VALÈNCIA. Día 1 tras la reapertura al público de la céntrica Plaza de la Reina después de unas obras de remodelación que han durado año y medio. Las obras, que se iniciaron en abril del año pasado a cargo del despacho del arquitecto José María Tomás en UTE con Edifesa-Collosa, habrán superado previsiblemente los 13 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos, y han lavado la cara a una de las plazas señoriales del casco histórico, eliminando el tráfico rodado y reformando el parking subterráneo. Ahora bien, no sin algunas controversias.
En total, la actuación ha supuesto una peatonalización de más de 12.000 metros cuadrados, que se abrían al tránsito libre de los peatones a primera hora de la mañana de este jueves, cuando los operarios desmontaron y retiraron las vallas que han cercado el espacio durante los trabajos. Y ciertamente, la remodelación ha supuesto una transformación notable de la Plaza de la Reina: el suelo se ha pavimentado con piedra calcárea antideslizante, se han instalado juegos infantiles, lavabos públicos, 115 árboles y 1.378 arbustos.
Entre las novedades, también se encuentra la implementación de todos a diferentes alturas en la zona central de la plaza, y se han incorporado dos fuentes de agua, hasta 900 asientos y 30 plazas de aparcamiento para bicicletas. Pero sin duda, uno de los elementos que más sorprendió al público este jueves fue el de los difusores de agua, instalados en una de las zonas de la plaza para rebajar la temperatura en días de especial calor.
La reubicación de los quioscos ya existentes, la implantación de dos monolitos informativos y el emplazamiento de una escultura del llamado "arquitecto de Nueva York", Rafael Guastavino, culminan la intervención, que también se ha hecho en el subsuelo: se ha remodelado el aparcamiento subterráneo, con más de 8.600 metros cuadrados de superficie, modificando las rampas de acceso y reforzando la estructura. Las instalaciones cuentan con 228 plazas para coches -de rotación y alquiler-, seis plazas para movilidad reducida, 48 para motos, 20 para bicis, nueve cargadores eléctricos de bicis o VMP, y otros siete para vehículos.
La finalización de las obras fue celebrada tanto por el alcalde, Joan Ribó, quien mostró su satisfacción por el resultado y por haber visto el espacio "lleno de gente", como por el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, encargado del proyecto, quien lo calificó de "un proyecto icónico" en "un espacio monumental singular" y se congratuló de lo que consideró "un auténtico réglalo para valencianos y valencianas".
Pero también recibió críticas por la falta de sombras. Por ejemplo, la portavoz del PP, María José Catalá, criticó la reforma al calificar la plaza como "un verdadero secarral" y reclamó al gobierno local "más zonas de sombra para hacerla más amable para las personas pues no hay ningún banco en una sombra y los que hay no son los más adecuados". A su juicio, el ejecutivo de Compromís y PSPV opta por "exceso de cemento en todas sus actuaciones" y se comprometió a cambiar los proyectos urbanísticos "de chapuza" y "áridos" para "incorporar más espacios verdes y zonas de sombra".
Hay que recordar que durante las intervenciones en la plaza, se hallaron restos de una muralla que, se sospecha, pertenecen a la época visigoda. Hallazgos inesperados que se consideraron de "gran relevancia" y obligaron a paralizar las catas arqueológicas. Finalmente, y después de que las empresas encargadas de la dirección de obra pidieran no realizar más catas por los retrasos que supondrían, el Ayuntamiento de València y la Conselleria de Cultura acordaron postergar las investigaciones sobre los restos arqueológicos.
Así, se decidió tapar los restos históricos del subsuelo y llevar a cabo un análisis más exhaustivo en un futuro. De ahí que el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, también cargara contra el gobierno local porque el pavimento de la plaza "se tendrá que levantar recién estrenado a finales de este mismo año por la desidia de este Ayuntamiento", pues según explicó, quedan pendientes algunas excavaciones previstas y que, a su juicio, "se podrían haber realizado perfectamente mientras el suelo estaba levantado".
"¿No habría sido un buen momento para hacer esas catas cuando, precisamente, el suelo ya estaba levantado? ¿Vamos a tener que ver otra vez la Plaza de la Reina en obras cuando acaba de ser abierta al público?", se preguntó el portavoz, quien consideró un "error muy grande" la decisión de la concejalía de "no ejecutar la cata de la zona norte, donde se encuentra la zona arbolada". "Queremos que se realicen esos estudios, pero no entendemos la absoluta falta de interés y previsión", sentenció.
Sobre estas nuevas actuaciones, Giner desveló que Movilidad Sostenible dice estar esperando a que Patrimonio Histórico "ponga un precio". "Puesto que las cosas no se hicieron en su momento tal y como deberían, ahora no nos queda más remedio que pedir que se acabe con los retrasos y que se abra de una vez por todas esa zanja, como muy tarde en septiembre u octubre de este mismo año", reclamó.
Al mismo tiempo, el gobierno municipal aprobará este viernes unas instrucciones por las que se limitarán la implantación de nuevas terrazas tanto en la Plaza de la Reina como la de Brujas. Tampoco se dará el visto bueno a ampliaciones, modificaciones o revisiones de adaptación de las terrazas ya autorizadas que supongan una ampliación de la superficie.
La concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, explicó este jueves que "el consistorio está desarrollando políticas para mejorar la accesibilidad general y facilitar la movilidad sostenible mediante la peatonalización de plazas y ensanchando aceras en diversas vías públicas de la ciudad". Con esta medida, dijo, se busca "consolidar el incremento del espacio libre disponible peatonal y favorecer una mayor dinamización del pequeño comercio".
También se aprueba un plan especial de terrazas para la zona de Honduras, un punto "caliente" del ruido en plena zona universitaria. Por ello, Beamud anunció que "el consistorio se avanza para frenar la situación e intentar evitar que se acaben adoptando medidas mucho más restrictivas como podría ser la declaración de la zona como acústicamente saturada (ZAS), una situación que desde el Ayuntamiento queremos evitar, pero que ya está solicitada por los afectados".
Por ello, en el plan que aprueba la junta de gobierno local este viernes se recoge una ampliación de la zona de paso peatonal de dos a cuatro metros en un "cuello de botella" de este enclave, y en otra parte de Honduras se pasará de tres a cuatro metros de paso.
Beamud aseveró que el ejecutivo local "tiene una idea muy clara y un modelo de ciudad muy definido". "Y sin olvidarnos -recalcó- de poder compaginar los distintos usos del espacio público donde, por supuesto, debe tener cabida la actividad económica de la hostelería, avanzamos al mismo tiempo hacia un espacio público ordenado, con espacio para las personas y con zonas de calidad tanto en el centro de la ciudad como en los barrios, siendo coherentes con las políticas de movilidad del Ayuntamiento, para las que facilitar el desplazamiento a pie es nuestra prioridad".