VALÈNCIA. Los cierres de playas de la segunda semana de julio están afectando directamente a la restauración y la hostelería valenciana. Así lo asegura el presidente de Aremar, la asociación de restaurantes de la playa de la Malvarrosa, José Miralles. Un perjuicio que cuantifica en torno a una quinta parte, al menos, de la clientela. Para Miralles, la “alarma social” que se ha generado en los últimos días con los cierres repetidos de playas por todo el litoral valenciano, que han obligado a la creación de una comisión permanente, ha repercutido directamente en su día a día.
Las administraciones implicadas en el cierre de playas durante los últimos días en la provincia de Valencia anunciaron este jueves pasado que iban a crear una comisión técnica permanente para “intensificar las inspecciones” y “cubrir todas las hipótesis” relacionadas con esta incidencia. Responsables políticos y técnicos dependientes de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica; de la Confederación Hidrográfica del Júcar y de los ayuntamientos de València, Alboraya y El Puig conforman inicialmente esta comisión.
La respuesta institucional llegaba después de una semana que Miralles describió como muy negativa para la hostelería de la zona. “Las últimas semanas se ha notado un retroceso en las reservas, un 20-25% menos”, calculó. Un descenso que atribuyó sobre todo a turistas nacionales de otras provincias, principalmente de Madrid, que ante las noticias de los telediarios optaron por no desplazarse a la Comunidad Valenciana.
Pero Miralles advirtió de que el problema no es tanto “el a corto plazo”, estos días del inicio del verano, sino sobre todo el a largo plazo. “Ya veremos el año que viene”, vaticinó preocupado. “Es una situación alarmante porque los cierres de playa no son comunes. Eso pasa en las playas de mala calidad, pero no en las nuestras”, comentó.
Desde su punto de vista, la mala imagen debería ser contrarrestada con campañas intensivas de promoción, una vez solucionado los problemas que obligaron al cierre. “Desde el Ayuntamiento [de València] y desde las administraciones implicadas, igual que han tenido rapidez para cerrarlas cuando debían, cuando están abiertas deberían resaltarlo muchísimo, dar información constante de la buena calidad de nuestras playas”, insistió.
Desde que el pasado 14 de junio los ayuntamientos de València y Alboraya cerraron al baño en las playas de la Malvarrosa, Cabanyal y Patacona debido al hallazgo de bacterias coliformes en un análisis del agua realizado por técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente, se han vuelto a cerrar, en diferentes momentos y por sólo uno o, a lo sumo, dos días, las playas la Devesa, la Malvarrosa, la Patacona, Pobla de Farnals, Masalfassar, Massamagrell, el Puig y Port Saplaya Norte.
La Generalitat Valenciana está estudiando poner en marcha, con la colaboración de los ayuntamientos afectados, un plan para localizar puntos negros y llevar a cabo la instalación de redes de alcantarillado y conexiones a redes de depuración que eviten que se repitan estos episodios. Los cierres de playas se han dictaminado a causa de la presencia de la bacteria Escherichia coli por encima de los niveles permitidos.