VALÈNCIA. La dimisión de Maribel Albalat como alcaldesa de Paiporta, hace cinco meses, marcó un punto de inflexión en la política local de este municipio de l’Horta Sud. Desde entonces, con Vicent Císcar al frente del gobierno municipal, la dinámica interna de la corporación ha experimentado cambios significativos. La nueva coalición que dirige el Ayuntamiento –formada por PSPV y Compromís– ha reordenado las relaciones entre los distintos grupos y proyecta una estrategia propia, sin perder de vista el horizonte electoral de 2027.

El pasado 26 de junio, la exalcaldesa socialista anunció su renuncia por motivos de salud, cerrando una etapa de casi cuatro años al frente del Ayuntamiento y poniendo fin –al menos de momento– a una trayectoria de más de una década en la política municipal. Aunque su gestión tras la Dana generó polémica durante los meses posteriores a la catástrofe, Albalat se convirtió en una de las figuras más visibles de la política local durante los momentos más críticos tras las inundaciones del 29 de octubre. Su presencia continuada en los medios de comunicación, especialmente en televisiones de ámbito estatal, la consolidó en ocasiones como la “alcaldesa de la Dana”.

Su gestión fue duramente cuestionada por la oposición –PP, Compromís y Vox–, que incluso llegó a estudiar la presentación de una moción de censura que finalmente no se formalizó. En aquel momento, los grupos criticaban una “falta de organización” y una “gestión lenta” de las tareas de recuperación post-Dana.

De hecho, ya entonces se produjo una sintonía poco habitual entre Compromís y el PP. Sus dos portavoces, consultadas por este periódico en aquellos días, afirmaron haber trabajado de manera coordinada. Sobre los días posteriores a las inundaciones, ambas denunciaron en Valencia Plaza la falta de comunicación y de organización por parte del equipo de gobierno municipal. Pese a sus diferencias ideológicas, ambas portavoces mantuvieron una relación más estrecha durante la gestión de la crisis.

¿Quién lideraría el PSPV sin Albalat?

Los socialistas de Paiporta votaron esta misma semana la elección de una nueva secretaría general para el colectivo local. En este proceso, Esther Torrijos, actual segunda teniente de alcalde, fue elegida para el cargo. Así, el alcalde Vicent Císcar queda como presidente del partido, y la exalcaldesa Maribel Albalat pasa a ocupar la vicesecretaría general.

En uno de sus primeros encuentros con los medios, Císcar aseguró que no tenía intención de presentarse como candidato a la alcaldía en las próximas elecciones. Explicó que había asumido el cargo “por Maribel”, para facilitar su relevo mientras ella se recuperaba, y que no se veía postulándose de nuevo.

Sin embargo, en una conversación reciente con este diario matizó que “no era el momento de hablar del tema” y que aún era “pronto” para tomar una decisión sobre si volver a presentarse o no. Esto abre ahora el interrogante sobre si finalmente se presentará para continuar al frente de la alcaldía o si lo hará la nueva secretaria general y actual vicealcaldesa, Esther Torrijos. O si volvería Albalat. 

¿Volvería Maribel Albalat?

Otra cuestión relevante es si la exalcaldesa podría regresar a la primera línea política. Aunque Albalat dimitió por motivos de salud, conviene recordar que no era la primera vez que se veía obligada a apartarse temporalmente del cargo por circunstancias similares: en varias ocasiones solicitó bajas médicas prolongadas, tras las cuales siempre regresó a la alcaldía.

Aun así, no se descarta una posible vuelta de Albalat si su estado de salud lo permite. Fuentes cercanas a la exalcaldesa señalan a Valencia Plaza que aún no hay una decisión tomada y que su eventual candidatura dependerá de su evolución médica en los próximos años. Del mismo modo, otras fuentes municipales apuntan a que sería “bastante probable” un regreso de Albalat, si no inmediato en 2027, sí en un horizonte de unos años.

No obstante, esta vez la decisión de apartarse del cargo fue más tajante que en ocasiones anteriores: se tomó con rapidez y acompañada de una recomendación médica directa que desaconsejaba continuar por el impacto que el ritmo institucional estaba teniendo en su salud. A ello se suma la presión que supuso gestionar una catástrofe natural como la Dana y las críticas inherentes a la responsabilidad pública en uno de los municipios más afectados tras el 29-O.

Compromís y PSPV

Las relaciones entre PSPV y Compromís han estado marcadas por una trayectoria de colaboración, pero también de desencuentros. En una entrevista con este periódico, la propia Albalat reconocía la tensión existente con Compromís antes del temporal. Esta nueva etapa, sin embargo, ha quedado condicionada por un acontecimiento extraordinario: la Dana del pasado 29 de octubre de 2024.

La gestión de la emergencia ha obligado a ambas formaciones a coordinarse y a liderar conjuntamente el gobierno municipal. El resultado es una imagen de unidad entre el alcalde socialista, Vicent Císcar, y la vicealcaldesa y concejala para la Reconstrucción de Compromís, Marian Val. 

Lo que ya se ha evidenciado es que ambos dirigentes transmiten un mensaje de cohesión muy distinto al tono previo entre ambas formaciones. Sobre todo, han rebajado las tensiones internas que existían antes de la salida de Albalat, defendiendo ahora que “son más las cosas que nos unen que las que nos separan”. Se trata, no obstante, de un pacto que ha recibido numerosas críticas del Partido Popular.

El papel de la oposición

La oposición tampoco pierde peso en Paiporta. La segunda formación más votada en las elecciones municipales de 2023 fue el PP y mantiene 7 concejales en la bancada de la oposición. Los populares han centrado buena parte de su discurso, en relación con la Dana, en reivindicar la labor de reconstrucción impulsada por la Generalitat Valenciana frente a las críticas vertidas por la gestión de la catástrofe.

El PP defiende de manera constante las actuaciones del Consell y, al mismo tiempo, critica con frecuencia las medidas adoptadas por el Gobierno de España en materia de ayudas y coordinación tras la catástrofe, al considerar que ni son suficientes ni son efectivas.

Esta posición resulta especialmente relevante en el municipio más afectado por la Dana, donde la gestión institucional sigue muy presente en la memoria colectiva. En este contexto, el PP local adquiere un peso político considerable: respalda la acción del Consell y se proyecta como un actor clave en la fiscalización del gobierno municipal, un papel que puede tanto reforzar como erosionar su rendimiento en futuras convocatorias electorales.

La política local, sin embargo, no siempre responde a las dinámicas autonómicas, y será en las urnas donde se mida hasta qué punto los equilibrios actuales se traducen —o no— en apoyo ciudadano.