VALÈNCIA. Los vecinos y propietarios del centro histórico de Patraix ya tienen la posibilidad de pedir una licencia urbanística después de que el pasado 16 de febrero concluyera la suspensión de permisos decretada en 2018 para la elaboración del Plan Especial de Protección del Núcleo Histórico del barrio (PEP), como publicó este diario. El nuevo planeamiento todavía no se ha aprobado y, por ende, las licencias que se soliciten al consistorio deberán estar en la línea de la ordenación vigente.
Ahora bien, lo más lógico es que los solicitantes de permisos urbanísticos tengan en cuenta que el planeamiento cambiará en los próximos meses y, por ende, que las licencias pedidas al Ayuntamiento hasta entonces sean conformes a ambas ordenaciones, la actual y la del futuro Plan. Así lo explican en la concejalía de Urbanismo que dirige Sandra Gómez, donde confían en que ningún permiso solicitado contemple algo diferente al futuro plan.
En este sentido, señalan que si se pide autorización para construcciones que contravengan el PEP, los edificios quedarían fuera de ordenación y, por tanto, no se podría realizar en ellos más que actuaciones de mantenimiento en el futuro. Una situación que, explican fuentes del departamento de Gómez, no es la más deseable para los propietarios. De ahí la confianza en la concejalía en que eso no vaya a ocurrir.
En el barrio la situación que se vive es extraña. Los vecinos llevaban más de dos años con las licencias suspendidas, por lo que no podían realizar las reformas que muchos de los edificios requieren, en algunos casos por su estado avanzado de degradación. Ahora, podrán hacerlo pero conforme al planeamiento actual, y por ello manifiestan muchas dudas porque muchos desconocen cómo quedará el nuevo Plan a la postre.
En mayo de 2019, el área de Urbanismo que dirigía entonces el edil Vicent Sarriá, sacó a exposición pública el plan para que vecinos e interesados pudieran alegar. Pero desde que aquel proceso acabó, en verano de 2019, poco más se ha sabido. El Ayuntamiento todavía no ha hecho pública la contestación de las alegaciones debido al retraso de la Conselleria de Cultura en informar al respecto. El consistorio le solicitó el preceptivo informe en 2019, pero no fue hasta noviembre de 2020 cuando la administración autonómica lo emitió.
Esto ha provocado que haya expirado la suspensión de los permisos sin que se haya aprobado el nuevo Plan Especial. La normativa del ramo valenciana recoge la posibilidad de esta suspensión de licencias "con el fin de facilitar el estudio o reforma de la ordenación urbanística". Habitualmente es una herramienta en este tipo de planes especiales para evitar que los propietarios, al conocer los cambios que se pretenden llevar a cabo por la administración, puedan realizar actuaciones que impidan la correcta aplicación del futuro Plan.
De ahí la paradójica situación que se pudiera dar en estos meses de impás, pues en el barrio barruntan que quien se vea perjudicado por el nuevo planeamiento que sacó a exposición pública el consistorio, pueda aprovechar estos meses para sacar adelante sus proyectos, que resultarían imposibles con el PEP vigente. Algo que en el consistorio no creen que vaya a ocurrir.