VALÈNCIA. Las elecciones universitarias celebradas el pasado mes de noviembre arrojaron una clara victoria por parte del Bloc d'Estudiantes Agermanats (BEA), considerado próximo a Compromís y especialmente al Bloc. El exitoso resultado de 25 claustrales conseguido por esta organización solo pudo ser contestado por los 20 representantes lograda por Saó, fuerza estudiantil próxima a Joves Socialistes que arrebató la segunda posición que ostentó en 2015 Acontracorrent -considerada próxima a los postulados de Podemos y EU-, que esta vez se quedó en ocho claustrales.
No obstante, este dominio evidenciado por parte de las organizaciones progresistas no ha alumbrado un acuerdo entre las mismas de cara a la elección de los cinco representantes estudiantiles dentro del Consejo de Gobierno de la Universitat de València, que se comparte además con los electos dentro de otros colectivos como el personal administrativo y el profesorado.
Así, fuentes universitarias señalaron a este diario que el pasado jueves 21 tuvieron lugar las votaciones para el citado órgano resultando elegidos tres representantes del BEA, uno de ACC y el restante de la Asociación Valenciana de Estudiantes de Derecho (Aved), una fuerza independiente que fue mayoritaria en su facultad -la única en la que se presentaba- donde logró tres claustrales. De esta manera, Saó quedaba fuera del órgano de gobierno pese a ser la segunda fuerza con mayor representación de todo el campus y habiendo obtenido claustrales en 12 de las 18 facultades.
En este caso, el resultado de estas votaciones evidenciaron una alianza clara entre las dos fuerzas de izquierdas, BEA y ACC, mientras que Saó llegó a un pacto con Aved que les resultó insuficiente porque la propia fuerza independiente consiguió votos por otras vías que superaron a los socialistas; que se vieron fuera al no haber acuerdo con BEA y ACC. Un ejemplo de que el pacto que los 'seniors' alcanzaron en el Botánico conformado por PSPV, Compromís y Podemos, no es replicable en el ámbito universitario.
De hecho, cabe recordar que, tras las elecciones en la UV de 2015, se produjo este mismo proceso a principios del pasado año y en aquella ocasión tampoco se integró a Saó pese a ser la tercera fuerza en los comicios. El reparto fue entonces dos representantes para el BEA, uno para Acontracorrent, uno para el Front d'Estudiants Unificats (FEU) y Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC).
Un aislamiento a Saó que cobra especial sentido con las tesis defendidas por parte de dirigentes socialistas que vienen alertando de la intención por parte de Compromís de tomar un espacio, el de la universidad, que tradicionalmente ha ocupado el PSPV-PSOE. Sobre esto, es obligado recordar que en los próximos meses también tendrá lugar la elección al rectorado.
Por parte del sindicato afín a Joves Socialistes lamentaron no haber sido incluidos en el pacto de izquierdas y haberse quedado de esta manera fuera del Consejo de la Universidad sin que hubiera llegado a abrirse un proceso de negociación por parte de las citadas fuerzas. En cuanto al BEA, fuentes de esta organización aseguraron que existieron conversaciones previas con Saó pero que no llegó a concretarse ninguna fecha para iniciar una negociación antes de la celebración del Consejo de Gobierno.