VALÈNCIA. El dueño de una longeva inmobiliaria de València contaba tras la crisis que el ejemplo más impactante del pinchazo de la burbuja inmobiliaria lo había visto en el barrio de Moreras. Lo protagonizaba un vecino de la Torre Oceanis, uno de tantos propietarios que tuvo la mala fortuna de comprar su piso en 2007, justo antes de que se desplomaran los precios. Su drama consistía en que Altamira, la inmobiliaria del Banco Santander, había puesto pisos a la venta en el edificio por casi la mitad de lo que a él le quedaba por pagar de hipoteca.
"El pobre hombre no solo compró caro, sino que compró una expectativa incumplida. Le vendieron un producto con el tranvía a las puertas de su casa, con vistas a dos torres de Calatrava y en una zona que iba a consolidarse por completo en pocos años", relataba el veterano inmobiliario en 2014. "Tiene ideas locas, quiere declararse insolvente y comprar el piso de debajo a nombre de su madre", agregaba.
En efecto, las expectativas se quedaron por cumplir. La T2 de Metrovalencia se convirtió en una línea fantasma, las torres de Calatrava quedaron descartadas y el frenazo de la economía dejó al barrio en la estacada inmobiliaria. Pero ahora Moreras, poco a poco, vuelve a despertar.
Lo hace, principalmente, porque ya lo han hecho y con fuerza otros barrios de la ciudad con suelo urbanizable por desarrollar, según explican a este diario fuentes conocedoras del sector inmobiliario. Tras Quatre Carreres fue el turno de Malilla y Patraix -en este último caso con una demanda más específica del propio barrio-, y tras ellos la próxima parada de los promotores en València es el barrio de Moreras.
Algunos ya están desarrollando sus suelos. Tras la crisis ha sido precisamente Altamira la primera en lanzarse a construir, con una promoción de 56 viviendas denominada Residencial Cuc de Seda cuyos pisos, de entre 2 y 4 habitaciones, oscilan entre los 109.000 y los 229.000 euros, según reza su página web.
Según detallan las mismas fuentes, al entorno le pesa la desventaja de las malas comunicaciones, máxime cuando la recuperación del proyecto de la T2 de Metrovalencia solo se ejecutará desde el centro de València hasta el Oceanogràfic en su primera fase.
Pero la escasez de suelo para obra nueva en la ciudad hace que los ojos se pongan en Moreras, donde está la siguiente gran bolsa de suelo ya lista para construir. Tanto Metrovacesa, Altamira como la Sareb tienen terrenos en el barrio con muchas posibilidades.
El barrio, además, sigue manteniendo su atractivo entre los compradores de fuera de València por su cercanía a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.