Pese a las dificultades de organizar un salón náutico en la pandemia, lo del Valencia Boat Show ha sido de nota
VALÈNCIA. Las cosas bien hechas bien parecen y tienen su recompensa. Resulta que el experimento que han realizado desde el Valencia Boat Show de organizar un salón náutico cien por cien virtual ha cuajado. Claro que no era esa virtualidad a la que estamos acostumbrados de colocar una página web con los productos a vender y póngase usted a mirar lo que le interesa. No; ha sido una genialidad pensada y puesta en marcha por valencianos a la que han acudido ciento cincuenta mil visitas en poco más de tres días.
Esas visitas virtuales, que han estado repartidas entre un sesenta por ciento de internautas del extranjero y un cuarenta de nacionales, han tenido la oportunidad de acceder a cada uno de los stands que el Virtual Valencia Boat Show puso a su disposición, en los que había imágenes en 3D de cada uno de los productos expuestos y, además, con la posibilidad de realizar un chat con los vendedores o comerciales de cada una de las marcas.
La feria ha logrado reunir bajo la tecnología 360 a todo el sector náutico celebrando encuentros virtuales con grandes deportistas, directivos, fabricantes, diseñadores y un largo etcétera de personas, que le han dado al Virtual Valencia Boat Show una vitola de genialidad tecnológica. Jamás se había hecho una cosa así, y ahora, Dusseldorf, Londres, París, Milán... se tienen que colocar a la cola de la tecnología.
El escenario fue el de siempre, la Marina de València, o al menos todo el montaje virtual estaba adaptado a lo que podía haber sido una realidad si se hubiese podido celebrar de la manera tradicional montando los stands reales en el espacio que ocuparían realmente. Pantalanes virtuales en unas limpias aguas virtuales, espacios de ocio virtual, mesas, sillas, mostradores... todo como si se hubiera celebrado realmente.
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