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el billete / OPINIÓN

¿Un AVE regional? No nos distraigamos

Cuando el objetivo del Corredor Mediterráneo está lejos de ser alcanzado, otras reivindicaciones al Ministerio de Fomento no hacen más que desviar la atención  

18/10/2015 - 

La ministra Ana Pastor no consideró conveniente dar explicaciones sobre el retraso de las obras del 'tercer hilo' del Corredor Mediterráneo en el Encuentro Empresarial e Institucional sobre esta infraestructura celebrado en Valencia el pasado miércoles. Ni ella ni nadie del Ministerio de Fomento aceptaron participar en el encuentro porque la única explicación sería el reconocimiento de que cuando prometió a los empresarios valencianos en 2012 que el sucedáneo de Corredor llegaría a Valencia en 2015 y a Alicante en 2016 estaba engañándolos.

El llamado ‘tercer hilo’ (que es como poner un tercer carril reversible en la carretera en lugar de construir una autovía) lo aceptaron los empresarios -léase patronales, cámaras y asociaciones- y el Gobierno de Fabra porque un Corredor comme il faut, con doble vía y doble plataforma, no habría estado antes de 2020. Y resulta que lo que puede que no esté en esa fecha es el pastiche.

Era imposible cumplir el plazo, y en Fomento lo sabían, aunque no lo reconocieron hasta bien entrado este año, en boca del secretario de Estado, Julio Gómez-Pomar. Pomar dijo que llegaría a Valencia en 2016, pero en el sector dan por hecho que será, como pronto, en 2017. Si tendrá poca confianza el Ministerio en sus promesas, que en la documentación remitida hace menos de un año a la Comisión Europea para pedir fondos con destino al ‘tercer hilo’ figura 2018 como año de puesta en servicio del corredor hasta Valencia, que una cosa es colársela a los empresarios valencianos y otra muy distinta mentir a la CE.

¿Y qué ha hecho la Comisión Europea? Pues destinar casi toda la subvención para el Corredor Mediterráneo a proyectos en los que ve una apuesta clara por esta infraestructura, como el tramo Lyon-Turín, y decirle a España que se ponga las pilas y presente proyectos que “funcionen bien”, en palabras de Bernardo Urrutia, administrador principal de la Dirección General de Movilidad y Transporte, quien tiene un peso importante en el reparto de fondos.

No acudió Fomento al encuentro organizado por Valencia Plaza -solo el director general de Renfe Mercancías, Antonio Aguilar, que hizo lo que pudo para defender la labor del Ministerio- y no escuchó la ministra los lamentos del empresariado valenciano -“esto no es un Corredor”- por la oportunidad perdida. La oportunidad de haber construido una línea de alta velocidad Valencia-Tarragona, que costaría poco más que el túnel de Pajares –va por los 3.500 millones, y subiendo- y que habría liberado la actual vía para mercancías, como ocurrió con la línea Madrid-Valencia por Albacete, con la que los operadores de mercancías están encantados desde que se inauguró el AVE.

Cambian los gobiernos y los ministros de obras públicas, pero ninguno se plantea si el esquema radial de España es el único posible. Casi dos décadas después de que Aznar confundiera el AVE con el metro y prometiera que todas la capitales de provincia estarían unidas por AVE a Madrid, Fomento sigue derrochando en hacer llegar la alta velocidad al último rincón de la península, por lejos y despoblado que esté ese último rincón.

Isabel Bonig dijo, siendo consellera de Infraestructuras, que salía más barato poner un taxi para llevar a Valencia a los pasajeros de Villanueva de Castellón que mantener el servicio de FGV hasta allí. Y eso que la línea está hecha y más que amortizada. Pues el Gobierno de España está construyendo eso, líneas de AVE como las de Villanueva de Castellón. Almería, Santiago de Compostela, Santander, Cartagena... Castellón. Sí, también la capital de La Plana. El AVE Valencia-Castellón no tiene sentido más que como punto intermedio entre Valencia y Barcelona, pero por ninguna cabeza del Ministerio de Fomento pasó ni pasa la opción de completar esta línea con el tramo entre Castellón y Tarragona (190 kilómetros), lo que habría evitado en buena medida el parcheo del ‘tercer hilo’. Lo que habrá es una línea de AVE a Castellón para que un par de trenes diarios de la Madrid-Valencia lleguen allí. Ninguna capital de provincia sin conexión con la de España, eso es lo importante.

No debe de ser fácil para un ministro de Fomento tener que decidir qué inversiones son prioritarias cuando de todas las comunidades recibe peticiones lógicas mezcladas con otras absurdas, unas caras y otras inviables, y no pocas veces se marcan como prioritarias las que se pueden inaugurar antes de unas elecciones en lugar de las urgentes y/o imprescindibles. Y se acaba tirando por la vía de en medio, que a menudo es la menos cara, la más electoralista y la peor.

Por ello, conviene tener un objetivo claro y no acudir al Ministerio Fomento con un ramillete de reivindicaciones que nos desvían de la ruta. Si la prioridad es el Corredor Mediterráneo, que no está ni mucho menos conseguido, no tiene sentido distraerse con la línea Zaragoza-Valencia, de la que nadie se acordaba hasta anteayer, o dejar que nos consuelen con un AVE regional Castellón-Valencia-Alicante que produce risa. No perdamos el tiempo, Castilla-La Mancha ya intentó su AVE regional y fue un fracaso. ¿Cuánta gente viaja a diario entre Alicante y Castellón?

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