Cuando estamos apenas a 16 meses de las elecciones municipales, autonómica y europeas, después de casi tres años de gobiernos de coalición, en Valencia Plaza y Alicante Plaza pensamos que era buen momento para sondear la opinión de los vecinos de las dos mayores ciudades de la Comunitat. Dos trabajos de SyM Consulting con un número de encuestados mucho mayor de lo habitual en encuestas locales, 560 en València y 480 en Alicante. Los resultados los publicamos el domingo pasado y en sucesivos días. Lo que sigue son unas reflexiones centradas en València capital, que es lo que uno más conoce.
Era un lugar común que quien ganaba en València se hacía con la Generalitat, o que la conquista de la Comunitat pasaba por la previa rendición del Cap i Casal, como hace ocho siglos. Un lugar común, porque no siempre ha sido así –Rita Barberá y Joan Lerma coincidieron cuatro años en Ayuntamiento y Generalitat, respectivamente– ni es así ahora, con la Alcaldía y el Consell en manos de diferentes partidos y coaliciones, aunque sean todos de izquierdas. Sí es incuestionable que uno de cada seis electores de la Comunitat ejerce su derecho al voto en la ciudad de València y que la mayoría de los votantes opta por el mismo partido cuando hay varias urnas en las que meter el sobre. Sea cuál sea esa influencia, la Alcaldía de València tiene interés por sí misma y, según el resultado de la encuesta, en 2019 va a tener mucho interés, pues tres partidos la tienen a su alcance.
Un rápido resumen del reparto de los 33 escaños –mayoría absoluta, 17– del coqueto hemiciclo municipal: Compromís 9 (=); PP 9 (-1); Ciudadanos 8 (+2); PSPV-PSOE 5 (=); Podemos 2 (-1 respecto a València en Comú, la coalición con la que se presentó en 2015).
La suma de PP y Ciudadanos les daría para arrebatar la Alcaldía a Joan Ribó, pero la encuesta llena de incertidumbre el escenario al situar al PSPV a muy pocos votos de arrebatar su noveno concejal al PP, de forma que la mayoría sería entonces de izquierdas, casi idéntica a la del actual Govern de la Nau.
La primera posición de Compromís en la encuesta puede parecer una buena noticia para Joan Ribó, pero no lo es. Después de casi tres años de gobierno, cualquier alcalde tiende en su primera legislatura a ganar en popularidad. Tenemos el ejemplo de Rita Barberá, que en 1991 ganó la Alcaldía en minoría, con nueve concejales y el apoyo de los ocho de González Lizondo (UV), y en 1995 ya alcanzó la mayoría absoluta. También les pasa a los presidentes de gobierno. Es raro que no revaliden y aumenten su mayoría para una segunda legislatura en la que sus errores ya no tendrán la excusa de la herencia recibida y los defectos son más evidentes. De ahí que los estadounidenses, y no solo ellos, decidieran después de Roosevelt limitar la presidencia a dos mandatos.
El gobierno coral de Ribó –gran diferencia con el personalista de Rita Barberà, en el que solo sabíamos de los concejales cuando había algún marrón– está pasando la legislatura con más penas que gloria, con un protagonismo superlativo de los ediles más activos –¿valientes, temerarios?–, Grezzi y Fuset, movilidad y fiestas, que concentran las iras de la oposición y de la València conservadora. Respecto a la movilidad, la encuesta revela que el tráfico es una gran preocupación para los que dicen que votarían al PP, pero no tanto para el resto. Claro, que no hemos preguntado a muchos de los atascados en la avenida del Cid y los que se han quedado sin plaza de aparcamiento por la noche en el carril bus, porque son mayoritariamente vecinos del área metropolitana, no de la capital.
Con el Cabanyal empantanado, la Marina de València incompleta y la iniciativa privada lastrada por el escandaloso atasco en la concesión de licencias urbanísticas y de actividades que tantos puestos de trabajo cuestan, Ribó apenas tendrá una primera fase del Parque Central que inaugurar –junto a otras administraciones– para 2019 y muy poco que vender en cultura. Ni siquiera tendrá la suerte de Barberá de contar con proyectos autonómicos con los que sacar pecho, como podría ser la línea 2 del metro.
El resultado de la encuesta para el PP es bastante bueno, a pesar de que deja de ser el más votado después de 24 años. Con nueve de sus diez concejales imputados y sin candidato, mantiene un suelo electoral del 23% y nueve concejales, aunque el último peligra. Por eso, los próximos meses van a ser decisivos para este partido más que para ningún otro. Por un lado, los de Bonig esperan que se despeje el camino judicial de sus nueve concejales imputados –es decir, que se vayan de una vez a su casa–, ya que el final de la instrucción del caso Taula está previsto para este verano. Eso significa que el juicio, si lo hay, puede caer en plena precampaña electoral.
En cuanto al candidato, Esteban González Pons parece haber dicho definitivamente que no, lo que despeja el camino a María José Català, que es ahora mismo la mejor opción. En la encuesta preguntábamos por ambos, con un resultado muy interesante: los votantes del PP estaban divididos; el conjunto de los electores (58%) prefería a González Pons, con porcentajes parecidos entre hombres y mujeres, y los menores de 45 años se decantaban muy mayoritariamente por Català.
Sea quien sea, dado que el PP no celebra primarias, debería designar cuanto antes al candidato/a para que empezase a trabajar antes de que Ciudadanos acabe superándoles en expectativas de voto.
Desde hace meses se oye decir que si Ciudadanos tuviera a una Inés Arrimadas en València, el partido podría ser alternativa al PP. O dicho de otra forma, que con Mari Carmen Sánchez en Les Corts y Fernando Giner en el Ayuntamiento, la formación naranja no acaba de entusiasmar a los votantes descontentos del centro derecha que votaron al PP de Camps. La aparición de partidos que se ubican en el centro como Demócrates Valencians, Contigo y Som Valencians demuestra Ciudadanos no ha llenado ese hueco o bien que se está escorando demasiado para comer terreno al PP.
El caso es que Cs tiene al alcance de la mano la Alcaldía, según el sondeo, porque está a solo dos puntos del PP. Igual que la cebra que se salva no es la que corre más que el león sino la que corre más que la otra cebra, la victoria para los naranjas no pasa por superar a Compromís sino al PP, aunque Ribó gane las elecciones. En otras palabras, si la suma de PP y Ciudadanos alcanza los 17 concejales, será alcalde –o alcaldesa– quien más votos consiga de los dos. No obstante, está por ver en los próximos meses si no se desinfla el evidente soufflé del partido de Albert Rivera en todas las encuestas después de las elecciones de diciembre en Cataluña.
En cuanto al candidato, nos atrevimos a preguntar si Giner o Toni Cantó, a pesar de que Rivera había señalado en un tuit al actual portavoz municipal. Salió como favorito Cantó, excepto en un grupo de encuestados, los que dicen que votarían al PP. A ese consuelo se agarra Giner, a que si alguien puede ‘robar’ más votos al PP es él.
Todo indica que Sandra Gómez será la candidata del PSPV en València en 2019, la sexta que presentará el partido en siete convocatorias electorales desde que perdió la Alcadía en 1991. En el sondeo se preguntó por otro candidato que había sonado, el portavoz socialista en Les Corts, Manolo Mata, y el respaldo a la joven candidata fue enorme. Eso sí, para relativizar el resultado, hay que tener en cuenta que el sondeo se hizo entre el 8 y el 11 de febrero, y unos días antes Sandra Gómez había salido en los periódicos como ganadora de las primarias del PSPV en la ciudad.
Con todo, no parece, a tenor de lo que dice la encuesta, que pueda aspirar a nada más que a seguir integrando un gobierno de coalición con Joan Ribó como alcalde. Si bien la actual primera teniente de Alcalde de la ciudad se ha dejado ver bastante con sus iniciativas en turismo y emprendimiento, y a pesar de que las áreas que gestiona el PSPV no han generado problemas, excepto el parón urbanístico, los socialistas apenas avanzan un punto y medio en la encuesta respecto al resultado de 2015, con opción de ganar un concejal.
Por último, el partido de Pablo Iglesias, que en 2015 se presentó dentro de València en Comú, sigue de capa caída en toda España y obtendría hoy solo dos concejales presentándose en solitario. Suena como probable candidato Antonio Montiel, exportavoz del partido en Les Corts, aunque en la encuesta salía como preferida (54%) María Oliver. Está por ver si Podemos presenta una lista conjunta con Esquerra Unida, formación que la encuesta de SyM Consulting para Valencia Plaza sitúa otra vez fuera del Consistorio, con menos votos que en 2015, cuando se quedó a tres décimas del mínimo del 5%.