VALENCIA. Mientras todavía resuenan en los oídos de Peter Lim las rogativas de los aficionados valencianistas para que tirase de chequera y realizara nuevos fichajes, los accionistas de su vehículo de inversión que cotiza en bolsa no deben de estar precisamente muy contentos. Más bien al contrario. La cotización de Rowsley sigue cayendo en el parqué y ayer cerraba en los 0,111 dólares de Singapur (SGD), 0,073 euros, en lo que fue su cambio más bajo en la bolsa del pequeño estado asiático desde primeros de diciembre de 2012.
Tomando dicho cierre de ayer jueves, la capitalización bursátil de Rowsley (ROWS) ha descendido hasta los 518 millones SGD, unos 340 millones de euros, lo que equivale al precio actual de la histórica siderúrgica Tubacex en la bolsa española. O lo que es lo mismo: uno de los 'chicharros' por excelencia de la renta variable doméstica. Conviene recordar que los 'chicharros' son valores de escasa capitalización y con precios muy bajos, lo que les convierte en el caldo de cultivo perfecto para los especuladores de turno.
Solo a lo largo de lo que va de ejercicio las acciones se han dejado en el camino un 39% pero echando la vista tres años atrás la caída es del 83%. A mediados de septiembre de 2013, Rowsley llegó a tocar los 0,645 SGD -0,424 euros- frente a los 0,111 SGD del cierre de ayer, al cambio 0,073 euros.
Buena culpa de tan nefasta racha bursátil la tienen los últimos resultados correspondientes al primer semestre del año en curso, cuando ROWS declaró pérdidas frente a las ganancias anteriores provocadas, según la empresa, a la debilidad del sector inmobiliario en Singapur y al 'Brexit'. Algo de lo que ya advirtió este diario a finales de junio pasado, dado que Lim mantiene diversas inversiones en el Reino Unido y la mayoría vinculadas precisamente al mercado inmobiliario.
Solo a lo largo del segundo semestre de 2015, Rowsley llevó a cabo cinco inversiones en el Reino Unido como edificios de oficinas, bajos comerciales, restaurantes, bares y la construcción de un hotel complejo residencial integrado en pleno corazón de Manchester, más concretamente en el barrio de St. Michael's. Unas inversiones realizadas a través de la empresa GG Collections donde Peter Lim ostenta ostenta el 75%, Gary Neville el 19% y el 6% restante lo posee Ryan Giggs como publicó Plaza Deportiva el pasado 3 de diciembre.
Además, también explota junto a la 'Class of 92' el hotel temático dedicado al Manchester United, que en su primer año tuvo una ocupación del 84%, ofreció una buena generación de beneficios y el reconocimiento de ser el primero de la ciudad de Manchester. Lim ha puesto en esta especie de 'joint venture' buena parte de sus intereses en las islas.
Mientras tanto, los accionistas de Rowsley confían -y mucho- en recibir buenas noticias desde Iskandar Malaysia, el proyecto faraónico donde también participa el máximo accionista del Valencia CF, y más después de cumplirse un año desde su giro radical en su política de inversión. A finales del verano pasado anunció que iba a frenar su actividad en el 'ladrillo' para centrarse en los sectores de salud y bienestar. Una decisión que le permitió recuperar terreno en el parqué bursátil... para volver a las andadas en los últimos meses.