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ENTREVISTA AL Vicerrector de Estudios de Postgrado DE LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

Rafael Crespo: "Un máster cuesta 2.600 euros en València; en Francia apenas 200"

Foto: KIKE TABERNER
4/06/2017 - 

VALÈNCIA. Ante todo, Rafael Crespo (València, 1953) es matemático. Mientras paseamos por la planta del rectorado de la Universitat de València (UV), edificio emblemático de la avenida Blasco Ibáñéz, recuerda que aquello fueron aulas en las que impartió clase. Es lo que tiene llevar cuatro décadas de docencia a las espaldas. Uno sobrevive a los usos de los edificios, al tiempo que ve crecer desde los cimientos un campus que ya abarca todas las ramas del saber y al que, no obstante, le cuesta modernizarse. Hombre de la casa, Crespo también ha ostentado el cargo de decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas y entre sus devociones personales se encuentra el programa Estalmat de estímulo del talento matemático precoz. Lo dicho, ante todo un hombre de números.

¿Y cómo ha acabado al frente de un departamento tan institucional como el vicerrectorado de Estudios de Posgrado? El caso es que, cuando daba los primeros pasos de lo que iba a ser un año sabático, el rector Esteban Morcillo se interpuso en su camino. Apelando a su relación personal, le instó a formar parte de la renovación del Consejo de Dirección que llevó a cabo a mitad de legislatura, allá por diciembre de 2015. Así fue como acabó sustituyendo a Rosa Marín e, irremediablemente, heredando los dilemas de un departamento que ha vivido tiempos agitados. El desembarco de los programas europeos en la Universidad española, y concretamente en la Comunitat Valenciana, no ha sido tan cómodo como cabría esperar.

Foto: KIKE TABERNER

- ¿Morcillo no estaba satisfecho con la gestión de Marín?
- Habría que preguntárselo a él, pero no creo que el relevo fuera por eso. A fin de cuentas mi trabajo ha sido de absoluta continuidad, de equipo. Me encontré con un problema adicional, que fue la remodelación del Personal de Administración y Servicios (PAS). Si antes había una parte encargada de Grado y otra de Posgrado, en ese momento se alcanzó el acuerdo de unificar las plantillas para hacerlas versátiles y eficientes. Pero fue una cuestión que se solucionó rápidamente y yo me dejé aconsejar por personas que sabían mucho más que yo de las cuestiones administrativas. Me encontré con un equipo de gente muy competente.

- El otro problema fue el escenario de adaptación a los programas europeos.
- En la universidad española se cometió un error inicial, que yo no sé si de bulto. En el proceso de implantar el sistema conocido como Bolonia, primero se reformaron los posgrados y luego se hicieron los grados. Esto no ha ayudado a que los másteres, ni propios ni oficiales, se diseñasen como convenía. Pero afortunadamente nuestros 500 años de experiencia nos hacen resolver cosas que creíamos imposibles. 

"EN LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA SE COMETIÓ UN ERROR DE BULTO CON BOLONIA: PRIMERO SE REFORMARON LOS POSGRADOS Y LUEGO SE HICIERON LOS GRADOS"

- Dentro de la adaptación al nuevo modelo, ¿usted es partidario del 3+2 o el 4+1?
- Yo soy matemático, y a pesar de todo sé que 4+1 no es igual a 3+2. Pero no pertenezco a ningún bando. Cuando se implantó el modelo, se optó por el 4+1 que hoy en día está en marcha. Habría sido muy fácil pasar algunas licenciaturas al 3+2, obligando a que los grados se hicieran ligados a los posgrados, pero como se empezó al revés y primero se definieron los másteres... Si hace ocho años me preguntan, habría dicho 3+2. Hoy en día soy partidario de dejar las cosas como están, que es además la postura oficial de la Confererencia de Rectores. El 3 es sólo es para títulos nuevos que sean totalmente nuevos.

- ¿También hubo problemas al ampliar las diplomaturas de 3 a 4 años?
- Nos encontramos con que se necesitaban más docentes, especialmente en las áreas de Salud y Educación. Como no podemos generar nuevas plazas, porque se ha establecido una tasa de reposición incomprensible, acabamos saturando los departamentos o tirando del profesorado asociado. No es la situación ideal. Con esta tasa, de cada 10 personas que se jubilan, solo podemos crear una plaza, con todo lo que ello supone para la UV. Estamos en un centro con solera, con un personal muy afamado, pero también envejecido.

Foto: KIKE TABERNER

- ¿Tiene que sentido que ciertas profesiones exijan másteres habilitantes para ejercer?
- En la UV tenemos el Máster de Psicología General Sanitaria, el de Abogacía y el de Profesor de Educación Secundaria. Es cierto que otros habilitan para desempeñar profesiones, pero no son obligatorios, aunque bajo mi punto de vista sí resultan recomendables. Es lo que pasa con los MBA (Master in Business Administration), que luego muchas empresas se los requieren a sus directivos. Y otra tipología esencial son los másteres investigadores, que dan acceso a los doctorados, porque al final la Universidad tiene una responsabilidad social.

- Pero hoy en día, con la falta de inversión en investigación y el difícil acceso a la docencia universitaria, ¿recomendaría a un joven estudiar un doctorado?
- A un joven le recomendaría hacer lo que le guste. Hoy en día no se les puede aconsejar nada en concreto. Hay un paro juvenil de casi un 40%, pero con los que tienen estudios universitarios baja hasta el 30%. Si yo soy padre, a un hijo le recomendaría seguir hacia adelante. El problema viene cuando se enfoca el doctorado como una puerta de acceso a la docencia universitaria, que ahora mismo está muy complicada por la tasa de reposición.

- ¿Por qué las universidades españolas no lideran los rankings internacionales?
- ¿Cómo es posible siendo la octava o novena potencia científica mundial, verdad? Pues habrá que ver que la última universidad de la lista tiene ya el triple de financiación que la mejor de las españolas, sea pública o privada. Nno hace falta irse a Estados Unidos, vamos a compararnos con Francia, que en el campo de las Matemáticas presume de 11 medallas Fields. ¿Pero cuánto vale un máster medio en València? Unos 2.600 euros. ¿Y en Francia? Apenas 200. Hay más estudiantes latinoamericanos estudiando allí que en España, así que la lengua no es el elemento más importante a la hora de escoger. Es el precio. 

Foto: KIKE TABERNER

- Conclusión: debemos bajar las tasas universitarias.
- Hay que explicarlo. Las tasas universitarias son caras en España, y especialmente en el caso de los másteres, donde el curso puede salir por el doble que un Grado. De 1.200 a 2.600 euros. Mi opinión personal es que el sistema universitario público debería ser totalmente gratuito. Pero claro, si ahora cogemos y bajamos las tasas, lo que hace la Administración es reducir el dinero que le da a las universidades. Y no; si se lleva a cabo una bajada de tasas, siempre debe ser manteniendo la financiación de los centros. Como actualmente no es posible hacer eso, porque la Generalitat no tiene dinero, y dice que no lo tendrá mientras la autonomía esté infrafinanciada por el Estado, lo que se intenta es aumentar el número de becas.

"El sistema universitario público debería ser totalmente gratuito. Pero si se BAJAN LAS TASAS, A CAMBIO NO SE PUEDE BAJAR LA FINANCIACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES"

- ¿Y las becas deben concederse en base a la excelencia o a la renta familiar de los estudiantes?
- A una persona que está en la Universidad se le presupone la excelencia. Hacer el corte por nota perjudica a las personas con menos medios, que a lo mejor están trabajando y bastante hacen con aprobar ciertas asignaturas. A mí me gusta la excelencia, como demuestra Estalmat, pero eso es un programa para un grupo especial de gente. A la hora de legislar, debemos hacerlo para el grueso de la población, y tener en cuenta que el objetivo es incrementar el nivel educativo de todos.

- ¿También ve lógico dejar fuera del reparto de recursos, como puedan ser las becas y las prácticas, a la universidad privada?
- Los recursos públicos son para la Universidad pública. Si alguien quiere un seguro médico privado, se lo paga aparte, ¿no?

Foto: KIKE TABERNER

- En la tipología de másteres, también cabe distinguir los propios de la Universidad y los oficiales que vienen de fuera. ¿Cuáles son más rentables?
- Nada proporciona rentabilidad a la Universidad. Por los títulos propios recibimos un 10% en concepto de gestión, pero el resto del presupuesto va a cubrir gastos. Si la Universidad dependiera solamente de las matrículas, se arruinaría, y de ahí que se necesite aumentar la financiación por parte de la Generalitat. Pero es que ganar dinero no es el objetivo.

"La eliminación del Máster de Homeopatía fue decisión de la comunidad educativa. No se trata de lo que diga el vicerrector de posgrado. PERO yo no usaría la homeopatía"

- Un ejemplo concreto. ¿Por qué se permitió que existiera el Máster de Homeopatía del doctor Rafael Torres, contra la voz del propio decano de Medicina?
- Cuando yo llegué, el debate estaba candente. Fue entonces cuando se empezó a discutir si las cosas se venían haciendo como correspondían o, por el contrario, se estaba dejando pasar más de cuenta. El decano de Medicina, Federico Pallardó, dio su opinión como claustral que era. Al final nos dimos cuenta de que este tipo de estudios no concordaban con el conocimiento científico objetivo. Por eso adoptamos la decisión de eliminar el Máster. La UV actuó de manera juiciosa, pero algunas universidades todavía aceptan la homeopatía. El debate sigue presente en las farmacias, los colegios médicos, los círculos científicos...

- ¿Cuál es su opinión personal?
- Es que mi opinión personal no importa. No se trata de lo que diga el vicerrector de Posgrado, sino del sentir de la comunidad educativa. Fuimos muchos los que nos mojamos. La prensa me insistía, pero si a mí la Universidad me hubiera dicho que se mantenía el Máster, lo habría tenido que mantener. Si me preguntan como científico, yo no usaría la homeopatía con mis hijos ni con mis nietas, porque no tengo constancia de que funcione.

Foto: KIKE TABERNER

 - También se generan problemas si los títulos dependen de distintos departamentos. ¿Es lo que pasó con el Máster del Profesorado de Educación Secundaria?
- Disfunciones hay, pero para eso tenemos un buzón de quejas y sugerencias. En el tiempo que llevo como vicerrector, solo he recibido dos quejas de los alumnos del Máster de Secundaria. Antes de llegar sí es cierto que se manifestaron por las condiciones del aulario de Monteolivete. Luego no me han vuelto a decir nada más. Hemos cambiado la dirección de ese posgrado, hemos remodelado la comisión académica y hemos saneado algunas partes del edificio vetusto donde está alojado. La respuesta en general es satisfactoria.

"SIEMPRE Hay aspectos mejorables, pero algunos posgrados tienen 2.500 euros de financiación, y no te estoy mintiendo"

- ¿Y usted está satisfecho?
- No, porque es un máster perceptible. Debemos valorar que la UV fue el único centro público que se lanzó a impartir esta formación en la Comunitat. Ahora tenemos un millar de alumnos y de todas las especialidades posibles. Lo gestionamos como podemos y la gente aprueba las oposiciones, pero es evidente que hay aspectos que son mejorables. En otros posgrados hay todavía más quejas. Pero es que algunos tienen 2.500 euros de financiación, y no te estoy mintiendo.

¿Se debería racionalizar la oferta de posgrado?
- Sí, pero tampoco nos pensemos que la UV está ofreciendo en exceso. Si nos comparamos con el resto de centros de nuestro entorno, la relación entre grados y másteres no es muy diferente. Es posible que algunos programas se deban remodelar, como está pasando ahora en la facultad de Derecho. Pero es una tarea que llevará tiempo, y probablemente nunca acabe, porque no existe el modelo perfecto para una sociedad en constante evolución.

- ¿Apuestan por el profesorado de la casa o por expertos externos?
- Las dos cosas. Hay másteres en los que traemos gente becada, de la misma manera que enviamos gente becada. También es importante la movilidad, que los profesores jóvenes salgan al extranjero al menos un año. Y luego tenemos profesores internos muy buenos. En la UV hay casi 250 docentes acreditados a cátedra, pero que no pueden acceder a ella por culpa de la tasa de reposición y la situación se mantienen totalmente bloqueada.

Foto: KIKE TABERNER

- El año que viene se celebrarán elecciones al rectorado, ¿qué le gustaría dejar hecho por si acaso no renueva en el cargo?
- Estoy actuando como si me quedaran cuatro años más, pero veo difícil la renovación. Igual me trago mis palabras. Me gustaría seguir trabajando en modernizar los grados, también en adecuar los posgrados a las necesidades del mercado. Que haya consenso sobre qué tipo de títulos y másteres queremos en la UV. Es un trabajo que empezó mi antecesora, que a mí me tocó impulsar y espero que haya alguien dispuesto a recoger el testigo. Ya me toca coger mi sabático. Así que mi ilusión es dejar un pendrive con al menos 8GB... a otra persona -ríe-.

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