VALÈNCIA. Todo parece listo para que entre el 24 y 28 de noviembre se celebre el pleno de investidura que podría servir, si prospera la primera ronda de votación, para que el dirigente popular Juanfran Pérez Llorca sea designado nuevo presidente de la Generalitat, sustituyendo así a Carlos Mazón.

Tal y como ha venido informando este diario, el PP necesita los votos de Vox en Les Corts Valencianes para que su propuesta avance y la Comunitat Valenciana no se vea abocada a unas elecciones anticipadas.

Hasta ahora, tanto las manifestaciones públicas como lo que transmiten las distintas fuentes de este partido, es que la formación liderada por Santiago Abascal tiene una predisposición clara a alcanzar un acuerdo que permita investir a Pérez Llorca, con quien mantienen buena relación al haber sido su principal interlocutor en las negociaciones de la presente legislatura.

Ahora bien, al margen de la llamada del líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, a Pérez Llorca para transmitirle que era el elegido como nuevo presidenciable, no han trascendido más detalles de la conversación ni tampoco sobre si el probable jefe del Consell puso algunas condiciones sobre la mesa.

En este sentido, algunas fuentes aseguran que Pérez Llorca, actualmente secretario general del PPCV, portavoz del grupo parlamentario y alcalde de Finestrat, ha trasladado a su entorno que no quería ser otro José Luis Olivas, en referencia al presidente de transición entre Eduardo Zaplana y Francisco Camps. 

O lo que es lo mismo, si aceptaba el cargo quería tener al menos una oportunidad de continuidad. Una reflexión que tiene sentido especialmente si se tiene en cuenta que, tras la renuncia de Mazón, se ha hecho más que evidente que la preferencia de la dirección nacional del PP y del propio Feijóo para el relevo era la alcaldesa de València, María José Catalá.

Tras constatar que la primera edil del Cap i Casal no quería dejar el Ayuntamiento; las dificultades que planteaba su sustitución en el consistorio y que Vox, cuyos votos son necesarios, sintonizaba mucho más con la opción de Pérez Llorca, se decidió apostar por este último, aunque con un cierto manto de temporalidad en la designación.

Una tendencia que el probable nuevo presidente está dispuesto a revertir. Pérez Llorca no tenía la ambición de relevar en la Generalitat a Mazón, con quien mantiene una gran relación. Es más, algunas fuentes populares apuntan a que el futuro del alcalde de Finestrat para la siguiente legislatura se inclinaba a un regreso a la política provincial en Alicante.

No obstante, tal y como han sobrevenido las circunstancias, si Pérez Llorca termina siendo presidente de la Generalitat no se conformará con ser un responsable autonómico de mera transición, sino que, así lo apuntan dirigentes del partido, tratará de marcar perfil propio, liderar la reconstrucción y, en definitiva, jugar sus bazas para que Génova le tenga en cuenta cuando se acerque la visita a las urnas.

En este sentido, fuentes populares señalan que la reiterada proclamación de Catalá sobre su deseo de continuar en el Ayuntamiento más allá de 2027, también abre una puerta a la propia candidatura de Llorca a la Generalitat y, por tanto, a una posible continuidad. Así, aunque en Génova la alcaldesa sigue siendo la favorita para esa misión, Feijóo y los suyos seguirán con atención el recorrido de Pérez Llorca para ver hasta dónde puede llegar en los sondeos.