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la fundación pide recuperar los fondos

Adiós Blasco, adiós: València pierde el legado del escritor

Foto: KIKE TABERNER
7/01/2019 - 

VALÈNCIA. Miles de ejemplares de las diferentes ediciones de las novelas de Vicente Blasco IbáñezCartas que revelan al autor en su intimidad; las cartas, de hecho, siempre han descubierto facetas inesperadas de él, hasta el punto de corroborar que su personalidad era complejísima, imposible de resumir en una sola idea. También objetos personales. Medallas, distinciones… El prolijo y amplio legado del escritor depositado en la Casa Museo Blasco Ibáñez está a punto de abandonar València.

Su destino más probable es la Biblioteca Nacional, de donde ya no volvería nunca más a la ciudad del escritor. Su salida se concretará en los próximos días, los que tarde la Fundación Blasco Ibáñez en hacer efectivo el fin del convenio con el Ayuntamiento de València. Este concluía el pasado 31 de diciembre y, pese a los reiterados intentos de la Fundación, no ha sido renovado por el consistorio. El alcalde Joan Ribó, que tanto celo personal ha mostrado en reivindicar la figura del político republicano y escritor, finalmente no ha movido ficha.

Con el año ya vencido, desde la Concejalía de Cultura sólo un asesor de la regidora Glòria Tello se ha puesto en contacto con la Fundación, y lo hizo a través de un amable y aséptico correo en el que, cómo no, les felicitaban las fiestas navideñas. En él, explican desde la Fundación, los responsables de la Concejalía “manifiestan buenas intenciones, pero no quieren entrar en el fondo del asunto, que es la propiedad del legado”. “Para ellos es lo más cómodo, que todo siga igual, pero para nosotros ha llegado el momento de aclarar definitivamente la situación de esos fondos”, añaden.

Esta misma semana, explican, la Fundación iniciará “la ofensiva para reclamar la devolución del legado”. En el caso de que el consistorio se niegue, lo más previsible, desde la Fundación aseguran que presentará una demanda judicial contra el Ayuntamiento para que se les devuelva lo que consideran que pertenece a los herederos del novelista.

Situación incómoda

Una situación que, aseguran, no les es cómoda. En primer lugar, por la buena relación con Ribó; al alcalde le reconocen buena voluntad, interés y conocimiento de la dimensión del escritor. Y después, y no por ello menos importante, por la decepción personal que les supone tener que llegar a este extremo cuando al frente del consistorio se encuentra un gobierno de izquierdas, progresista y laico, como era el propio Blasco Ibáñez.

La raíz del conflicto se halla en la propiedad de los fondos, que el consistorio no quiere reconocerle a la Fundación y los herederos. Desde la Concejalía se les aseguró, en el correo electrónico remitido el pasado jueves, que la posesión, literalmente, “era algo que no estaba en duda”. Así, esgrimieron como argumento de autoridad una reciente respuesta del Advocat de la Ciutat en la que se mencionan varios pronunciamientos sobre el tema, un reciente informe jurídico del año pasado, así como otro informe emitido en el año 2005 que acompañó la desestimación de la reclamación previa a la vía judicial civil que la Fundación interpuso ante el consistorio en esa fecha.

Desde Cultura se insistía en manifestar una “clara voluntad de entendimiento y diálogo para poder llegar a un acuerdo fructífero” de cara a firmar un nuevo convenio que dé continuidad a los firmados hasta ahora. En dicho convenio se contemplaría “no sólo” un “aumento de la contraprestación económica de la que sería beneficiada la Fundación”, sino también una ampliación del plazo de vigencia del convenio. Igualmente se insistía en que se consideraba al escritor “una de las figuras clave en la historia de la ciudad de València”.

Pero no es dinero lo que busca la Fundación, no dinero para ellos; sino para el escritor, para recordar su figura, y el detalle, nada baladí, apuntan, de que se reconozca la propiedad de los herederos. A lo que aspiran, aseguran, es a un modelo como el que ha tenido Max Aub en Castellón, en Segorbe, otro valenciano ilustre cuya memoria se encuentra exiliada de su ciudad. Una fundación que, por otro lado, anunció recientemente que aumentaba su presupuesto para 2019 y que este mismo enero inicia su III Taller de Escritura Creativa. En su lugar, se lamentan, el destino del legado Blasco Ibáñez será al final el mismo que el de su amigo Joaquín Sorolla: salir de València. Sólo un golpe de efecto, digno de las mejores novelas del propio Blasco, puede corregir el final de esta historia.

Foto: KIKE TABERNER

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