VALÈNCIA. La última semana ha sido, políticamente hablando, una de las más duras que ha atravesado el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, desde que la Dana arrasara la provincia de Valencia el 24 de octubre de 2024 y dejara a su paso 229 víctimas mortales.
Es cierto que el también líder del PPCV ha pasado un número importante de malos tragos en estos meses, pero en los últimos días han aparecido novedades en relación a los tres factores que más pesan de cara a la continuidad del presidente: su paradero el día de la tragedia; la relación con las víctimas y el proceso judicial abierto.
Así, días atrás se hizo público que Mazón acompañó al aparcamiento a la periodista Maribel Vilaplana el día de la tragedia. Un detalle hasta ahora no conocido y que ha arrojado nuevas dudas respecto a los horarios del presidente en aquella jornada. Más aún, distintos medios insisten en que el presidente de la Generalitat no llegó al Palau hasta las ocho de la tarde el 29O, dos horas más tarde de lo que indicaba la versión oficial difundida inicialmente.
Por otro lado, el pasado jueves tuvo lugar el funeral de Estado sobre la Dana. Algunas de las asociaciones ya habían instado a Mazón a no acudir, dada la tensión existente entre el presidente y estas organizaciones. Mazón fue abucheado e increpado sonoramente a su llegada y salida del recinto con gritos de "dimisión" o "fuera", entre otros, todo ello presenciado por el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, también presente en el acto.
En última instancia, en este mismo viernes, también se produjeron novedades en el proceso judicial, con nuevos videos aportados a la causa y con la aclaración por parte del entorno de Pradas de que sí informó a Mazón sobre el ES-Alert la tarde de la Dana.
Con este cóctel agitado a lo largo de la semana, desde la dirección nacional del PP ha empezado a consolidarse la idea de que Mazón, no sólo no puede volver a ser candidato, sino que la situación en la Comunitat Valenciana puede requerir una actuación de carácter más bien inmediato, especialmente tras la atención mediática nacional que está teniendo el asunto. "La decisión de dimitir de un cargo público al que han votado los ciudadanos es personal y por lo tanto es el señor Mazón el que debe decidir su futuro político", decía este viernes en una entrevista en La Sexta la portavoz popular en el Congreso, Ester Muñoz, una posición muy alejada del cierre de filas que se ha venido produciendo estos meses.
En este escenario, resulta obligado poner sobre la mesa las diferentes opciones posibles que tiene a su disposición el PP de Feijóo. La única manera de que Mazón salga del cargo sería, en este momento, la convocatoria electoral; la dimisión con el objetivo de que le sustituyera otro dirigente o una moción de censura, a todas luces improbable porque deberían aliarse PSPV, Compromís y Vox. Los dos primeros escenarios necesitan, por tanto, de un acuerdo con el presidente de la Generalitat, que además no quiere perder su aforamiento a la vista de la instrucción judicial sobre la Dana.
Tal y como ha informado este diario, no es una decisión fácil para Feijóo, incluso con la colaboración de Mazón. Una convocatoria electoral puede ser arriesgada: aunque los sondeos apuntan a que el PP aún es la fuerza más votada y podría gobernar, todo indica un ascenso de Vox que podría resultar preocupante de cara a los siguientes compromisos con las urnas. Además, pese a que los sondeos no lo reflejan, el grado de incertidumbre ante unas elecciones inmediatas es alto y de ello podría beneficiarse el bloque de izquierdas (PSPV y Compromís), que quizá encontrarían más motivación para la movilización de sus votates que el PP.
Por otro lado, la mera sustitución de Mazón también es compleja, dado que el nuevo presidente necesitaría los votos de Vox para ser investido en Les Corts. Así, esto obligaría a una negociación al más alto nivel entre Feijóo y Santiago Abascal, que a todas luces resultaría incómoda para el presidente del PP; tanto por las exigencias que el líder de Vox pudiera realizar como porque todo esto trascendería a los medios y situaría a Feijóo entre la espada y la pared; o aceptar las condiciones o verse abocado a unas elecciones valencianas.
En último lugar, otro plan que ha sonado en las últimas horas es el de que Mazón pueda, en acuerdo con Génova, anunciar en los próximos días que no se presentará a la reelección, con el objetivo de aliviar la presión sobre su figura. Una estrategia de dudosa efectividad puesto que el presidente de la Generalitat se convertiría en lo que en política se conoce como un "pato cojo" con un año y medio de legislatura por delante, además de que tampoco garantizaría que no prosiguieran las críticas. Es más, esto no detendría el avance judicial o la aparición de nuevas informaciones, pero sí existiría el agravante para Mazón de su pérdida de fuerza dentro del PPCV. La otra opción, si no hay acuerdo, podría consistir en que la dirección nacional presionara imponiendo la salida de Mazón del liderazgo del partido con una gestora y el anuncio de un congreso regional, si bien tampoco parece el escenario de conflicto más deseable para Feijóo.

- Pérez Llorca, Bendodo, Mazón, Feijóo y Catalá. Foto: EP/ROBER SOLSONA
Según distintas fuentes populares consultadas, Génova maneja principalmente los escenarios de elecciones o sustitución, con lo cual resulta necesario trabajar en los protagonistas ante estos nuevos escenarios. En el caso del relevo de Mazón por otro dirigente, cabe recordar que para ser presidente de la Generalitat hay que cumplir el requisito de ser diputado en Les Corts. Así, en la bancada popular los dos favoritos, por este orden, serían la alcaldesa de València, María José Catalá, y el portavoz parlamentario y secretario general del PPCV, Juanfran Pérez Llorca.
A priori, la preferencia de Génova se dirigiría a Catalá, pero hay diversos factores que pueden complicar la situación: el primero, que Vox prefiera a otro presidente o aspire a contrapartidas políticas difíciles de asumir; el segundo, que la propia alcaldesa ha reiterado que quiere seguir en el consistorio; y el tercero, que habría que encontrar a un sustituto de garantías para la ciudad. Es por ello que, de ser un presidente de transición, se podría abrir el abanico a otros dirigentes como es el caso Pérez Llorca; un hombre próximo a Mazón con reputación de buen negociador.
Ahora bien, si el objetivo es lanzarse a unas nuevas elecciones; las opciones se multiplican. De nuevo, la intención de la dirección nacional del PP se inclina por Catalá, pero aquí podrían entrar otras posibilidades en escena. El presidente de la Diputación, Vicente Mompó, es uno de los dirigentes que en cierto modo ha salido airoso de la Dana, y es visto con buenos ojos por el entorno de Mazón, que no goza de las mejores relaciones con Catalá. También podría jugar sus bazas la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, con ciertos contactos en Génova, aunque también en cierta medida desgastada por la Dana; sin descartar que pudieran irrumpir en el juego dirigentes fuera de toda esta vorágine, como la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina.