Tras una sencilla fachada blanca con detalles de color azul Mediterráneo se esconde uno de los mejores restaurantes de la Vall de Guadalest. Podemos considerarlo un restaurante de carretera, porque por su puerta pasa la CV-70 que atraviesa Benimantell con dirección a Alcoy, en una dirección, y a Callosa d`en Sarrià, en la otra. Pero Venta la Montaña es, sobre todo, casa. La de tu tía la del pueblo, por ejemplo.
Originariamente fue una venta de postas que se fundó en 1910 y que funcionaba como tal, aún sin visos gastronómicos, únicamente para que los caballos repostaran. Fue en los años 60 cuando los anteriores propietarios la convirtieron en bar con habitaciones, a modo de hostal. Y en 1981, fue el padre de Carlos Núñez quien, junto con su abuela, cogió las riendas del negocio. Carlos, en la sala, es la segunda generación. Como jefa de cocina, su madre, Juana María Ferrer, continúa siendo el estandarte de Venta La Montaña. Ella es la responsable de que aquí se coma la mejor olleta de blat de la zona, el plato más típico de este valle. Pero antes hay que pedir entrantes como el espencat o los minchos, para continuar con arroz al horno, arroces caldosos o paellas. A los fogones también está Víctor Cabezas, el marido de Carlos, que está haciendo sus primeros pinitos en esto de la hostelería, ya que hasta hace poco no trabajaba en el sector.