VALÈNCIA. Hace ya un año la Sindicatura de Comptes presentó la primera auditoría realizada a Les Corts Valencianes. En aquel informe, el órgano presidido por Vicent Cucarella recomendaba al parlamento valenciano que fiscalizara más y mejor los gastos que los partidos hacían de las ayudas que reciben de la propia institución. En concreto, pedía que la documentación contable que los grupos parlamentarios PP, Ciudadanos, Podemos, Compromís y PSPV presentan cada año a la Mesa de Les Corts reflejara "con claridad el destino de las subvenciones anuales previstas en las bases de ejecución presupuestaria".
No obstante, ha pasado más de un año sin que ninguna de las cinco formaciones haya mejorado el detalle de sus gastos; y tampoco se ha tomado ninguna medida con resultado satisfactorio para corregir este vacío de información. De hecho, a pesar de que siete meses después del informe de la Sindicatura la comisión de Gobierno de Interior de Les Corts se reunió para abordar esta cuestión y poder atender las sugerencias del órgano estatutario, el encuentro se cerró sin acuerdo alguno.
Por lo que, con esto, como ya viene sucediendo todos los años, este ejercicio tampoco se sabe con exactitud en qué han gastado los grupos parlamentarios los 3,5 millones de euros con los que la cámara valenciana subvencionó sus gastos de funcionamiento y repartió en función de la representación de cada uno.
Conviene señalar que, no obstante, Compromís -quien ocupa la presidencia del parlamento valenciano-, tras la falta de acuerdo entre los partidos en la comisión de Gobierno Interior para mejorar la transparencia de las cuentas, anunció que presentaría una iniciativa parlamentaria para que las distintas fuerzas políticas con representación en la cámara se comprometiera a detallar, por ejemplo, los pagos al personal contratado, desplazamientos o alquileres de espacios para celebrar actos o eventos. Eso sí, esta información sólo podría consultarse en aquellos grupos que no transfieren la subvención a sus partidos -como por ejemplo hacen Ciudadanos y PSPV-.
Por su parte, también Podemos comenzó a amasar una propuesta, pero en esta ocasión iba dirigida a reducir las subvenciones que recibe cada diputado y, por consiguiente, reducir los gastos que tienen las arcas de Les Corts. Y es que, cada parlamentario cobra una dieta fija mensual en función de dónde se encuentre su lugar de residencia -distancia a la que se halle del parlamento- y otra variable en función de los kilómetros que recorre el político hasta llegar a Les Corts.
Si bien es cierto que Podemos y Compromís llegaron a negociar una posible fusión de sus propuestas, el escándalo por la presunta financiación irregular del Bloc en la campaña de 2007 derivó en que nunca se llegara a un acuerdo. Los morados decidieron no seguir conversando con los valencianistas y enfriar cualquier tipo de entendimiento. "No es el mejor momento para pactar nada con Compromís", aseguraron entonces fuentes de la dirección del grupo parlamentario.
Un año después de las recomendaciones de la Sindicatura todo sigue igual en los grupos parlamentarios y las propuestas puestas sobre la mesa en febrero, siguen sin materializarse. Atendiendo al tiempo que queda de legislatura, tampoco parece que en los seis meses que quedan antes de las elecciones se vaya a poder sacar adelante ninguna iniciativa que vaya dirigida a hacer más transparente la gestión de las subvenciones. En apenas ese medio año, la negociación de los presupuestos de la Generalitat y las todavía casi 20 leyes del Consell que deben salir adelante, absorberán la mayor parte del tiempo de los grupos parlamentarios. Un deber que, de no realizarse, quedará como pendiente para la siguiente legislatura.