Enamorada del emprendimiento, no pudo ni esperar a acabar la carrera para montar su propia empresa. Ahora trabaja de asesora financiera pero ella prefiere llamarlo consejera patrimonial
VALÈNCIA.- Lourdes Martí Marí (València, 1980) montó su propia empresa a los veintidós años mientras seguía con sus estudios de Ciencias Empresariales en Florida Universitaria. «Siempre me apasionó el emprendimiento», reconoce a Plaza esta amante de la música, la lectura y las técnicas artesanales. Unos años después, en 2007, comenzó a trabajar en la banca, concretamente en Citibank: «Lo que me llamaba más la atención era ver a mis compañeros de banca personal atendiendo a los clientes y cómo hablaban de los mercados financieros, algo totalmente desconocido para mí; así que me puse como objetivo formarme para poder llegar a ser asesor financiero».
De Citibank pasó a Novobanco y de ahí a Aznar Patrimonio, una de las pocas EAFI valencianas debidamente registradas por la CNMV. ¿Qué le atrajo para dejar la banca y entrar en una empresa de asesoramiento financiero? «El convencimiento de que Raúl Aznar había creado una figura en el sector del asesoramiento patrimonial que iba más allá del asesor financiero; lo definiría como un consejero patrimonial. ¿Por qué? «Por su nivel de exigencia para dar el mejor servicio al cliente, su incansable búsqueda de oportunidades de inversión, su transparencia en los métodos de trabajo, su carácter innovador y tecnológico, su disciplina y sobre todo por recibir la oportunidad de no tener límites para crecer profesionalmente. Casi cuatro años después, y trabajando en calidad de socia, estoy convencida de que es la mejor decisión profesional que pude tomar».
Desde su experiencia en ambos frentes, Martí tiene claro que hay una gran diferencia entre la banca y las empresas de asesoramiento financiero independiente. «Allí solo importaban los resultados, donde clientes y empleados pasábamos a un segundo plano; éramos una especie de máquinas de producir buenos resultados».
Y a esta profesional, con los títulos de asesor financiero por el Instituto Español de Analistas Financieros y el EFPA bajo el brazo, lo que le gustaba era asesorar y no vender. «Esta es la principal diferencia entre un banco y una EAFI como la nuestra, con carácter totalmente independiente y con el ánimo de adaptar a cada cliente/familia sus finanzas a sus circunstancias presentes y futuras».
A su juicio, la falta de cultura financiera está detrás de que España siga siendo un país tan bancarizado, y solo la inversión en educación financiera transformará la mentalidad. «Este cambio ha de producirse por dos vías: que los usuarios sean muy exigentes en la solicitud de información a sus asesores, y que los verdaderos asesores financieros asumamos la responsabilidad de educar financieramente a nuestros clientes para que tomen mejor sus propias decisiones. Es de la única forma en el que se podrá poner fin a las malas prácticas y a los conflictos de interés».
Humildad, nobleza, principios morales, mentalidad de servicio de calidad al cliente y formación continua son las cinco cosas que recomienda tener a todo buen asesor financiero que se precie; mientras debe huir en todo momento de la avaricia económica y de dejarse llevar por las modas. Así lo reconoce esta madre de un niño pequeño que pone en valor a Aznar Patrimonio por ser «uno de los pocos despachos que conozco donde se facilita —y mucho— la conciliación. Ello ayuda a que pueda compaginar las dos facetas (profesional y maternal), lo cual no está exento de momentos difíciles donde tu sentido de la responsabilidad te exige llegar a todo y de forma perfecta. Y esto no siempre es posible, por el efecto de los imponderables en la faceta maternal», añade la también asesora financiera en Finline, la plataforma online de la ‘factoría Aznar’ para asesorar al inversor particular.
La CNMV ha dado dos años a las cotizadas para alcanzar el 40% de consejeras. «¿Y por qué el 40% y no el 50% o el 100%? Las oportunidades de acceso a los puestos de mando deben ser equitativas tanto para mujeres como para hombres. Hay que valorar el talento, independientemente de si eres hombre o mujer. Creo que es un asunto al que no se le debe poner un porcentaje y debe despolitizarse. No es una cuestión de números, es de cambios estructurales y no coyunturales o de campañas electorales», enfatiza.
Preguntada por cómo ha vivido el confinamiento provocado, reconoce que «con salud y mucha consternación por ver cuántas personas y en qué situaciones han fallecido». Desde el punto de vista profesional confiesa que le ayudó tener «una mentalidad muy germánica» y trata de adaptarse rápido a los cambios.
Para terminar, y siguiendo con la crisis pandémica, apunta: «Desde Aznar Patrimonio hemos acompañado a nuestros clientes en todo momento, transmitiéndoles mucha calma y estando muy disponibles para poder ofrecerles toda la información que teníamos a nuestro alcance. Han sido días de mucha dedicación a la lectura de informes y de compartir con todo el equipo las impresiones y el control de todas las posiciones de los clientes».
* Este artículo se publicó originalmente en el número 69 (julio 2020) de la revista Plaza