Urbanismo cede en el Plan del Cabanyal para contentar a las asociaciones más críticas

VALÈNCIA. Recta final para el Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar (PECC) en las mesas de trabajo del Ayuntamiento de València. El área de Urbanismo ultima la versión del nuevo planeamiento, que incluirá diversas alegaciones y peticiones vecinales, algunas de las cuales realizadas por las plataformas más criticas con la delegación que dirige Sandra Gómez.

La concejalía quería llevar el Plan a la comisión de Urbanismo de este mes de marzo, y posteriormente al Pleno municipal. Sin embargo, el parón por la declaración del estado de alarma con motivo de la pandemia de coronavirus ha provocado que el Ayuntamiento haya determinado que muchos de los funcionarios no acudan a su puesto de trabajo y que algunos servicios apliquen turnos de trabajo. Además, el Pleno municipal de marzo versará exclusivamente sobre los efectos de la pandemia en la ciudad, con lo que la aprobación de un segundo período de exposición pública para el Plan quedará, como mínimo, para el próximo mes.

Pero, por el momento, ya son múltiples las alegaciones que Gómez ha anunciado que se acabarán incluyendo en esta versión del Plan y que tratarán de amainar las críticas más sonoras. El cambio de actitud, según algunos de los vecinos más críticos, ha cambiado, si bien lo que ha aceptado el consistorio parece todavía insuficiente.

Por ejemplo, se ha aceptado una mayor restricción de alturas para los edificios de nueva construcción, aunque ello suponga la pérdida de hasta 150 potenciales viviendas públicas. Anteriormente, el umbral máximo se fijaba en las cuatro plantas, además del bajo, pero entre las alegaciones que presentaron las asociaciones vecinales del barrio se encontraba la petición de endurecer esta restricción y así, no sólo se salvaguardaba la estética de la almendra del barrio marítimo, sino que también se impedía que los nuevos edificios pudieran actuar como una suerte de pantalla de cara el mar.

Finalmente, el Ayuntamiento de València y en concreto esta delegación, anunciaron que aceptarían rebajar las alturas máximas, medida que se pretende incluir en la versión de marzo. Con lo que a partir de su entrada en vigor, las nuevas construcciones no podrán superar las dos plantas, sin contar la planta baja. 

Por otro lado, la concejalía también ha adelantado que aceptará la propuesta de una vía verde que pueda coser el barrio. Aunque inicialmente no se especificó cómo quedaría sobre el plano -en las últimas semanas se ha ido aclarando-, fuentes conocedoras del nuevo planeamiento han explicado que se circunscribirá a una suerte de conexión peatonal verde entre el norte y el sur del barrio. En él, y esto se conoció hace pocas semanas, se integrarán huertos urbanos, una de las peticiones que hacía Cabanyal Horta.

Esta asociación, de las más batalladoras contra los efectos pernicisosos del Plan en el barrio marítimo, solicitaba que se le reconociera el trabajo que ha realizado durante los últimos años en el mantenimiento de una porción de la zona próxima a los Bloques Portuarios frente a la degradación, así como su papel de integración social que ha venido realizando durante los años de mayor ostracismo. Finalmente, la delegación de Gómez aceptó la alegación e incluirá este espacio como huertos urbanos en la unidad de ejecución que se ubica entre las calles Eugenia Viñes, Mediterràneo y Doctor Lluch, trasladando la zona de huertos a una zona cercana.

Por otro lado, se encuentran los pisos turísticos. El Ayuntamiento había fijado inicialmente en el Plan tres zonas en cuanto a restricciones para implantación de viviendas turísticas, limitando al 10% de pisos turísticos por manzana en la zona interior y reduciendo la restricción hasta el 30% y el 40 en la fachada marítima. Las plataformas vecinales exigieron que se endureciera la limitación y que se homogeneizara en todo el barrio. Y finalmente, así fue: se ha fijado que se permitan pisos turísticos hasta el 10% por manzana en todo el ámbito del Plan.