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La compañía se encuentra en pleno proceso de diversificación

Plásticos Flome, de embalajes para Ford a la impresión en 3D de material sanitario

21/02/2021 - 

VALÈNCIA. Los vaivenes en el mercado del automóvil han llevado a muchas compañías dedicadas a este sector a explorar nuevos sectores y acometer ambiciosos planes de diversificación. Este es el caso de Plásticos Flome, una compañía especializada en el embalaje industrial para grandes compañías de la automoción como Ford, Seat, Mercedes, BMW, Renault o Volvo, que ya trabaja en una estrategia para ampliar su portfolio de productos con vistas a irrumpir en nuevos sectores. Y lo hará gracias a la adquisición de una impresora industrial de 3D, con resina homologada, para la fabricación de productos sanitarios.

Aunque este giro no es nuevo en la compañía, que ya hace años entró en el vino y el sector agrario con una línea de semilleros y durante la pandemia lanzó productos para hacer frente al virus, ahora prepara un fuerte viraje con vistas a diversificar su catálogo, pero sin olvidarse del motor.

Y es que los cambios no son ajenos a esta empresa familiar. Innovación y adaptación han sido su tónica a lo largo de los 40 años de trayectoria de una firma que surgió ante las necesidades que su fundador, Eduardo Flores, detectó en las fábricas de producción de vehículos. Gerente de recambios en la planta de Ford Almussafes, Flores descubrió que había ciertas necesidades de transporte de las piezas y los motores dentro de la plantas en su traslado a las distintas líneas de fabricación, como también para enviar pedidos al extranjero o a diferentes instalaciones. 

Tras su salida de la multinacional, decidió montar su propia empresa de deflectores en un garaje en la localidad valenciana de Silla. Un producto que le permitió crecer y trasladarse a una nave industrial en este mismo municipio, donde empezó a producir sus actuales bandejas industriales para la logística interna y externa de las empresas del sector de la automoción. Se trata de una solución a medida que permite la protección de piezas y componentes y la optimización de espacio de transporte. 

Foto: EDUARDO MANZANA

En la actualidad, la empresa está pilotada por la segunda generación y cuenta con dos naves en Silla, una plantilla de más de 10 trabajadores y una facturación media cercana a los tres millones de euros, con vistas a duplicarla en los próximos ejercicios gracias a su estrategia de diversificación con nuevos productos en el mercado.

"Las empresas nos contactan y, en función del tipo de pieza que tienen y cómo tienen que transportarlas, les diseñamos el producto. Por ejemplo, si va a viajar durante dos meses por mar... Ellos nos trasladan sus necesidades y aquí diseñamos y fabricamos la bandeja a la carta", explica Esther Gil, manager assistant de la firma. Y es que la empresa exporta parte de sus productos a varios países, principalmente a Inglaterra, y Alemania.

En sus instalaciones valencianas, Plásticos Flome diseña y fabrica los moldes que serán necesarios para hacer las bandejas que precisan sus clientes a través del termoformado o la inyección de materiales, generalmente plástico. Una tecnología que les ha permitido crecer e incrementar su gama de productos a lo largo de los años. Así, también fabrican protecciones para el exterior e interior de los vehículos durante los procesos de montaje y transporte en las fábricas, para así evitar roces, ralladuras o manchas.

Foto: EDUARDO MANZANA

Además, desde hace años son distribuidores en exclusiva en España de equipos de infrarrojos de la marca IRT de la compañía sueca Hedson. Se trata de unos aparatos de transferencia de calor de alto rendimiento que se usan en procesos industriales de curado de pintura o adhesivos, así como para calentamiento o secado. De este modo, principalmente los han comercializado para plantas de automóvil. "Se usan para acabar el chapado y la pintura de la carrocería antes de que el vehículo pase a montaje y una vez ha concluido todo el proceso de fabricación, para rematarlo. Esto también fue una importante diversificación para nosotros", explica Carles Doménech, responsable comercial de la compañía.

Irrupción en el vino y los semilleros

Uno de los primeros saltos que dio la firma fue cambiar el embalaje industrial por el de botellas de vino y cava. Su principal cliente es la bodega valenciana Torre Oria."Se detectó esa necesidad y vimos una oportunidad para entrar en otro mercado. Lo que permite es apilar varias hileras de botellas o transportarlas de forma segura", explica Doménech. Por el momento, es una línea de negocio más secundaria, ya que el 80% de su negocio lo copa el automóvil, pero la intención es darle un impulso. 

También iniciaron la producción de semilleros para la agricultura, que a día de hoy continúa. Y es que, con sus máquinas y su tecnología para la industria 4.0, la empresa tiene la capacidad de entrar en la mayoría de industrias. De hecho, ya han recibido algún encargo para fabricar cajas de seguridad para la compañía de seguros Securitas, así como moldes para elementos decorativos o carcasas para unas máquinas de pedicura. Incluso, el pasado año, un cliente les pidió para nochevieja un molde con forma de reloj y huecos para colocar las doce uvas. 

Han sido pequeños trabajos fuera de la automoción que quieren que vayan a más. Por eso, su reto es testear y sondear otros ámbitos, como el diseño industrial, el sanitari o la arquitectura. Ya lo demostraron durante la pandemia, cuando desarrollaron varias líneas de productos, desde máscaras faciales a campanas para colocar en los aspiradores que usan los dentistas a la hora de hacer exploraciones bucales. Un producto que ahora les piden desde varios hospitales valencianos, como La Ribera, Dénia o La Fe.

"En marzo se paró en seco el trabajo en la planta y desde casa pensamos en ideas para poder contribuir en la situación que estábamos viviendo", explica Gil. Así, sacaron al mercado una mampara protectora individual, portátil y plegable, destinada principalmente a los colegios, pero que también pueden ser instaladas en oficinas u otros espacios. Llegaron a sacar 60.000 mamparas en tres semanas.

Impresoras 3D

Y en medio de esta complicada coyuntura fruto de la crisis sanitaria, Flome no paró. No solo readaptó sus líneas de producción, sino que acometió una importante inversión en una impresora industrial 3D que les permitirá esa transición en la que se encuentran inmersos y llegar a nuevos mercados. "Esta tecnología ya está en la industria y ofrece muchas oportunidades. Ahora, hay que pensar a gran escala", subraya Doménech. 

Esta máquina cuenta con resina homologada para uso sanitario, lo que les va a permitir adentrarse en esta rama. De hecho, ya han fabricado conectores para respiradores. Y es que su intención es entrar en el sector sanitario, especialmente en el dental a través de la fabricación de prótesis y materiales. Ya han iniciado contactos con algunas compañías y clínicas. "Pocas empresas cuentan con impresoras de este tamaño", señalan.

Foto: EDUARDO MANZANA

Pero dadas las posibilidades que ofrece esta máquina, se muestran abiertos a explorar otros sus usos, dado que son múltiples. "Ahora estamos en disposición de salir más allá de la automoción", explican. De hecho, han ampliado su personal en el departamento de diseño para encontrar nuevas oportunidades.

Así, Plásticos Flome arranca un ambicioso plan de diversificación. La pandemia les ha servido para aprender una importante lección: la reinvención continua para salir más fortalecidos en tiempos adversos. Ahora, llega el acelerón final para no parar la maquinaría.  

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