"la llamada nos llegó a todas, pero estamos esperando a ver qué pasa"

Ucrania llama a filas a sus ciudadanas residentes en València

26/02/2022 - 

VALÈNCIA. Ucrania lleva en boca de todos desde hace varios días. Con el transcurso del tiempo, los avances en la invasión rusa traen consigo multitud de informaciones de última hora al respecto. Ayer conocíamos que las tropas dirigidas por el Kremlin habían llegado a Kiev en su intento de toma de la capital. El gobierno de Volodimir Zelenski ha estado manejando como ha podido a las Fuerzas Armadas ucranianas para contrarrestar las ofensivas, y una de sus medidas más recientes ha sido la llamada obligatoria a filas de las mujeres ucranianas, vivan en el país o en el extranjero. València, ciudad donde residen 3.072 ucranianos, alberga varios de estos casos.

Krystina es una periodista oriunda de Leópolis, territorio ubicado en el oeste de Ucrania. Junto con su marido, también ucraniano, lleva 20 años haciendo vida en la Capital del Túria y, como no podía ser de otro modo, siguen con atención las noticias que llegan desde su tierra natal. Ella ya ha recibido la llamada, el ejército necesita de su colaboración en estos momentos. Sean o no reservistas - personas que pertenecen a cuerpos militares, pero hacen vida de civil mientras no haya guerra -, el aviso a las ucranianas está dado, pues para los hombres el registro ya era "obligatorio".

De por sí, no acudir a una llamada del ejército propiciaría recibir una sanción económica que, convertida de grivnas a euros, sería "de 30 a 80 euros". Mas con el estado actual de guerra, las ucranianas tienen hasta finales del presente año para ir a Ucrania o serían sancionadas con la realización de trabajos sociales o incluso con pena de cárcel.

Estos dos últimos castigos se enmarcan en el ámbito del "delito por deserción". Para evitarlos, Krystina tendría que acudir a Ucrania y, una vez enseñado el pasaporte en los puntos militares que hay en cada óblast - equivalente a provincias en el país -, dejar constancia de su atención a la llamada. "Sólo con el pasaporte ya te dan un arma y puedes ir al ejército", comenta.

Pese a todo, este repentino aviso no le ha cogido por sorpresa. En octubre de 2021 el Ministerio de Defensa de Ucrania aprobó una orden por la cual mujeres que hubieran recibido formación académica en campos como medicina, programación o contabilidad "tendrán que alistarse en el ejército". Entre todas esas especialidades se encuentra la de Krystina, el Periodismo. Meses antes de la invasión rusa, esta noticia le hizo pensar que iba a "pasar algo".

Tales requerimientos que exigía la armada ucraniana encontraban su motivo en la existencia de una asignatura de formación militar común en los diferentes grados universitarios. Esto propiciaría que sus estudiantes obtuvieran una serie de conocimientos en la materia por si hubiera "algo previsto", como habría dejado ver la nueva orden. Sin embargo, el recrudecimiento de la guerra y el desnivel militar entre los dos países - recordemos que Ucrania cuenta con unos 200.000 efectivos contra los 850.000 de Rusia - ha provocado que se tomen medidas extremas y la llamada a mujeres ahora es general.

Y ahora, ¿València o Ucrania?

Hasta que acabe 2022 tiene Krystina, como otras tantas ucranianas residentes en València, para presentarse en su país si se prolonga el conflicto. No obstante, guarda cierta confianza en que no haya una prorrogación excesiva: "Nos llegó a todas - el aviso -, pero estamos viendo qué va a pasar". Mientras tanto, ya ha enviado cartas al Consulado de Ucrania en la ciudad para intentar aclarar su situación, aunque todavía no ha recibido respuesta.

"Mi plan no es esconderme", expresa Krystina. Si en un futuro tuviera que volver a Ucrania y las autoridades vieran que no acudió a la llamada a filas, pagaría la multa y viviría "tranquila" sabiendo que, además, lo recaudado "iría al ejército". Aunque sí le "preocupa" que se mantuviese el conflicto y que, por consiguiente, las sanciones fueran mayores.

Por otro lado, en Ucrania tiene a sus padres, quienes estuvieron en València en navidades y volvieron recientemente al país, donde han vivido la escalada de la tensión con sus vecinos del norte. Ha estado en contacto con ellos estos últimos días pese a los constantes colapsos en las líneas telefónicas. "Ellos nos tranquilizan más a nosotros que al revés. La gente se acostumbra, llevamos así desde el 2014: al final te haces más duro, no te afecta tanto", confiesa.

Su natal Leópolis se encuentra relativamente alejada de los principales focos de la acción militar - Kiev y el Donbás -, pero sus padres le comentaron que explosiones distantes podían ser escuchadas. La proximidad a Polonia de esta localidad hace que muchos ucranianos recorran la zona para buscar refugio en el país vecino, aunque Krystina advierte que, aún así, es "tarde" para coger un coche dado el estado actual de las carreteras.

La última hora ha mostrado las dos caras de la moneda: mientras València se perfila como uno de los destinos claros para niños refugiados que huyen del conflicto, otras tantas ucranianas tendrán que sopesar si, en pro de ayudar a su país y evitar multas, abandonan la extraña calma que esta ciudad les ofrece para volver a la tierra que las vio crecer en un escenario que, quizá, no imaginaban.


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