Pablo Jarillo-Herrero, talento, generosidad, humildad

El pasado lunes 23 tuve la suerte de asistir, invitado por mi buen amigo Víctor Duart, director del Club de la Ciencia de la Real Sociedad Valenciana de Agricultura y Deportes, también conocida por los valencianos como Casino de Agricultura, a una charla y posterior mesa redonda del prestigioso físico e investigador valenciano Pablo Jarillo-Herrero.

En su invitación Víctor me decía... "mesa redonda con un extraordinario físico valenciano que investiga sobre materiales bidimensionales girados, como el grafeno, en el MIT de Boston. Superinteresante". Como comprobé más tarde, se quedó corto en la descripción, tanto en la vertiente académica e investigadora de Pablo como en la versión humana.

No es el propósito de estas líneas glosar el expediente académico y la trayectoria profesional del físico valenciano ya que para ello el lector puede acceder al enlace anterior y verificar todo su currículo, intereses de investigación, estudios, logros y publicaciones, así como acceder a su grupo de laboratorio del Centro de I. Cuántica del MIT. El simple hecho de ser una pieza importante en el MIT -catedrático (full professor)- justifica nuestra curiosidad. Lo que busco con estas líneas es una aproximación, a través de su faceta profesional, a su dimensión humana.

Pablo Jarillo-Herrero es mundialmente conocido por su investigación pionera sobre la twistrónica y sus investigaciones centradas en el área de la física experimental de la materia condensada, particularmente el transporte cuántico y la optoelectrónica en los nuevos materiales bidimensionales, con especial énfasis en la investigación de sus propiedades superconductoras, magnéticas y topológicas y su Estudio: La superconductividad se activa y desactiva en el grafeno de "ángulo mágico".

La verdad es que sorprende que recién llegado de Boston para disfrutar de sus vacaciones navideñas junto a su familia y allegados aceptara, casi recién descendido del avión, participar en esta charla. Esto dice bastante de su calidad humana. También es de agradecer que durante la charla, descendiera los peldaños suficientes para hacernos llegar a la mayoría, en un lenguaje natural, la base y estructura de sus investigaciones. En una sala abarrotada se dirigió a nosotros de una forma didáctica pero muy personal a la vez, compartiendo todo el caudal de conocimientos que tiene. Pero lo más revelador es que, a mi parecer, hizo todo esto de forma divertida y amena, transportándonos a su laboratorio, haciéndonos partícipes de su grupo de investigación. 

Me llamó la atención que durante las más de dos horas que duró la charla y posterior mesa redonda en ningún momento perdió la sonrisa que le caracteriza, señal inequívoca del tipo de persona que es. Siempre he mantenido, a lo largo de mi carrera profesional, la máxima de que "si no te diviertes haciéndolo no lo hagas", pues bien, constato que Pablo Jarillo se divierte haciendo lo que hace, compartiendo sus conocimientos, incluso viviendo la vida de la forma que la vive. 

Aprovechó, también, para compartir unas pautas que ha seguido durante su carrera, sobre todo para los doctorandos y recién doctorados que había en la sala, a los sénior ya no nos aprovechan o es tarde para cambiar…pero cosas como la importancia de no permitir que nos pongan techo a las ambiciones; intentar siempre estudiar y/o trabajar en el mejor sitio y con los mejores; asumir riesgos y trabajar duro sin descuidar la salud física y mental son pautas que por muy evidentes que parezcan conviene mantener frescas y en uso. También insistió en la necesidad de "pedir ayuda cuando sea necesario y siempre ofrecerla desinteresadamente" y cuidar las relaciones tanto personales como profesionales. 

A preguntas que se le formularon, algunas de interés, otras no tanto, pasó muy por encima sobre la comparativa de la investigación entre EEUU y España, particularmente en Valencia; para quien le interese su punto de vista al respecto enlazo un artículo de opinión de Javier Alfonso del pasado junio y una entrevista de Estefanía Pastor de febrero de 2020 en la que queda muy clara su opinión al respecto.

Lo que observé y me llamó la atención fue que ante una sala repleta de público se percibieran notables ausencias, dado el origen de la "terreta" de Pablo Jarillo. No vi a nadie del Ayuntamiento de Valencia, ni de la concejalía de Innovación, ni a título oficial ni a título privado. Tampoco a nadie de la Generalitat, ni de las consellerías específicas... pero lo más llamativo fue que tampoco identifiqué a nadie del autollamado "ecosistema" de innovación, ni representantes de start-up... ni zubis, ni ángelas, ni albores, etc., debían estar levantando capital para nuevos proyectos. Por cierto, tanto Ayuntamiento como Generalitat deberían revisar sus presupuestos y los protocolos de obtención de subvenciones, ya que es altamente significativo que siempre los mismos son lo que acceden a las subvenciones, tanto con el Botánico como ahora, y no creo que sean representativos sus hallazgos para la ciudadanía valenciana, aunque esto será motivo de un artículo más profundo ya que hay mucho sobre lo que hablar en materia de innovación (no solo bancos para parques de impresión 3d).

Pero como dijo el propio Pablo, en EEUU no es costumbre que las personalidades políticas asistan a este tipo de eventos quitándole importancia a la ausencia de nuestros representantes públicos, tanto autoridades como de la oposición, que tampoco apareció nadie.

Por lo que vi y escuché y sobre todo por lo que no dijo auguro un futuro de éxitos en la carrera profesional de Pablo Jarillo; los logros obtenidos hasta ahora no tienen comparación con lo que llegará y estoy seguro que él no es consciente aún de lo ilimitado que es su trabajo.

Mi enhorabuena a Pablo Jarillo por ser como es, por sus investigaciones y por el futuro que le espera.

¡Os deseo a todos un Próspero Año Nuevo!