VALÈNCIA. Rafael Chirivella es de esas personas que pasan por el mundo de la náutica española sin hacer ningún ruido, pero que a la hora de la verdad son pieza fundamental en todas las decisiones que toman las jerarquías deportivas. Trabaja por la vela y para la vela casi desde que nació y es un pilar imprescindible para el deporte valenciano.
— ¿La vela española goza de buena salud?
— Mejora adecuadamente; quizás no al ritmo que uno desearía. A la vela, al igual que a la bolsa, le afectan todos los problemas de la vida cotidiana; la élite y la tecnificación son los ámbitos más dañados, puesto que son necesarias inversiones fuertes en equipos y materiales. En momentos difíciles tenemos la caída de sponsors, cuando no es el cierre. Como todos sabemos, el dinero es cobarde y huye, además, sin leyes de mecenazgo o micromecenazgo trasparentes y sencillas que apoyen proyectos deportivos internacionales de vela, la consecución de resultados se vuelve misión imposible.
— ¿Y la valenciana?
— Intentando encontrar la perfección, creo que somos la única federación que no dispone de un Centro de Tecnificación Nacional de Vela y no digamos un Centro de Alto Rendimiento en nuestra Comunitat, con 529 kilómetros de costa, 50 clubes náuticos y 50 escuelas de vela, aunque estamos trabajando en ello. Muy recientemente nos acaba de autorizar el Consejo Superior de Deportes que, aun de prestado, seamos un Centro de Tecnificación Autonómico. Por cierto, aprovecho para agradecer públicamente las gestiones de la Dirección General de Deportes de la Generalitat y a la Regidoria de Esports del Ayuntamiento de València. En lo referente al crucero, tenemos: tres regatas de nivel ‘0’ (una por provincia: Costa de Azahar, Trofeo S. M. la Reina y el Trofeo Tabarca Ciudad de Alicante) y un nuevo proyecto para el 2020, la Lliga de Creuers de la Comunitat Valenciana. Además hay varias pruebas importantes en el calendario de la Comunitat a nivel nacional como son las 200 millas A2 de Altea, la Calpe Formentera o las 300 millas A3 de Moraira.
* Lea el artículo completo en el número de febrero de la revista Plaza