VALÈNCIA. El Centro de Arte Hortensia Herrero será, en realidad, un poco más de lo que inicialmente se presentó. Al gran proyecto cultural impulsado por la Fundación Hortensia Herrero en el Palacio de Valeriola, que pretende abrir entre 2022 y 2023, se suma un inmueble al que hasta ahora no se había hecho referencia, dado que en esencia se tratará del espacio administrativo anexo al centro, pero que mantendrá, eso sí, un especial interés patrimonial e histórico.
Como publicó en su momento este diario, Hortensia Herrero estaba comprando inmuebles junto al Palacio. Se trataba del número 29 en la Calle del Mar, donde escrituró dos pisos de los seis que alberga al edificio. No obstante, hasta el momento se desconocía cuál iba a ser su uso. Ahora, con el proyecto para estos inmuebles presentado ante el Ayuntamiento de València, se da a conocer que serán oficinas del Centro de Arte.
El proyecto para esta zona pasa por rehabilitar y reformar dos locales actualmente degradados y sin uso en la entreplanta y la primera planta, para dedicarlos finalmente a la administración. En total, suman más de 510 metros cuadrados y la inversión aquí ascenderá a más de 450.000 euros.
El espacio, situado en pleno casco histórico, zona protegida, requiere del visto bueno de la Comisión Patrimonial del Ayuntamiento de València. Son múltiples los aspectos que contemplan mantener los promotores en la primera planta, entre los cuales se encuentran pavimentos de interés artístico y formas y pinturas decorativas. Además, se acometerá un refuerzo necesario en la estructura del inmueble.
"El proyecto pretende poner en valor todos los pavimentos existentes por considerarse de gran valor histórico, y por su marcado carácter que puede coexistir con la nueva propuesta de actividad", recoge el proyecto al que ha tenido acceso este diario. Todos los pavimentos encontrados son "de grán interés", pero en especial lo es el pavimento Nolla, pues su cerámica es la primera con altas prestaciones que se fabricó en España, introducida desde Inglaterra por Miguel Nolla.
Se trata este de un pavimento con una serie de teselas de gres con formas geométricas, producidas en serio, que se utilizan de manera combinada para alumbrar complejas composiciones. En el caso de este inmueble, se cree que data de finales del siglo XIX. Los colores hallados son de la primera época de Nolla, incluso el verde, que "sólo se hacía bajo pedido en ocasiones excepcionales", aseguran los expertos, quienes señalan que el estado de conservación del pavimento es "muy bueno" pese a las reparaciones realizadas con el paso del tiempo.
En la sala colindante con la que alberga el pavimento de Nolla, se han registrado otros pavimentos con formas geométricas que también revisten interés. La intención es ponerlos en valor "a modo de alfombras pisables en distintas salas y circulaciones". Asimismo, se plantea usarlos en jambeados de las ventanas a fachadas. Así dejarán "claras ventanas históricas" y darán lugar a "nuevos espacios".
En la sala principal del inmueble se encuentra el programa decorativo "más completo" de la vivienda, explican los arquitectos. "La representación decorativa de esta sala es un fingido arquitectónico en paredes y techo, muy a la manera decimonónica con la representación del mito de Gaia (personaje que da nombre a esta sala), en el óvalo central", detallan en este sentido. Gaia es la diosa madre, símbolo de la Tierra y de su fecundidad.
Sobre ello, los técnicos añaden que pese a haber sufrido muchas remodelaciones, como el cambio de su pavimentación o instalaciones eléctricas indebidas, el estado de conservación es "bastante bueno". Eso sí, "quizá una de las patologías que más interesan es el repintado del zócalo y de los marcos de puertas y ventanas".
Además de ello, también se han encontrado otros motivos pictóricos ornamentales. Sin embargo sólo son visibles porque no se encuentra el falso techo origial. "Se trata de pequeños motivos en distintos elementos del local, en vigas de madera estructurales, o en las partes superiores de los paramentos verticales de los núcleos o fachadas que siempre se han mantenido, ya que dichas pinturas eran complemento del papel pintado que ya no encontramos", aseguran.
En la sala Nollá, por ejemplo, hay motivos florales que existían como complemento de una papel pintado ya inexistente. Estos y otros del mismo estilo no se van a mantener "por su escaso valor histórico y estético", porque están incompletos y "en mal estado". Con todo, las pinturas quedarán en su estado original, no se modificarán, más allá de las que sean eliminadas por el derribo de elementos divisorios no protegidos.
El estado del edificio obligará a los promotores también a llevar a cabo actuaciones de refuerzo. Actualmente, la estructura original "presenta riesgo de colapso", explica el informe del proyecto. Gran parte de las vigas presentan deficiencias e incluso roturas aparentes. Por ello, se implantará un refuerzo continuo superior a modo de capa de compresión y relleno delas vigas. En el caso del pavimento Nolla, éste quedará en su lugar original, y se reforzará de forma perimetral, o puntualmente desde abajo para que no se vea afectado.