VALÈNCIA. Pistoletazo de salida para uno de los mayores desarrollos urbanísticos de València en los últimos tiempos: el PAI del Grao. La mercantil Valere Reoco, formada por el grupo empresarial Atitlan junto a sus socios del fondo británico Hayfin Capital, han presentado al Ayuntamiento de València el proyecto para urbanizar este trozo inacabado del 'Cap i Casal'. Un plan, que superará los 150 millones de euros de inversión, y que pretende actuar sobre los antiguos terrenos del circuito de la Fórmula 1, ahora abandonados y degradados, para culminar este área urbana y reforzar la conexión de la ciudad con el mar, a través de la prolongación de la Avenida de Francia y el Paseo de la Alameda.
Y lo hará, además, con torres de entre 20 y 42 plantas de altura para destinar el máximo de superficie a zonas verdes y equipamientos dotacionales, de manera que se construirá en altura transformando el 'skyline' de la ciudad en una especie de 'Manhattan' moderno. Tanto es así que, este nuevo barrio contará con los rascacielos más altos de la ciudad, destronando de su podium a la Torre Ikon de Ricardo Bofill, en la avenida Cortes Valencianas, que actualmente es el edificio más alto con más de 110 metros de altura en 29 plantas.
La alcaldesa de València, María José Catalá, detalló este lunes el programa urbanístico presentado por Atitlan y Hayfin, acompañada por el concejal de Urbanismo, Juan Giner, y el concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, tras reunirse con el arquitecto y responsable técnico del plan, José María Tomás, y representantes del equipo promotor, entre los que estaba Agustín Pérez, responsable de la división inmobiliaria de la firma inversora de Roberto Centeno y Aritza Rodero. Con este hito, se inicia la tramitación de este gran desarrollo, que permitirá acolmatar la Capital del Turia y generar nuevas bolsas de suelo. Cierto es que todavía deberá superar etapas hasta ser una realidad y que pueda entrar la maquinaria, pero supone avanzar en la ejecución de un suelo bloqueado desde hace años.
El sector ocupa 380.000 metros cuadrados, de los que el 86% del suelo del PAI se destinará a equipamientos, espacio libre y jardines con un gran delta verde de 160.000 metros cuadrados, mientras que el 14% será para uso residencial con 3.204 viviendas, de las que 2.420 serán de renta libre y más de 750 de protección pública, de forma que se aumenta la oferta residencial de la inicialmente prevista. Esto ha sido posible porque el consistorio destinará suelo dotacional para construir 250 unidades 'extra' de VPO, ganando así más inmuebles asequibles en un momento de máxima emergencia habitacional en el mercado. Un movimiento que también hizo en el PAI de Benimaclet para sacar más oferta de vivienda pública.

- PAI del Grao -
Asimismo, existen dos pastillas de 95.000 metros cuadrados de uso terciario, una de ellas de 50.000 metros cuadrados, que se destinarán principalmente a oficinas. En ellas, ubicadas en el margen má próximo al mar, se levantarán las torres más altas del sector, que alcanzarán las 42 plantas máximas permitidas en este desarrollo. Por ahora, no hay nada definido, pero la idea es continuar erigiendo un hub tecnológico en esta zona de la fachada marítima de València. Y más teniendo en cuenta la necesidad de espacio de las empresas para instalarse, ya que el actual stock es escaso y no da respuesta a lo que exigen muchas firmas. De hecho, los expertos cifran en 70.000 metros cuadrados la demanda embalsada de oficinas en la ciudad.
Cabe recordar que este plan viene de lejos, pero llevaba años pendiente. En la anterior legislatura, Compromís y PSPV, encargaron su gestión a la empresa pública Aumsa, algo que cambió con la llegada de Catalá a la corporación local, que decidió cambiar de un modelo de gestión directa a otro de gestión indirecta, es decir, que lo ejecutaran los propietarios como agentes urbanizadores, con el fin de agilizarlo. Además, se ha conservado el planeamiento que redactó el arquitecto José María Tomás Llavador en 2011, ajustándose, a su vez, al Plan Parcial Medio Ambiental de julio de 2010, que se planteó en tiempos de Rita Barberá. Este hecho permite evitar el trámite ambiental, ya que el proyecto mantiene los parámetros y criterios que se aprobaron en su momento, lo que acelerará su camino burocrático, al evitar esta fase, una de las más farragosas y lentas en cualquier procedimiento.
"Este proyecto conectará la ciudad con el mar y el puerto como continuidad a la expansión urbana prevista a mediados del siglo XIX. Además, se culminará la ciudad a través de un proyecto estratégico que es, además, el más grande a nivel residencial", expresó Tomás.
160.000 metros cuadrados de zonas verdes
En concreto, según el esquema presentado por la sociedad que urbanizará el PAI, serán cerca de 12 torres residenciales y otras dos de uso terciario-oficinas, que serán las más altas y las más próximas al mar para evitar 'efecto pantalla'. Además, al concentrar el volumen de la edificabilidad en altura, se podrán disponer de grandes espacios públicos y zonas verdes, creando, a su vez, tres grandes supermanzanas en las que el uso residencial y las parcelas privadas ocuparán menos espacio que en cualquier otro plan urbanístico.
De este modo, el grueso del programa contempla 160.000 metros cuadrados de zonas verdes que enlazará con el Jardín del Túria hasta su tramo final en desembocadura. Por tanto, el antiguo cauce ganará 16 hectáreas a las 100 ya existentes. Asimismo, el 'boceto' incluye más de 3 kilómetros de carril bici a través de calles arboladas con más de 430 alcorques y una movilidad más amable y de proximidad al reducir el número de carriles de tráfico rodado en las prolongaciones de la avenida de Francia y la Alameda. Con ello, se pretende integrar y dar continuidad hacia el puerto, abrazando la dársela y enlazando con el paseo Marítimo, La Punta y Nazaret, que se conectarán con un nuevo puente.

- PAI del Grao -
También, se reservan 45.000 metros cuadrados para dotación pública para servicios municipales, a través de tres suelos con uso principalmente educativo para dos CEIP y una escoleta infantil. Asimismo, se han proyectado dos depósitos de tormentas con capacidad para más de 6.000 metros cúbicos, que contendrán las aguas contaminantes en episodios de fuertes lluvias y ofrecerán protección y seguridad hidrológica al barrio.
"El PAI del Grao es un sector clave para el futuro de València que llevaba demasiado tiempo en un cajón. Era una ‘patata caliente’ a la que no se supo dar una solución y que hoy empieza a ser una realidad. Una oportunidad para integrar totalmente a la ciudad con su fachada marítima, con barrios como Nazaret y Moreras, y para ofrecer vivienda asequible, servicios públicos y desarrollo económico", enfatizó Catalá.
Soterramiento de las vías
Una de las cuestiones que condiciona las conexiones de este nuevo sector es el soterramiento de las vías de Serrería, que separa en dos la ciudad y que afecta a la conexión de la ciudad con este ámbito urbanístico. Atitlan y Hayfin han incluido una aportación directa de 5,9 millones de euros para la financiación del soterramiento, que se suman a los 10 millones presupuestados por el Ayuntamiento. No obstante, todo depende del Gobierno central, que es el que debe acometer esta actuación y que ya se ha comprometido a hacerlo.
Sin embargo, la alcaldesa exigió certezas y plazos para lograr la integración plena de este desarrollo. "Solo será posible si se elimina definitivamente esa cicatriz urbana que separa a barrios enteros. No podemos hablar de cohesión, de sostenibilidad o de proximidad real si mantenemos esa barrera física", reivindicó.

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A partir de este momento comienza el contador. El PAI empieza a rodar y serán los servicios municipales como Movilidad, Ciclo del Agua y otros departamentos afectados por el desarrollo, los que deberán validar la propuesta de la mercantil. Posteriormente, tendrá que salir a exposición pública para el periodo de alegaciones. Una vez superado ese trámite, la versión definitiva, tras posibles modificaciones, tendrá que recibir el visto bueno final por parte de Urbanismo. En paralelo, se procederá a la reparcelación. Por tanto, como pronto, no será hasta dentro de 24-25 meses, es decir, unos dos años, según expresó Giner, que arrancará la urbanización de este nuevo enclave de València.