VALÈNCIA. Ante unas elecciones y a la hora de depositar nuestro voto solemos tener claro qué papeleta vamos a coger. El partido, el conjunto de hombres y mujeres que lo integran, la ideología, las propuestas, las medidas e incluso la capacidad de compromiso para cumplir lo prometido decantan nuestra elección. Sin embargo, la figura que está al frente de todos ellos, el líder, es un elemento clave y determinante para mostrar nuestra simpatía. Existen numerosos sondeos que hablan sobre las características que piden los electores a sus candidatos, cualidades que se convierten en valor tanto para votar como para defender ante otros la decisión. En términos generales lo que quiere la mayoría es que el líder sea: honrado, esté preparado y sea una persona cercana. Pero también hoy en día se requiere contar con herramientas de negociación, versatilidad, motivación, afabilidad, credibilidad, apertura mental y energía, entre otras, para llegar a la meta con cierta holgura respecto a nuestro rival.
Además, cuando los mecanismos de representación están dañados por casos de corrupción, independentismo, rechazo a la inmigración, surgimiento de nacionalismos extremos… con ocurre en España, es cuando los ciudadanos observan con lupa y se fijan más en los detalles y características de los políticos que van a representarlos. Estamos pasando de la era de la imagen, del parecer a la del ser, a la del contenido que se ejerce con eficacia, transparencia y credibilidad.
Nos hemos propuesto acercarnos a los candidatos y observar dichos rasgos desde otra perspectiva. Desde la que brinda como técnica de observación y de interpretación de la escritura la grafología. Nuestro objetivo no es explicar la personalidad, su evolución, los puntos fuertes o débiles de los candidatos, sino ver qué rasgos de los solicitados hoy por los electores encontramos en nuestros políticos a través de su escritura. Lo hacemos con la máxima honestidad y por supuesto con la mayor profesionalidad. El primer análisis corresponde a la grafía del president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.
En la escritura de Ximo Puig se mezclan varios ingredientes. Por un lado una fuerte sensibilidad intelectual, cierta inquietud por las cosas y la necesidad de asentarlas y verlas con calma a través del prisma de la razón. Si bien esta mezcla le da brío, amplía su curiosidad y le empuja hacia adelante, hacia la novedad, también se observa en la escritura un cierto freno, una necesidad de quedarse cerca de lo conocido para recargar pilas y repensar sus estrategias. Sus gestos traducen que estamos ante una persona que se mueve bien en círculos conocidos, cercanos, interioriza más que exterioriza.
Asimismo entre sus gestos destacados se ve que uno de los motores que impulsa al presidente a pisar fuerte es el cumplimiento de las normas, el orden social y un sentido ético estricto que forma parte de su ADN. Es una persona que no se arredra ante el trabajo y tiene energía para cumplir con sus proyectos y objetivos. Más que de ilusiones hablaríamos de propósitos. De ideas sopesadas y reflexionadas que le empujan a trabajar, a ponerse en acción. Es un hombre comprometido, que le gusta controlar y que cuando tiene claro un objetivo va a por él independientemente del coste que suponga.
Tiene madera de líder y se muestra ante los demás sin dobleces, tal y como es para sí mismo. Por su ética y moral se exige y esto implica que está cerca de los problemas y de la gente, de hecho le cuesta distanciarse del entorno y de lo que ocurre a su alrededor. Al mismo tiempo al tener mucha energía arrastra a los demás hacia sus metas, las que él ha planificado.
Es rápido a la hora de reflexionar y tomar decisiones. Sin llegar a ser escrupulosamente metódico le gusta partir de esquemas donde plantea la situación, los pros y contras y las consecuencias aparejadas a cada decisión.
Está satisfecho de sus logros y de sí mismo y aunque algunos episodios de su carrera profesional le han dejado marcas que no olvida, las ha integrado como una sólida experiencia. Político de acción, voluntarioso, que sabe dirigir y lo hace, a veces, con demasiada energía y determinación. Conoce su trabajo, los caminos, entresijos y vías para obtener el resultado que busca.
Su sensibilidad intelectual le dan la capacidad tanto para aprender rápido y tener las antenas abiertas para captar lo que acontece a su alrededor. Se observa curiosidad y sobre todo intuición.
Tiende a abordar los acontecimientos desde el pensamiento, la seriedad y la reflexión y de este modo huye y evita la dispersión y la frustración, aunque no así el estrés. Por lo tanto prefiere que las situaciones estén calculadas y planificadas para que haya menos posibilidad de error.
Hay ambición, obstinación, perseverancia y sentido del esfuerzo. Suele afrontar los problemas de frente, a veces con demasiado ardor. En cierto modo es como si le costase aceptar y resignarse ante los avatares y conceptuara la vida como una lucha.
Determinar si en una escritura hay rasgos de insinceridad o de corrupción es arriesgado sin haber analizado las suficientes muestras de la persona. Pero sí se puede detallar si es una persona entusiasta, empática y con capacidad de envolver a los demás. En el caso de la escritura de Ximo Puig no se observan estos rasgos, es decir no será una persona que se caracterice por liar o enredar al otro, irá al grano, será más directo, más serio y más estricto, desde su claridad. No se observa en la escritura la existencia de dobles intenciones. Ni las practica, ni las admite. Sí se observa tensión que puede ser fruto de una gran exigencia interior y que le hace ser más reservado.
En términos generales estamos ante una personalidad contenida con espíritu de lucha que se esfuerza con disciplina para lograr sus objetivos dentro de un entorno social dejándose guiar por la razón y su comprensión. Hay capacidad de liderazgo y resistencia al entorno.
*No entramos a valorar el nivel de preparación de la persona a través de la escritura por cuanto no forma parte de este tipo de análisis. Pero como reflexión si podemos señalar que por los años que lleva en política tiene una formación exhaustiva tanto del marco interno de un partido como de la administración pública, circunstancia ésta última necesaria para impulsar de manera acertada la vida social, económica y cultural de cualquier sociedad.
María Costa es periodista, escritora y grafóloga.
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal