CASTELLÓ. Vila-real ha sido esta semana punto de encuentro de una comida presidida por Carlos Fabra, el que fuera todopoderoso presidente de la Diputación y del Partido Popular de Castellón. Cerca de una treintena de dirigentes del PP (algunos en activo y la mayoría ya retirados) arroparon a su ex líder en un encuentro "de germanor", como ha calificado alguno de los presentes, para demostrarle "que mantenemos vigente el cariño" que le profesan desde hace décadas.
La reunión, en un céntrico restaurante de la localidad, fue distendida y sirvió para recordar anécdotas vividas durante la larga etapa en la que Fabra estuvo al frente de la institución provincial. De hecho, algunos de los presentes, como José Luis Jarque, Vicent Aparici o Ramón Tomás Céspedes, fueron compañeros en el Palacio de las Aulas como diputados durante aquella etapa, estos dos últimos como vicepresidentes en diferentes legislaturas. Otros, también presentes en la cita de Vila-real, formaron parte de su grupo de personas de máxima confianza, como es el caso de Carlos Murria, Miguel Llorens, Javier Perelló, Ana Delfi Martín, Vicente Lapuerta, Rafael Rubio o Alfredo Querol. Algunos populares que tampoco quisieron perderse el encuentro con Carlos Fabra fueron Carolina Castelló, Jesús Ortí, Roberto Vicent e Israel Martínez.
Todas las comarcas castellonenses estuvieron representadas en la reunión, en la que también se habló de actualidad política, como es prácticamente inevitable en estos casos, y no solo porque algunos de los presentes todavía ostenten cargos electos. La de esta semana no ha sido la primera vez que se reúnen las también llamadas viejas glorias del PP de la provincia en torno a la figura de Fabra. De hecho, la intención es volver a repetir la comida en los próximos meses para que puedan asistir los que por algún motivo no pudieron acudir a la cita en Vila-real.
Carlos Fabra fue presidente de la Diputación de Castellón entre los años 1995 y 2011, momento en el que cedió el sillón de la institución y el mando del partido a Javier Moliner, con quien previamente había compartido años como concejal en el grupo municipal del Ayuntamiento de Castelló. Su figura fue significativa no solo por las decisiones que se tomaron durante todos esos años en las Aulas, sino también por el liderazgo que en esa época ejerció en el PP provincial y por las polémicas y denuncias que le llevaron a los tribunales, incluida una sentencia de condena por fraude fiscal.