Hoy es 9 de octubre
Mientras doy de mamar a mi hija con todas las comodidades que tengo a mi alrededor, pienso en esas mujeres que amamantan a sus bebes en contextos desfavorables, agresivos e inhumanos. Pienso en ellas en los campamentos de refugiados
P. acaba de contarme su experiencia como cooperante en Grecia donde ha coordinado un programa de atención a la población materno-infantil (mujeres embarazadas o con bebés a su cargo hasta que cumplen dos años) y no me quito de la cabeza a todas esas mujeres. Intento ponerme en esa situación y se me revuelve el estómago.
P. ha estado siete meses trabajando en la región de Ática, donde se ubica la ciudad de Atenas junto a más de 10 campamentos de refugiados desde 2015. P. se marchó allí para coordinar este programa de una gran ONG que trabaja la ayuda y la atención a esas madres que paren y pasan los dos primeros años de vida de su bebé en un campamento de refugiados.
Mujeres que, como a todas las que tenemos bebés biológicos, pasamos por situaciones más sensibles cuando parimos. Mujeres que necesitan atención y asesoramiento en la lactancia como me ha pasado a mí. Mujeres que pasan por situaciones de estrés o depresión postparto como ocurre a muchas mujeres recién paridas. Mujeres que pasan por partos complicados, que pasan por cesáreas y que pasan por situaciones delicadas cuando paren. Y es que parir nos revoluciona en todos los sentidos. Y en esos momentos necesitamos una atención especial. Una atención que esas mujeres en los campamentos de refugiados no reciben. Y no se me van de la cabeza.
Mi reciente maternidad hace que sienta una empatía especial por todas estas mujeres y sus bebés. Revivir todo lo que acabo de pasar (aún habiendo tenido un parto estupendo), las necesidades que he tenido, la revolución hormonal que he vivido … y pensar en ellas sin esa logística, sin esa atención y sin esos cuidados que se necesitan, me duele.
Como también me duele pensar en el resto de mujeres que viven su maternidad en situaciones de guerra, en contexto insultantemente empobrecidos, sin armonía de ningún tipo, sin sosiego, cargadas de problemas y sin poder disponer del tiempo necesario para recuperarse… Me duele.
Ser mamá en un campamento de refugiados no es nada fácil. Es una situación inhumana por la que ninguna mujer debería pasar. Por ello este tipo de programas intentan hacer el paso de estas mujeres por esta situación más llevadero y con más dignidad, programas que velan por el bienestar de ellas y de sus recién nacidos.
Uno de estos programas son los que ha coordinado P. que ha estado trabajando en un campamento formal que son los que están reconocidos por el gobierno, en estos campamentos el gobierno da autorización para trabajar. Existen también los campamentos informales que son los que no están reconocidos por el gobierno pero que funcionan casi igual.
El proyecto materno-infantil tiene un espacio habilitado para las mamas y los bebés. Un espacio donde se sientan cómodas para desarrollar sus actividades motoras los niños y donde las madres reciben apoyo de lactancia materna y solo en casos de necesidad de la artificial. Un espacio donde encuentran agua, cosa que no siempre se garantiza en un campamento de refugiados y los medicamentos que puedan necesitar.
En estos espacios también se detectan problemas de otro tipo en las madres. Son espacios donde las mamás que sufren de estrés o depresión pueden encontrar ayuda, ser atendidas y escuchadas como necesitan, y donde las embarazadas reciben atención previa al embarazo para que todo vaya bien.
Son espacios que van más allá de la asistencia más básica pues sirven de punto de apoyo y de reflexión … Espacio en que las mujeres hablan entre ellas y cuentan su situación personal.
En estos espacios se trabaja sobre todo la promoción de la lactancia materna pues a pesar del contexto y de las condiciones en que viven sigue siendo la mejor opción.
A estas mujeres se les apoya y ayuda para dar de mamar, se les asesora, se les atiende con sus problemas típicos de una mamá (primeriza o no) que empieza la lactancia, grietas, mastitis, etc... se asesora en temas de salud e higiene en los campamentos, se enseña a adecuar la alimentación complementaria a los niños y niñas en los campos y se controla la distribución de las leches en polvo que son un problema a veces y contraproducentes en las mujeres que están inmersas en este tipo de viaje como refugiadas y no saben por cuánto tiempo.
Y es que, según P. , las leches en polvo provocan que las madres dejen de dar lactancia materna y entonces se crea el problema de que si dejan la lactancia materna pasan a depender de la leche en polvo. Una fórmula que hay que comprar y que hay que preparar y no siempre se tiene las condiciones para ello cuando están viajando. Por no tener a veces no tienen ni agua ni pueden hervir el agua para preparar la leche. En definitiva, que siempre que se pueda se recomienda la lactancia materna y más en estos contextos.
Lo que no ayuda a la lactancia materna es el numero alto de cesáreas que se llevan a cabo en Grecia y, por consiguiente, con las refugiadas que ingresan en los hospitales públicos griegos.
Los partos son complicados en los campamentos y los partos se trasladan a los hospitales. Como me cuenta P., las cesáreas son muy frecuentes en Grecia con todo lo que ello implica. Grecia es el país con mayor numero de cesáreas en la UE. El problema de las cesáreas y la lactancia es que cuando a una mujer se le practica la cesárea la subida de leche tarda por lo general algún día mas que cuando se trata de un parto natural y ello conlleva a que en muchos casos la opción del biberón sea la elegida pues luego es mas difícil restituir la lactancia materna que siempre será más cómoda, barata y llevadera que cualquier otra opción.
En este grupo de mujeres de las que hablamos podríamos estar cualquiera de nosotras o cualquiera de nuestro alrededor. Hay mujeres que provienen de situaciones más empobrecidas como las afganas, por ejemplo, pero hay mujeres que vienen de tener una vida acomodada, estable y de repente se han visto sin nada, en un campamento de refugiados como es el caso de las sirias.
Como dice P. los campamentos no son la solución, no evitan el problema. Ninguna persona debería pasar por esta situación que sólo parece beneficiar a los países desarrollados y receptores de migrantes… y menos aún niños, niñas, mujeres embarazadas, recién paridas, enfermos, ancianos, y un largo etcétera.
La semana que viene… ¡más!