València encarga el estudio del Balneario de la Alameda para pedir posibles indemnizaciones a la empresa

VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València sigue con los trámites posteriores a la clausura del Balneario de la Alameda y la rescisión del contrato con la empresa que lo gestionaba. La concejalía de Patrimonio, dirigida por el edil José Marí Olano, ya ha encargado la realización de una inspección para determinar el estado de las instalaciones tras haber extinguido la concesión con el objetivo de determinar la indemnización que en su caso proceda por los daños y perjuicios causados por el último contratista. 

El departamento de Patrimonio adjudicó el contrato para llevar a cabo esta evaluación el pasado jueves 1 de agosto. Tras recabar dos ofertas para suscribir el contrato, finalmente la concejalía de Olano lo adjudicó a la firma Leing por valor de unos 15.400 euros (IVA incluido). A partir de ese momento, la compañía tendrá tres meses para realizar la inspección, a partir de la cual no sólo se determinará el estado actual del edificio, sino que también se elaborará un informe de necesidades para la nueva licitación.

El Ayuntamiento tomó la decisión de echar a la concesionaria del balneario el pasado mes de abril "por causa imputable al contratista". En la resolución, avalada por un dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC), justificaba la rescisión anticipada del contrato en la deuda que arrastraba la concesionaria de más de 450.000 euros por el impago del canon entre 2017 y 2022 además de la deuda de la anterior concesionaria que se había prorrateado anualmente. 

Según el Ayuntamiento, la firma tampoco ingresó la garantía del contrato ni acreditó la cesión de la concesión después de adquirirla en 2016 a la antigua concesionaria, que quebró. El consistorio desestimó las alegaciones presentadas por la empresa gestora, Balneario La Alameda 2016, que había pedido una indemnización por el cierre obligado durante el confinamiento y que acusa al Ayuntamiento de no autorizar su proyecto de hotel tramitado en 2021 para reflotar el negocio.

En ese sentido, el Ayuntamiento no sólo rompió el contrato, que tenía vigencia hasta 2055, sino que ordenó iniciar "las actuaciones pertinentes para determinar, en su caso, la indemnización por los daños y perjuicios causados", también para proceder a la liquidación del contrato e incluso apreciar "la posible concurrencia de la prohibición de contratar" de la compañía. En ese contexto, se ha encargado la mencionada inspección.

El conflicto entre la empresa y el Ayuntamiento sigue vigente y el litigio por la clausura de las instalaciones en 2022, tras haber hallado el consistorio presencia de legionela, ha llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La firma considera ilegal el cierre ordenado por Ayuntamiento al asegurar que la presencia de la bacteria tenía niveles mínimos y que el método que exigía el Ayuntamiento para combatirla no era el adecuado, además de rechazar que los informes municipales en que se basó el cierre "no tienen superior valor" a los realizados por su parte, cuando estos segundos, realizados posteriormente, acreditaron la limpieza de las aguas.

Nueva licitación

Mientras, el Ayuntamiento de València se prepara para buscar una nueva concesionaria para la gestión del Balneario de la Alameda. La idea de la concejalía de Patrimonio es poder licitar el nuevo contrato antes de que acabe este año. Según explicaron fuentes del departamento de Olano, "está llevando a cabo las tareas necesarias para revisar los pliegos y actualizarlos para que sean competitivos". Se prevé que la concesión sea, como mínimo, de 25 años. Una de las posibilidades que están abiertas es que, por ejemplo, el que fuera asilo de la Lactancia, pueda ofrecer otros servicios más allá del propio balneario de aguas termales, como hostelería.

Desde que se inició la resolución del contrato, el consistorio ya trabajaba en la redacción de unos nuevos pliegos para sacar a concurso la gestión del mencionado balneario, ubicado en el barrio de Exposición. Sin embargo, el diseño de un concurso público de estas características no acostumbra a ser sencillo, entre otras cosas porque también es preciso evaluar el estado del inmueble.