VALÈNCIA. Cerca de un millón de toneladas de residuos se acumularon tras la Dana del 29 de octubre y durante los días posteriores a la catástrofe, cuando comenzaron las primeras tareas de limpieza en los municipios afectados. En un año normal, en toda la Comunitat Valenciana se generan unas 180.000 toneladas de residuos voluminosos. Sin embargo, las consecuencias de la riada dispararon esta cifra hasta prácticamente quintuplicarla, concentrando casi el millón de toneladas únicamente en las zonas afectadas por la inundación.
En los días posteriores al 29-O, los damnificados se vieron obligados a sacar a la calle lo que durante años fue su vida: muebles, recuerdos y pertenencias. Los enseres se apilaron primero en las aceras y fueron trasladados durante las semanas posteriores a parcelas habilitadas por los ayuntamientos para hacer frente a la emergencia. Estos lugares fueron denominados puntos de acopio local.
Desde la la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental, dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, se puso en marcha un plan para distribuir estos residuos, acumularlos fuera de los núcleos urbanos y además, reutilizarlos y darles una segunda vida, sobretodo a la tierra que dejó la barrancada.

- Acumulación de enseres en las calles de Sedaví tras la Dana -
- Foto: VP
Los puntos de transferencia
Desde Medio Ambiente se prepararon parcelas de una amplitud mucho mayor fuera de los cascos urbanos para evitar la insalubridad que estas montañas de residuos generaba. Activos desde el mes de noviembre, estos lugares se llaman puntos de transferencia.
El director general de Educación y Calidad Ambiental, Jorge Blanco, ha explicado a Valencia Plaza cómo se organizaron estos puntos: fueron cuatro los que se establecieron, tres de ellos gestionados por la Dirección General en Catarroja, Picassent y entre los términos municipales de Quart de Poblet y Manises. Por otro lado, hay un punto más de transferencia que gestiona la Entidad Metropolitana de Tratamiento de Residuos (EMTRE), también en Quart de Poblet. En cada uno de estos puntos se está trabajando en la distribución y reutilización de tierras y más de 250.000 toneladas de residuos por punto.
El primero fue en Catarroja, en un espacio del polígono de esta localidad visible desde la pista de Silla. Este lugar improvisado empezó como punto de acopio local pero fue tan grande que se convirtió en punto de transferencia. Es el primero que se prevé vaciar porque se encuentra en un lugar de mayor actividad, por las naves y empresas que lo rodean en el polígono.

- Gestión de residuos tras la Dana. -
- Foto: Urbaser
Durante noviembre y diciembre la empresa pública Tragsa estuvo trabajando en el acumulado del material, pero ya en enero se sustituyó por empresas únicamente especializadas en gestión de residuos: PreZero, Urbaser y Paprec fueron las tres empresas elegidas.
Reutilización de la tierra
Jorge Blanco, director general de Educación y Calidad Ambiental ha contado a Valencia Plaza cómo es el proceso de reutilización de la tierra que la barrancada sacó a las calles de los municipios afectados. Mediante un sistema de excavadoras y cribas se trata de separar la tierra y obtener una fracción fina y limpia que se pueda utilizar. Blanco explica: "al fin y al cabo esta tierra es buena, ha salido del cauce y de los campos".
Una vez separada, se utiliza para diferentes tareas, como el sellado de vertederos, la restauración de una cantera o rellenos de parcelas en los municipios afectados. "Le damos una segunda vida para no mandarla al vertedero", destaca Blanco.

- Maquinaria trabajando en la recuperación de tierras -
- Foto: CONSELLERIA DE MEDIO AMBIENTE
La criba saca también una segunda fracción de tierra con algún desecho o impropio, como alguna madera o plástico. Esa tierra la utiliza el gestor de residuos en su propio vertedero como capa de cobertura, es decir, para el recubrimiento que se coloca sobre los residuos sólidos en un vertedero y aislarlos del entorno exterior.
Finalmente, hay una fracción con la que ya no se puede hacer nada más y se queda en el vertedero. Según cuenta el director general, de ahí se sacan muchos colchones, bombonas de butano, neumáticos, metal y cosas que se van recuperando y se llevan a sus gestores externos.

- Imagen de archivo. -
- Foto: GVA
En este sentido, la Generalitat está consiguiendo recuperar el 40% de la tierra. En cada uno de los puntos de transferencia hay alrededor de 250.000 toneladas de tierra y residuos que tratan de poder aprovecharse al máximo.
Según cuenta Blanco a este periódico, el contrato que ratificó el Consell para crear estos puntos de transferencia es de 10 meses, pero el sistema actual de cribas agiliza mucho los trabajos. Desde enero se ha avanzado mucho y explica que en el caso de Catarroja, la parcela podría estar vacía el próximo mes, mientras los otros tres puntos de transferencia -Picassent, Quart de Poblet y Manises- podrían acabar en los próximos meses al llevar muy buen ritmo de trabajo.