VALÈNCIA. La tensión en el mercado del alquiler se agudiza. El alza de precios en los últimos años y la contracción de la oferta en la mayoría de plazas españolas ha llevado a que aumente el número de proyectos de obra nueva que se destinan al arrendamiento. Una fórmula conocida como build to rent a la que se van sumando fondos, grandes compañía e inversores. Pero, aún así, sigue faltando producto en el mercado. Y ello mientras la demanda se dispara por las dificultades para acceder a la compra de vivienda, lo que está elevando los precios.
Pero, ¿por qué se contrae la oferta si la demanda es tan alta? Los expertos lo tienen claro: la inseguridad jurídica y la falta de garantías para los propietarios está propiciando que salgan menos viviendas al mercado. De hecho, muchos propietarios están optando por dejar de arrendar sus inmuebles para ponerlos a la venta, lo que a su vez merma aún más el volumen de producto.
"Muchos clientes tienen miedo de alquilar por la inseguridad jurídica que hay ante problemas como la okupación. De hecho, cada vez nos dejan poner menos carteles de que un piso se ofrece en el mercado para que no sea un reclamo y entren ilegalmente", señala Juanjo Álvarez, responsable de alquileres de OC|HABITAT.
Y València no es una excepción. En el último año 2022, solo la ciudad ha perdido un 31,5% de su oferta, es decir, cerca de 585 unidades al pasar de haber disponibles 1.202 inmuebles frente a los 1.786 que había en 2021, según datos de la consultora. De hecho, ya el pasado año hubo una drástica caída del producto en alquiler, -de 3.315 en 2020 a los 1.786-, aunque en esa ocasión fue consecuencia de que en la pandemia muchos pisos turísticos se pasaron a la media y larga estancia ante las restricciones de movilidad.
"Durante la pandemia mucho producto vacacional se pasó al alquiler tradicional de golpe y ese año la oferta subió mucho. Sin embargo, con el final de las restricciones todo el mundo empezó a moverse porque quería cambiar de casa y desapareció mucho producto del mercado", señala Álvarez.
Así, mientras que 2018 los datos de la consultora apuntan a una bolsa de 2.895 viviendas en alquiler en la ciudad, un año más tarde bajó a 2.451, cifra que se disparó en 2020 por la pandemia a las 3.315 unidades. Desde entonces, no ha dejado de decrecer hasta las 1.786 en 2021 y las 1.202 de este año. "Este 2022 con la guerra muchos ucranianos han venido a València. Hemos llenado edificios con hasta 60 familias, pero también el mercado internacional se está moviendo mucho", recalca.
Tanto es así que asegura que el 60-70% de sus clientes son ya extranjeros y la rotación cada vez es menor, lo que también impide reduce el número de pisos disponibles. "València está de moda porque es una ciudad económica y cómoda para una persona con un salario medio europeo y eso es un reclamo. De hecho, cada vez tenemos más demanda, pero hay mucha menos oferta", afirma Álvarez.
Por distritos, Ciutat Vella es en el que más se ha resentido con una caída de la oferta de 192 unidades al pasar de 396 pisos disponibles en 2021 a los 204 a cierre de 2022. Le sigue L'Eixample, con una reducción en 125 unidades, ya que este año hay 140 mientras que hace un año eran 265; y Pla del Real, que pierde 61 inmuebles al pasar de 115 a 54. Curiosamente también son los distritos donde más demanda hay y, en consecuencia, menos oferta, lo que también ha disparado en esas zonas los precios.
Por el contrario, Jesús, La Saïda y Pobles de l'Oest cierran este 2022 con saldos positivos de 8,6 y 29 pisos, respectivamente.
Con respecto a las unidades por rango de precio durante este periodo, los mayores descensos de unidades disponibles se encuentran entre los alquileres con rentas de entre 800-1.200 euros al disminuir la oferta en este rango en 527 unidades, mientras que han descendido en 15 viviendas los pisos entre 1.200-1.800 euros. Por otro lado, entre 1.800-2400 euros hay en el mercado 33 inmuebles menos y entre 2.400-3.000 euros, 8 menos. Por tanto, los descensos mayores están en el rango de inferior de precio de arrendamiento.
Y este déficit está provocando alzas en los precios. Así, según consta en el último informe de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV), este 2022 los precios en València han registrado máximos históricos, situándose de media en los 1.200 euros mensuales, un 9,9% más que hace un año y un 28% más que en 2019.
Pero, además, esta cuantía supone superar la media de la cuota hipotecaria en la ciudad de cerca de 900 euros mensuales. Los valores crecen en todos los distritos, principalmente en los más céntricos como Ciutat Vella, el más caro con precios de 1.679 euros al mes de media, seguida de l'Eixample, 1.612 euros; y Pla del Real, con 1.484 euros de media mensual. Por el contrario, los más económicos son Poblats del Sud y L'Oest, por debajo de los 800 euros, mientras que Jesús y Benicalap registran valores medios de 828 euros y 843, respectivamente.