VALÈNCIA. Se sabía. Lo dijo el mismo alcalde de València, Joan Ribó, hace unos meses; concretamente en abril. Este miércoles, en el segundo debate del estado de la ciudad, confirmó que el año que viene se iniciará “un proceso participativo, con arquitectos y urbanistas, con el fin de encontrar la mejor solución para la Plaza del Ayuntamiento” y con la intención de que “deje de ser una gran rotonda” para “pasar a ser un espacio para disfrute de la ciudadanía”.
Como corresponde con la plaza más importante de la ciudad, el proyecto se fía para largo pero ahora sí, ya está sobre la mesa. La plaza que, como sucede en París toma su nombre por albergar el principal edificio consistorial, quiere devolvérsela a la ciudadanía y convertirla en un espacio de encuentro.
Esta idea ha sido una de las enseñas del Govern de la Nau durante la legislatura, con actuaciones como las peatonalizaciones del último domingo de cada mes, pasando por fiestas de Nochevieja y, cómo no, actos falleros. Ahora, para su futuro más inmediato, se le quiere cambiar el rostro, hacerla más humana.
En este sentido, Ribó apuntó que su idea es que sea “un espacio para que lo disfrute la ciudadanía, como ocurre con las plazas mayores de casi todas las grandes ciudades europeas”. Así, Ribó recordó en su discurso las peatonalizaciones mensuales antes mentadas. “De momento el último domingo de cada mes cerramos el tráfico en la plaza del Ayuntamiento”, recordó, “para realizar distintas actividades. Y el éxito siempre está asegurado. Porque la gente tiene deseo de plaza, pero plaza de verdad. Por eso hemos bautizado estos domingos como la plaza para el pueblo”.