Ay, papi, qué rico
VALÈNCIA. Aquí venimos a hablar de cosas serias. Cuádrate, papi. ¿Un sándwich puede ser plato de la semana? Esa no es la pregunta. ¿Cómo este sándwich no lo ha sido antes? Por ahí vamos mejor. Es servirte el Cubano de Los Picos Café, y la vida te baila la salsa. Foodporn era esto, y lo demás, chiquilladas. Nada más obsceno que morder el pan, sentir que cruje entre los dientes, y el placer de la lengua al encontrar la carne, el queso, la mostaza.
El sándwich cubano es un clásico entre los americanos. Originario de la isla sabrosona, viajó del Caribe hasta Florida junto a las comunidades de inmigrantes, y ahora se ha convertido en una especialidad de Miami. El foodtruck donde cocinaba Jon Favreau en la película Chef (2014) también ha contribuido a su popularidad. Si te encuentras con este emparedado en la carta, hazme caso: esos tíos saben lo que se hacen. Y en Los Picos... vaya si lo saben.
"Aquí lo preparamos según la receta de Anna Biscayenne en El Comidista; de ahí nos vino la idea", cuenta Rafa, la mitad del negocio, junto a Gema. Pan, cerdo asado, jamón, queso, pepinillos y mostaza; pero la gracia está en el mimo. La carne de cerdo se deja marinar entre 24 y 48 horas en un jugo especiado antes de atarla y asarla; el queso fundido es mahonés y artesano, de Son Vives; y el pan procede del Horno Valencia, con medio siglo de arraigo en la calle Sueca. "Luego hemos personalizado algunas cosas. Por ejemplo, hemos cambiado el jamón cocido por jamón serrano, que le da un toque salado, y en lugar de mostaza americana usamos la Dijon francesa", explica.
La elaboración les lleva su tiempo, así que (controla el llanto) no siempre está en carta. "Te sorprenderá, pero al ser un especial, la gente lo pide más", dicen ellos. Y eso que al principio era un desconocido, porque aquí sabemos de sándwiches de pastrami, pero seguimos cantándole coplas al mixto.
A pesar de la pornografía del sándwich, Los Picos se define ante todo como una cafetería de especialidad, "con cosas sencillas y ricas para acompañar". Que si tostada de requesón con fresas, que si granola con plátano y calabaza. También repostería de inspiración americana, porque hasta hace poco, las cakes y las cookies corrían a cargo de Blackbird.
Pero lo más importante es lo que viene en la taza. Café. A veces dulce, a veces ácido; con un cuerpo contundente y una crema de escándalo. El mejor de València, dicen. Se adentraron en el movimiento del café de origen allá por 2011 y, desde entonces, no han hecho más que ampliar sus conocimientos. "Vamos rotando los tostadores y elegimos los que consideramos mejores. Luego cuidamos mucho cómo se elabora, cómo se sirve, que se note la mano artesana del barista", cuentan, y de paso reivindican: "Detrás de una taza, en realidad hay todo un camino que hace posible el sabor y el aroma".
Pues ya sabes dónde darle un trago caliente a la vida. Y un mordisco, bien carnoso.
Como dirían en La Habana, el sitio tiene más rollo que película. Gósalo.