Cinco científicos valencianos han diseñado una máquina que revoluciona la lucha contra los mosquitos que transmiten virus como el zika, el dengue o el chikungunya. El objetivo es reducir la plaga de una forma biológica, sin dañar al medio ambiente
VALÈNCIA.- El enemigo a batir es el mosquito tigre (aedes albopictus), un insecto procedente de Asia que en España fue detectado por primera vez en Cataluña (Sant Cugat del Vallès, Barcelona), ciudad desde la que se ha ido extendiendo por todo el arco mediterráneo posiblemente transportado a modo de polizón en los coches que circulaban por la AP-7. En 2005 se detectó por primera vez en la Comunitat Valenciana (Orihuela) y desde entonces su presencia ha ido en aumento: ya se han detectado focos en 128 localidades.
El problema de este mosquito radica en que actúa como vector de enfermedades como el dengue, el chikungunya o el zika y necesita muy poco para reproducirse. La hembra es capaz de poner hasta 200 huevos y solo le hace falta tener tres cosas: agua estancada, temperaturas suaves y víctimas cerca a las que chupar la sangre. Por suerte, su escasa presencia en la Comunitat multiplica las posibilidades de éxito para evitar una plaga contra la que, además, se cuenta con la novedosa ‘arma’ del sexador.
El invento no ha salido de un laboratorio de Silicon Valley sino de las instalaciones que la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural tiene en Moncada y en las que la empresa pública Tragsa (Empresa de Transformación Agraria, S.A) lleva años trabajando para reducir la población de insectos aplicando la denominada Técnica del Insecto Estéril (TIE) —consiste en la cría masiva de insectos, la esterilización de los machos y su posterior liberación a campo, donde copularán con las hembras sin dejar descendencia—, a la que ahora han incorporado la tecnología láser. El objetivo de esta máquina, en la que se está trabajando desde 2013, es eliminar los mosquitos hembra criados en cautividad quedando únicamente vivos los machos que, tras ser esterilizados, se liberarán en el área de actuación. De esta manera se evita liberar también hembras, ya que son las que podrían picar a los humanos y transmitir enfermedades.
Antes de dar con esta novedosa máquina, el equipo formado por Nacho Pla, Carles Tur, David Almenar, Gustavo Salvador y Mario Zacarés exploró otras alternativas para la separación de machos y hembras. Se barajaron aspectos físicos, genéticos y de comportamiento pero la clave estaba en las pupas —última etapa de maduración de la fase acuática— pues las hembras son de mayor tamaño que los machos. Nacho Pla, ingeniero agrónomo y responsable del proyecto, explica que el problema residía en cómo separarlas de una forma eficiente y sin margen de error pues cualquier equivocación podría afectar a la salud de las personas: «La separación de sexos hasta ahora se ha hecho manualmente por lo que, además de ser un complicado y costoso proceso, los resultados dependen de la destreza de la persona que lo realiza». Tanto es así que el porcentaje de error con esa técnica puede ascender hasta un 6%, mientras que la tecnología inventada en Tragsa ha arrojado unos resultados muy positivos: solo un 0,03% de error.
Para hacer esa separación utilizando el sexador, patentado por Tragsa, se colocan los insectos sobre un platillo transparente que gira como si se tratase de un tocadiscos. En cuestión de milisegundos una cámara de vídeo registra el tamaño de cada uno de los insectos y envía la información a un láser, que acto seguido dispara contra las pupas más grandes —las hembras—, dejando al final solo a los machos. Después, estos son esterilizados con radiación y liberados para aparearse con las hembras y, como no pueden reproducirse, se produce una reducción de la población de mosquitos. «Aplicar la Técnica del Insecto Estéril (TIE) sobre mosquitos tigre es un gran avance porque implica que podemos luchar contra ellos de una manera biológica, sin uso de pesticidas que hagan daño tanto al medio ambiente como a la salud de las personas», explica Nacho Pla resaltando que su eficacia permite augurar que se pueda aplicar también en la lucha contras plagas como el mosquito aedes aegypti (también transmisor del zika, dengue y chikungunya).
El equipo de Tragsa lleva años investigando el comportamiento de estos insectos en las instalaciones del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Ivia) de Moncada. Tras una puerta doble y otras medidas de seguridad, los responsables del proyecto experimentan con una pequeña colonia de mosquitos tigre, ubicados en unas pequeñas jaulas coronadas con una especie de salchicha de sangre a 36 grados para alimentar a las hembras —ellos se conforman con agua y azúcar—. Además, en cada una de las jaulas hay unos recipientes con agua para que las hembras pongan los huevos que luego eclosionarán en larvas y que, después de varios estados larvales, se convertirán en pupas.
En la fase de pupa es cuando realizan la separación de los sexos. Según los responsables del proyecto, la máquina será capaz de sexar hasta un millón de machos estériles en un día. Unas cifras aún aproximadas porque todavía son necesarias algunas mejoras, como un sistema para suministrar automáticamente tanto las pupas al dispositivo como para recuperar los machos que han sobrevivido. Además, se está trabajando en la dosis de radiación: «Es muy importante ajustar tanto la dosis como el momento en el que se realice para conseguir la esterilidad total de los machos afectando lo menos posible a su calidad», señalan.
«Aplicar la TIE sobre mosquitos tigre es un gran avance porque implica que podemos luchar contra ellos de una manera biológica», dice Nacho Pla
De su eficacia dependerá en gran medida el éxito de la técnica pues esos machos deben ‘competir’ con los silvestres para conquistar a las hembras. Para su liberación, inicialmente, utilizarán una furgoneta a la que se le acoplará una máquina con unos contenedores que mantienen los paquetes en los que viajan los mosquitos a la temperatura idónea y que se abrirán según las coordenadas predefinidas. Sin embargo, el futuro pasa por el empleo de drones porque «pueden acceder más fácilmente a las zonas en las que se está trabajando». De hecho, el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica dependiente de la ONU), emplea drones en su lucha contra la mosca tse-tse, que transmite la llamada enfermedad del sueño.
La Técnica del Insecto Estéril (TIE) contra el mosquito tigre en la Comunitat Valenciana se pondrá a prueba el próximo año mediante el proyecto piloto que la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural llevará a cabo en las localidades de Albalat de la Ribera y Polinyà de Xúquer. «Si en la zona donde hemos liberado mosquitos estériles conseguimos un efecto de reducción de la plaga considerable en comparación con la otra zona quiere decir que el proyecto funciona y que lo podremos utilizar contra otras especies de mosquitos a nivel internacional», comenta Nacho Pla resaltando que el proyecto se llevará a cabo de marzo a noviembre de 2018. Ahora, insiste, las tareas se centran en la monitorización de la zona para extraer datos que serán comparados con los resultantes del programa.
Este proyecto se ha desarrollado bajo los auspicios del OIEA, uno de los principales impulsores de la técnica del insecto estéril, que se aplica en cuarenta países contra otros insectos. De hecho, con esta técnica Tragsa lleva trabajando más de quince años para luchar contra la ceratitis capitata (mosca de la fruta o del mediterráneo). Concretamente, comenzaron en 2000 con un proyecto piloto y gracias a los buenos resultados la Conselleria de Agricultura decidió adoptar la TIE como principal técnica de lucha dentro del proyecto integrado contra la plaga ceratitis capitata. En este caso, el insecto a combatir no daña al ser humano sino a cítricos y frutales de verano (níspero, melocotón, albaricoque, higo, caqui...), que en la Comunitat Valenciana suponen el 75% de las exportaciones. El problema radica en que la mosca pica la fruta para así depositar sus huevos dentro; que luego se convertirán en larva y se alimentarán de la pulpa dañando completamente el fruto.
Debido a la importancia de esta plaga en la agricultura de la Comunitat Valenciana, en 2006 se inauguró el Centro de Control Biológico de Plagas en Caudete de las Fuentes (Valencia) —pertenece a la Conselleria de Agricultura—, el segundo más grande de estas características a nivel mundial. Según explican, hay dos líneas de producción: Una para machos y hembras para alimentar la cría —que siempre haya moscas— y otra para obtener huevos a partir de los cuales solo emergerán machos. Así, se pueden producir hasta 500 millones de pupas macho a la semana y se lanzan sobre una superficie agrícola de 150.000 hectáreas (13.000 millones de moscas en 2016).
Según explican los responsables, la Comunitat Valenciana es la única zona de España que dispone de un plan integral de control de la mosca de la fruta que integra distintas técnicas para conseguir el objetivo de mantener la población de insectos por debajo de umbrales que no afecten a la comercialización de la fruta. Al margen de la técnica del insecto estéril, la estrategia incluye tratamientos colectivos aéreos y terrestres, reparto de productos fitosanitarios, trampeos masivos, recogida y eliminación de fruta residual y seguimiento de los niveles de plaga. Labores que requieren la colaboración de los agricultores pues «la Conselleria de Agricultura no puede asumir la responsabilidad de controlar la plaga totalmente».
Hay esperanzas para controlar estas dos plagas que afectan a la Comunitat Valenciana. La técnica del insecto estéril ha permitido la total erradicación de plagas como el gusano barrenado del ganado en toda Norteamérica y Centroámerica, la mosca tse-tse en la isla de Zanzíbar y de distintas especies de moscas de la fruta como la ceratitis capitata en el sur de EEUU y México o la mosca del melón en Okinawa. En lo que respecta al mosquito tigre, los expertos consideran que se está en un buen momento para aplicar la técnica porque «un punto a favor para que la TIE tenga éxito es que los niveles de plaga sean bajos y los de la Comunitat Valenciana en estos momentos lo son».
Son muchos los países que están estudiando la manera de aplicar la técnica del insecto estéril para acabar con un problema que se ha acentuado por la globalización y el cambio climático, llevando a especies a otros países y zonas en las que antes no podían sobrevivir. La Comunitat espera con esta máquina contribuir en la lucha contra las enfermedades transmitidas por estas especies.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 34 (VIII/17) de la revista Plaza