Habrá nueve coordinadores de área frente a los dos del pasado mandato
VALÈNCIA. Era una de las propuestas de Compromís durante la campaña electoral en València ciudad: poner en marcha en el Ayuntamiento de la capital una organización interna de modelo gerencial. Es decir, poner en marcha una arquitectura donde se empezara a diferenciar la función política -propia de los concejales electos- de la función ejecutiva -de los funcionarios y coordinadores-.
Se trata de un sistema que lleva aplicando Barcelona desde 1998, cuando se aprobó su Carta Municipal, que reconoce formalmente esta separación de funciones entre la política y la gestión. Sin embargo, la ciudad de València no cuenta con esta regulación, que precisaría previamente de la aprobación en Les Corts Valencianes de su Ley de Capitalidad. Normativa, huelga recordar, que supondría una partida presupuestaria de la Generalitat Valenciana específica para la ciudad.
Así pues, la coalición valencianista, en la negociación con el PSPV para formar gobierno en el consistorio valenciano, acabó dejando de lado la aplicación de este modelo que, en la praxis, era todavía inviable. Los socialistas, por su parte, opinaban que situar a figuras elegidas por el alcalde Joan Ribó y que se encargaran de coordinar varias áreas de gestión podría degenerar en un "gobierno en paralelo" dirigido por el primer edil para priorizar determinadas cuestiones frente a otras.
Es decir, el miedo era que con esta figura de gerente se pudieran confundir las funciones políticas con las de gestión. De hecho, existen estudios académicos que acreditan en Barcelona la vulnerabilidad de este modelo ante "la voluntad política". Finalmente, se abandonó esta idea por el momento, pero no es una forma de organización descartable de cara a un futuro, cuando ya esté aprobada la Ley de Capitalidad.
Finalmente, el nuevo gobierno formado por los socialistas y Compromís extenderá a todas las áreas la figura del coordinador que ya existía en algún departamento el pasado mandato. Concretamente, existía el coordinador general de Desarrollo Urbano y Vivienda -área dirigida por el socialista Vicent Sarrià- y el coordinador general del área de Desarrollo Económico Sostenible -liderada primero por el socialista Joan Calabuig y más tarde por su sucesora Sandra Gómez-.
Estas figuras se encargan de organizar la gestión de las concejalías adscritas al área correspondiente. En el caso de Desarrollo Urbano, coordinan las obras de infraestructuras, el mantenimiento de las mismas, la planificación urbana y la delegación de vivienda, entre otras. Y si el pasado mandato sólo había dos coordinadores de este tipo, este mandato habrá tantos como áreas: nueve. Como Compromís dirigirá cinco áreas, podrá situar a cinco coordinadores; de la misma manera que los socialista lo podrán hacer en sus cuatro áreas.
Al fin y al cabo, es un paso, aunque pequeño, hacia el modelo inicialmente propuesto. Precisamente Barcelona cuenta con plazas semblantes, los gerentes sectoriales o de área: responsables de las áreas que reportan -en el campo político- a los concejales de dicho campo. Ahora bien, en la capital catalana existe una figura que, por el momento, no se pondrá en marcha en València: la del Gerente Municipal, situado en la cúspide del resto de gerentes y en una posición muy cercana al alcalde.
Tampoco se instaurará un sistema con coordinadores que se encargen distintas áreas: cada área tendrá su propio coordinador. Es por eso que, a la postre, se extenderán los coordinadores, pero su poder no irá más allá del área para la que se hayan sido designados. En conclusión: se trata de un modelo descafeinado, sin Gerente Municipal y sin gerentes entre áreas, pero se extiende la figura del coordinador a todas ellas.