VALÈNCIA. La reconstrucción tras la Dana se ha convertido en uno de los principales focos de atención para los valencianos en la gestión política cotidiana. Un año después de las inundaciones que dejaron una imagen de devastación en buena parte de la provincia de Valencia, el debate sobre cómo y quién impulsa las obras de recuperación sigue muy presente.
Aunque los grandes protagonistas del proceso son el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana, los ayuntamientos afectados desempeñan un papel decisivo: en muchos casos son ellos quienes licitan y ejecutan las obras que marcan el pulso diario de sus municipios. Durante las últimas semanas, Valencia Plaza ha recabado las opiniones de varios alcaldes de localidades afectadas, cuyas valoraciones reflejan un malestar común: la politización del proceso y la falta de coordinación entre administraciones.
Lo que debía ser un esfuerzo conjunto se ha transformado, a ojos de muchos, en una pugna entre el PSOE —al frente del Gobierno central— y el PP —que dirige la Generalitat— por el relato y el control de la reconstrucción. La mayoría de los alcaldes consultados reconoce que el signo político condiciona la percepción sobre quién está liderando la recuperación: los socialistas tienden a poner en valor la respuesta del Ejecutivo central, mientras que los populares destacan la gestión autonómica.

- Mazón y Sánchez en el Cecopi el 31 de octubre, dos días después de la Dana. -
- Foto: EP/JORGE GIL
“Esperábamos más”
El alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara (PP), resumía esa frustración con una frase que se repite entre los municipios afectados: “Esperábamos más de las administraciones”. Adsuara también lamenta por parte del Gobierno la lentitud con la que se han gestionado los fondos europeos, “que son los que nos van a hacer salir hacia adelante”.

- Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar. -
- Foto: KIKE TABERNER
Desde el ámbito socialista, el diagnóstico varía según la perspectiva local. En Aldaia, su alcalde Guillermo Luján critica la “invisibilidad” que sufrió el municipio y el Barranco de la Saleta, que —dice— tardó meses en ser tenido en cuenta. Para Vicent Císcar, alcalde de Paiporta y también socialista, el reto no ha sido tanto la voluntad política como la falta de medios humanos: gestionar los fondos “con el mismo número de trabajadores es una locura”, admite. Aun así, considera que el Gobierno ha actuado con más eficacia que el Consell.
El alcalde de Aldaia tampoco acaba de casarse con nadie: “La reconstrucción requiere la colaboración de todas las administraciones. Hay aspectos que cada una puede mejorar y otros que han hecho bien”.

- El alcalde de Paiporta, Vicent Císcar. -
- Foto: KIKE TABERNER
La alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado (PP), en cambio, defiende la labor de la Generalitat, pero reprocha la falta de implicación del Gobierno central, al que afea la ausencia de Pedro Sánchez en la localidad y el silencio ante sus peticiones para revisar la nueva tasa de basuras.
O en el caso de Benetússer, la alcaldesa Eva Sanz (PSOE) afirman haberse sentido escuchada por ambas partes, y pese a que valora mejor la labor del Ejecutivo central, afirma que con Emergencias de la Generalitat mantiene una comunicación más constante.
Una de las conclusiones que se pueden extraer de las conversaciones que este periódico ha tenido con los diferentes alcaldes, es que al fin y al cabo cada uno acaba barriendo hacia su propia casa –su propio partido– cuando tiene que defender a una de ambas administraciones. Aún así, en su mayoría acaban encontrando deficiencias en los dos bandos de dicha “politizada” reconstrucción.

- Obras de reconstrucción por la Dana en el barranco de Picanya. -
- Foto: KIKE TABERNER
La coordinación, el punto débil
Más allá de las diferencias políticas, la mayoría coincide en un diagnóstico común: la falta de coordinación entre administraciones. Císcar (Paiporta) recuerda que “los primeros días post-Dana había coordinación”, pero que después cada nivel de gobierno “empezó a contar su versión dirigida a su propio público”. Adsuara (Alfafar) coincide en que “el esfuerzo lo están haciendo los ayuntamientos”, que han tenido que actuar ante la lentitud de las decisiones superiores.
Luján (Aldaia), sin embargo, introduce un matiz. A su juicio, hay “dos realidades: una política y otra técnica”. Considera que, mientras el ruido político ha distorsionado la percepción pública, a nivel técnico sí ha existido colaboración, y pone como ejemplo el avance del proyecto del Barranco de la Saleta gracias al trabajo conjunto de Generalitat y Gobierno.

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- Foto: MARGA FERRER
Una tesis que también han respaldado diversos miembros del Ejecutivo central, que insisten en que la comunicación entre los técnicos de ministerios y consellerias es constante.
En esta línea, la alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, asegura que la relación “ha cambiado” en los últimos meses y que la llegada del actual conseller de Emergencias y de la secretaria autonómica ha supuesto “un cambio de rumbo”, con mayor interlocución entre la Generalitat y la Delegación de Gobierno.

- El cauce del barranco a su paso por Torrent -
- Foto: AYUNTAMIENTO DE TORRENT
“Pertenecemos al partido de la reconstrucción”
En medio de la tensión política que ha marcado el proceso, algunos alcaldes reivindican la necesidad de apartar los colores partidistas y centrarse en la gestión. Adsuara lo resumió en Valencia Plaza con una idea que muchos comparten: todas las alcaldías “lo han pasado mal, especialmente las de la zona cero”, porque —dice— desde la Dana “no pertenecemos a ningún partido político, pertenecemos al partido de la reconstrucción”.
Por eso rechaza las críticas partidistas en este contexto y asegura que, tras lo vivido, sería “incapaz de estar en la oposición y hacer política de una catástrofe”. Adsuara destaca además la empatía entre alcaldes de distinto signo, como el de Sedaví, José Cabanes, con quien afirma haberse apoyado y animado mutuamente durante el proceso.
En definitiva, un año después de la Dana, la reconstrucción avanza, pero las heridas políticas siguen abiertas. En este sentido, como puede evidenciar este periódico, algunos alcaldes reclaman menos confrontación y más cooperación real entre administraciones, conscientes de que la recuperación —más allá de la foto o el relato— se mide en obras ejecutadas y en confianza institucional.