Sobre los posibles impactos económicos positivos de un gobierno donde las mujeres son mayoría
VALÈNCIA. Ya conocemos los nombres de las ministras y ministros que formarán el gobierno de Pedro Sánchez. Es un Consejo de Ministros dónde habrá más mujeres que hombres; un Consejo de Ministras.
Que el ejecutivo de un país esté dominado por mujeres tiene un importante valor simbólico. Manda un claro mensaje a la sociedad de la que es reflejo, a la empresa y a las otras instituciones. Un gobierno con una alta presencia de mujeres puede contribuir a mejorar un sistema falsamente meritocrático que encierra evidentes brechas de género. La presencia de mujeres en posiciones de poder no solo tiene ese valor simbólico sino que puede desencadenar grandes transformaciones con importantes efectos económicos positivos.
Es obvio que un gobierno donde haya más mujeres que hombres no tiene porque ser un gobierno feminista. También es obvio que a nivel individual las mujeres (y hay numerosos ejemplos) pueden abstenerse de implementar políticas inclusivas. Pero a nivel agregado, la presencia de más mujeres en posiciones de poder, sí tiene unos efectos significativos.
La pregunta de como la inclusión de mujeres en el gobierno afecta a sus políticas es muy difícil de responder. El principal problema es que selección (y elección) de los cargos no es aleatoria. Es difícil separar el efecto causal que generan las mujeres elegidas de las circunstancias que llevaron a su elección. Por poner un ejemplo, la mayoría de las mujeres en el Congreso de los Estados Unidos representan a distritos progresistas. Es imposible distinguir la influencia del género en el voto de la ideología de los votantes a los que se representa.
Podemos presuponer que el mayor impacto de un gobierno con más mujeres que hombres sea la contribución a crear una sociedad paritaria a través del efecto imitación fruto de su valor simbólico y de las políticas públicas que defina. Y una sociedad paritaria será una sociedad más rica.
Según un estudio publicado en Stanford Social Innovation Review, si las mujeres contribuyesen tanto como los hombres a la economía, el PIB global crecería hasta un 26% en 2025. Dicho crecimiento equivaldría al peso actual de las economías de EEUU y China combinadas.
Otro estudio demuestra que las mujeres pueden contribuir a reducir la corrupción si, y solo si, forman parte de los procesos de toma de decisiones en posiciones de poder. Es justamente lo que está pasando. Pensemos que el coste de la corrupción en España se ha calculado en 90.000 millones de euros al año.
Además, en la esfera profesional, no nos sorprende que la presencia de mujeres en puestos directivos fomente la colaboración y la transparencia en las decisiones empresariales. Pero, lo que es aún más importante, incrementa la productividad de los negocios. Una investigación analizó un grupo de empresas y encontró que aquellas con más presencia de mujeres en puestos clave de gestión tenían una productividad media superior en un 1%. Esa cifra puede parecer pequeña pero es de más de 40 millones de euros para la totalidad de compañías analizadas.
Pienso que la elección de las ministras va más allá del mero marketing político, que es fruto de las demandas de una sociedad que ha evolucionado empujada por la necesaria revolución feminista. Una sociedad que se verá más reflejada en un gobierno así y que espera de sus gobernantes actitudes dialogantes y democráticas y competencia profesional. Es significativo que todas las carteras que tienen que ver con la economía (Hacienda, Economía, Industria y Empleo) estén lideradas por mujeres.
Deseo el éxito del nuevo Consejo de Ministras, especialmente por la necesidad de resolver los grandes problemas de este país, muchos de ellos consecuencia de una manera de hacer política con exceso de testosterona.