y tuvo rostro y nombre desde el principio. “Lo primero que se me apareció fue Dante. Un día estaba ahí, en mi cabeza. Y no podía dejar de pensar en él. La historia fue creciendo sola, como una presión interna. Me senté a escribir sin saber qué saldría: un libro, dos… y al final fue una trilogía, pero lo único que quería era que la historia tuviera sentido completo tal y como yo la estaba sintiendo”, recuerda Marcos.

Ahora, ese círculo se cierra —o tal vez se ensancha— con Dante y las (malas) mujeres, un spin-off publicado el pasado 19 de junio, fecha bien alicantina: el inicio de la plantà de Fogueres. “Quería que fuera un homenaje a mi ciudad. No fue casualidad, sino causalidad”, apunta. Y no es el único homenaje que recorre sus páginas. Alicante, con su luz de filo y sus rincones con historia, está muy presente en la literatura de Marcos.

“La ciudad es mi fuente de inspiración y quería que, quienes lean mis libros, especialmente los alicantinos, pudieran reconocerse en los espacios y que dijeran: ‘yo he estado ahí’, porque además Alicante tiene ese punto enigmático que encaja perfectamente con las tramas que escribo, ya que en mis novelas hay erotismo, sí, pero sobre todo hay emoción, misterio y un trasfondo psicológico muy potente”, explica la escritora. Y es que Alicante funciona casi como un personaje más.

  • María José Marcos

Dante da un paso al frente

Luego está él: Dante Sebastián. El hombre que apareció sin ser llamado y que se ha ganado el corazón de todos los lectores. “Es curioso, porque en la trilogía no era el protagonista principal, pero todos sentían algo muy especial por él, así que en este nuevo libro me he atrevido a darle el centro”, destaca sobre el nuevo protagonista de sus historias. “Es un personaje muy complejo: brillante, equilibrado en apariencia, pero con un pasado lleno de heridas, de traumas no resueltos, y carga con un apellido que pesa, con una culpa constante y con una fe inquebrantable en que el amor puede salvarle”, describe. “Aunque le duela, aunque le decepcione, él sigue creyendo y eso lo hace único”, sentencia.

“Fue el primero que se me apareció en la cabeza cuando empecé con Las damas oscuras”, recuerda la escritora. “Era secundario, sí, pero estaba ahí. Lo veía, lo sentía, lo intuía”. Años después, el personaje de Dante se emancipa con luz propia para protagonizar Dante y las (malas) mujeres, una novela independiente que la autora ha escrito “desde otro lugar”, más libre, más emocional y más arriesgado. 

Un hombre roto en el centro del relato

Dante no es un héroe. Es vulnerable, complejo, y está lleno de silencios y contradicciones. “Tenía claro que quería contar la historia de un hombre bueno enfrentado al dolor, al rechazo, a la culpa, a la imposibilidad de amar”, explica la autora. Con este planteamiento, construye una novela intimista que se despliega como un viaje emocional a través del pasado, las cicatrices y la búsqueda de sentido.

En Dante y las (malas) mujeres, el personaje se desnuda en todos los sentidos. “Es una novela que va al hueso; vamos a conocer nuevas caras de Dante, capas que no se veían en Las damas oscuras, y vamos a ver cómo las mujeres que se cruzan en su camino lo interpelan, lo sacuden, lo transforman”, describe Marcos. Con todo, él lidia con esa culpa, ese autocastigo, ese no saber quién es cuando el amor lo cambia todo.

El título, por cierto, no es inocente. Ni el paréntesis tampoco. “Lo puse así porque la palabra ‘malas’ es subjetiva. Depende de quién la mire, de cómo se sienta. No creo en las etiquetas fijas. Todos hemos estado en ese reverso oscuro en algún momento. La maldad existe, claro, pero los límites no son universales. Dante y las (malas) mujeres habla también de eso: de no juzgar, de mirar con otros ojos”, afirma Marcos.

  • María José Marcos 

Narrar fuera de la trilogía

El proceso de escritura, según cuenta, ha sido muy distinto al de sus primeras novelas. “Ha habido una evolución y lo notan los lectores, pero también lo noto yo, que he descubierto registros de mí que ni conocía”, afirma la escritora. “Los lectores me dicen que han descubierto otra María José, que hay nuevos registros, y es cierto; hay más madurez literaria, y es verdad que jugaba con ventaja porque conocía muy bien a Dante, pero aun así, he querido arriesgar, cambiar de rumbo, explorar otros tonos”, confiesa.

Tal vez eso tenga que ver con el lugar desde el que escribe. Un lugar íntimo, emocional, auténtico. Tal vez también con lo que arrastra en la mochila: la formación en comunicación, el ejercicio del periodismo, la capacidad de investigar, de ordenar la información, de dar estructura al caos. “Eso me ha ayudado muchísimo; para mí la investigación es clave, incluso en la ficción, porque necesito tenerlo todo bien hilado y en eso la experiencia periodística me ha sido muy útil”, apunta.

Desde esa mezcla de rigor y emoción, de intuición y oficio, se ha construido la voz literaria de María José Marcos. Una voz que ya tiene su propio territorio, sus propios personajes, su propio mapa emocional. “No escribo desde la pretensión; escribo porque lo necesito, porque hay historias que me buscan y no me dejan en paz hasta que las escribo”. Y mientras haya historias que la habiten, habrá páginas por venir. Con escenarios reconocibles, mujeres sin etiquetas, hombres que se rompen por dentro y un eco persistente en el fondo de todo: el de ese primer personaje que se le metió muy dentro, cuando todavía no sabía que lo iba a contar.

Se llamaba Dante.

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo