VALÈNCIA (EFE).- El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de València, Ramón Vilar (PSPV), ve a la portavoz de su formación y candidata a la secretaría general del partido en la ciudad, Sandra Gómez, como futura alcaldesa por su juventud, "enorme empuje", inteligencia, formación y "buena visión política".
En una entrevista con la Agencia EFE, el responsable de elaborar las cuentas municipales explica que aunque "la propia existencia del partido es alcanzar mayorías de gobierno", 2019 no será cuestión de mayorías absolutas sino que se volverá a crear un bloque de progreso y uno conservador.
En este contexto, considera que Gómez es una "persona muy válida" para lograr que su partido sea "mayoritario en el bloque de progreso" porque además están "gestionando bien" ámbitos de gran peso como Hacienda o Urbanismo y "haciendo buenas políticas".
Aunque aún está en la fase de llegar a la secretaría general, considera que es "lógico" que "se perfile como candidata a la alcaldía" porque no entiende de bicefalias en el partido: "Quien opte a secretario general es porque quiere transformar algo más que la mera estructura interna del partido y para eso hay que presentarse a los ciudadanos en unas elecciones".
"La veo como alcaldesa", afirma, a la par que le expresa su apoyo en la carrera hacia la secretaría general y dice que no le preocupa que la califiquen como "sanchista" o "ximista" porque la etapa de Pedro Sánchez y Ximo Puig ya pasó con sus primarias y sus congresos. "Ahora es la candidata a la secretaría general de València y tiene capacidad de integrar a diferentes sensibilidades del partido", añade.
Ramón Vilar valora la experiencia de gobernar junto a Compromís y València en Comú y asegura a EFE que haber sido capaces de llevar a aprobación inicial los presupuestos en noviembre, que sean las cuentas más altas de la historia y "sin haber chirriado más que lo justo", indica que el gobierno "funciona y está cohesionado".
Así neutraliza las críticas recibidas por los roces entre los miembros del gobierno aunque reconoce que "hay mil matices y diferencias" porque las discrepancias son propias de la política "viva y abierta" y que le preocuparía que estuvieran de acuerdo en todo.
También rechaza los reproches de que las cuentas son un reparto por partidos y argumenta, por ejemplo, que València en Comú lo conforman tres concejales y tienen áreas menos relevantes y lógicamente siempre tendrán menor presupuesto.
Dice haber "toreado" bien a los concejales cuando han ido a explicarles sus necesidades: "Siempre les digo lo mismo cuando discutimos los presupuestos y me dan sus explicaciones, que tienen razón pero la misma que el compañero que ha venido antes o el que vendrá después".
"Todos los compañeros entienden que las disponibilidades son las que son y que hay que llegar a un equilibrio y no es un reparto por partidos", apunta para explicar que es cuestión de "establecer prioridades políticas y criterios de compensación en algún sentido".
"Es un poco de imaginación y equilibrio político y tener muy claro cuáles son las necesidades de la ciudad y aplicarles el presupuesto", concluye.