VALÈNCIA. El cremaet es el postre del esmorzaret valenciano y el broche dulce de cualquier comida festiva.
Por eso, tanto su receta como su elaboración, convertida en un auténtico ritual, o su disfrute en germanor, con familia o con amigos, son una tradición que muchos locales de la Comunidad Valenciana se esfuerzan en conservar.
Según la cultura popular, el cremaet nació en Vila-Real a finales del siglo XIX, ya que fue un castellonense de esta localidad quien, durante la guerra de Independencia de Cuba, decidió ponerle café al ron.
Una vez de vuelta a España, mejoró la receta: quemó el ron con dos granos de café y le añadió canela, azúcar, un trocito de piel de limón y, sobre todo, mucho cariño.
Aun así, el cremaet admite múltiples combinaciones. Por ejemplo, en algunos pueblos de Castellón, el ron se mezcla con brandy, y también hay quien sustituye la piel de limón por la de naranja, muy de la terreta.
Tampoco podemos olvidar que el cremaet es una institución en toda la Comunidad Valenciana. De hecho, uno de los bastiones de este carajillo a la valenciana lo encontramos en los poblados marítimos, concretamente en el Canyamelar.
No se trata de una casualidad: fueron los cultivos de canyamel (o caña de azúcar) los que dieron nombre a este emblemático barrio que, junto al Cabanyal, es uno de los lugares donde puedes tomar los mejores cremaets de Valencia.
En todos los casos, la elaboración es la misma: se mezcla el ron, el azúcar y el limón con unos trocitos de canela y los granos de café, se calienta con agua hirviendo y se deja quemar unos segundos. Posteriormente, se le añade un café corto y se deja reposar mientras se forman esos tres colores que son la bandera oficial del esmorzaret.
Y es que, los entendidos dicen que el cremaet se elabora en tres niveles: abajo el ron, en medio el café y arriba la crema. De esta forma, en el vaso tendremos tres estratos perfectamente diferenciados: el primero prácticamente transparente, el segundo marrón oscuro (casi negro) y el tercero color crema.
A continuación hemos seleccionado algunos locales donde puedes probar el auténtico cremaet valenciano.
El primero, como no podía ser de otra forma, es el Bar Cremaet, situado en la avenida del Puerto y cuyo nombre es toda una declaración de intenciones.
En este bar puedes probar la cocina de barra de toda la vida, con platos como gildas, mojama, mandonguillas de bacalao o torreznos laminados. Y, por supuesto, si vas a almorzar, el postre solo puede ser un cremaet.
Otro local experto en cremaet es La Cantina de Ruzafa, en pleno corazón de Valencia. Con limones de cultivo propio, aquí el cremaet se cocina en grandes ollas para satisfacer la alta demanda en la hora del almuerzo.
Algo similar ocurre en el bar L'institut, en Riba-roja, uno de los templos del esmorzaret y donde el cremaet se sigue haciendo a la vieja usanza: en dos grandes ollas de barro se echa miel, ron, canela en rama y granos de café, una mezcla que se guarda en botellas y a la que, al servir, se le añade la piel de limón, un grano de café y canela en polvo. ¿Su toque distintivo? El uso de la miel de Benaguacil de romero, naranjo o almendro.
El Bar Marvi de Valencia es otro de los lugares recomendados para tomar un buen cremaet. Lo preparan con café, mezcla de ron blanco y negro, azúcar, granitos de café, una ramita de canela y, en lugar de limón, una corteza de naranja sin tostar para imprimirle el sabor de la tierra.
Si muchos dicen que el origen del cremaet está en el norte de la Comunidad Valenciana, no es de extrañar que para algunos de los parroquianos aficionados a esta bebida su bar de referencia sea Casa Paquita, en Eslida.
De este sitio dicen que es uno de los mejores locales para hacer el esmorzaret en la provincia de Castellón, y de su carta destaca "el esmorzar del cicliste", que consiste en tortilla, atún, jamón serrano y queso, acompañado de cacaos, pan con tomate, vino blanco y cremaet elaborado con miel de Eslida y Ron Plá.
Terminamos esta selección de bares para tomar cremaet en Les Palmeres, en Sueca. Y concretamente en el bar restaurante Fernandet, donde los licores se maceran de manera diferente para cada carajillo. En el caso del ron del cremaet, se emplean cítricos, vainas de vainilla y ramas de canela.