VALÈNCIA. A buen seguro que Peter Lim disfrutó ayer del triunfo del Valencia CF frente al Real Madrid aunque fuera a miles de kilómetros. Pero también que está preocupado por la marcha de su principal vehículo de inversión como es Rowsley. Y más después de haber comunicado a la Bolsa de Singapur -donde cotiza dicha compañía- un 'profit warning'-, uno de los términos más temidos en los parqués bursátiles porque es sinónimo de caída.
Se trata de un término anglosajón popularizado en los años 90 tanto en Wall Street como en la ‘City’ londinense, que se traduce al castellano como 'alerta de beneficios'. Básicamente se trata de una revisión a la baja de las perspectivas sobre los beneficios que inicialmente había hecho una compañía cotizada.
A modo de ejemplo baste recordar lo que sucedió hace justo hace un año, tal y como publicó este diario, cuando Técnicas Reunidas anunció que sus beneficios, que semanas antes informaba que marchaban por buen camino, se iban a reducir un 55% por los sobrecostes en un proyecto en Canadá. Y la respuesta en bolsa fue demoledora: la firma de ingeniería industrial se desplomó un 23% solo en un día.
Pero volviendo al caso del vehículo inversor de Peter Lim la cosa tiene su miga porque tal y como informó al supervisor singapurés espera directamente pérdidas antes de impuestos del ejercicio finalizado el pasado 31 de diciembre. La debilidad del mercado inmobiliario de Singapur -tras las compras realizadas por ROWS- y unos ingresos menores de los inicialmente estimados en sus negocios de hostelería en Londres -el Brexit sigue pasándole factura como viene contando este diario- están detrás del 'profit warning', según informó la empresa del máximo accionista del Valencia CF que espera publicar sus cuentas antes del próximo 28 de febrero.
Rowsley ha venido realizando una serie de inversiones en Londres -antes del Brexit- como edificios de oficinas, bajos comerciales, restaurantes, bares y la construcción de un hotel complejo residencial integrado en pleno corazón de Manchester, más concretamente en el barrio de St. Michael's. Unas inversiones realizadas a través de la empresa GG Collections donde Peter Lim ostenta el 75%, Gary Neville el 19% y el seis restante lo posee Ryan Giggs como publicó Plaza Deportiva en diciembre de 2015.
Sin embargo, Rowsley "mantiene su confianza en su modelo de negocio y en particular en sus inversiones en RSP -despacho de arquitectura adquirido a finales de 2013- y en el potencial crecimiento de sus activos de hostelería en Reino Unido". Así se recoge en el hecho relevante como también un dato a tener en cuenta: "se aconseja a los accionistas y a potenciales inversores que tengan cuidado al negociar las acciones de la sociedad". Y para ello recomiendan contar con un buen asesoramiento financiero antes de comprar.
Pero lo cierto es que los títulos de ROWS se mantienen sobre la zona de los 0,12 dólares singapurenses (SGD), al cambio ocho céntimos de euros, en los últimos meses, tal y como se aprecia en el gráfico. Aunque no hay que olvidar que se desploman un 80% desde sus máximos marcados en septiembre de 2013.
Las pérdidas acechan sobre las cuentas de Rowsley, que ya el pasado ejercicio se elevaron por encima de los 36 millones frente a unas ganancias de casi 50 millones en 2014. Unos números rojos que la cotizada de la Bolsa de Singapur atribuyó -según informó al supervisor del pequeño estado asiático- al deterioro de activos y a las menores ganancias tras el ajuste de valoración -por el 'efecto divisa'- de RSP. La historia se repite... pero ahora con el añadido del 'efecto Brexit'.