VALÈNCIA. El problema del acceso a la vivienda ha escalado este mes de octubre hasta situarse entre las tres principales preocupaciones de la población española según el último barómetro del CIS, que refleja así las crecientes dificultades de la ciudadanía para el alquiler o la compra de inmuebles en un contexto de precios disparados y oferta escasa. De hecho, en las últimas semanas, manifestaciones como la celebrada el pasado sábado en València han recorrido las calles de distintas ciudades para reclamar una vivienda digna y mayor regulación, en lo que supone una muestra evidente del descontento generalizado y de la tensión existente en torno a un bien básico y esencial recogido en la Constitución.
En este sentido, son varios y diversos los factores que han conducido a este escenario de crisis, entre los que podrían señalarse cuestiones demográficas como el incremento de la población y otras como la escasez de vivienda de nueva construcción. En el caso de la ciudad de València, y según se desprende de los datos padronales de la Oficina de Estadística del consistorio, el número de hojas familiares, que agrupan a todas las personas que residen en un mismo domicilio, creció en torno a 7.300 núcleos de convivencia en 2023, mientras que las viviendas visadas, que certifican que un proyecto cumple la normativa y, por tanto, puede iniciar su construcción, alcanzaron solo las 2.600 unidades.
Aunque el dato del pasado año es el más abultado en quince ejercicios, en parte debido al importante aumento de la población registrado por el Ayuntamiento para València, que cuenta ya con más de 830.000 vecinos empadronados, la cifra de nuevos hogares ha superado a la de visados concedidos durante tres años consecutivos, con un déficit en el último lustro de en torno a 2.000 hojas familiares más que nuevos proyectos de residencia. Además, el inicio de las obras no significa que vayan a estar pronto a disposición de la población, dado que, de media, las promociones tardan entre 2 a 3 años en estar finalizas, por lo que si se tuviera en cuenta el número de inmuebles que salen al mercado, la diferencia podría ser incluso mayor.
"La primera causa del problema de la vivienda es la escasez de vivienda de obra nueva", remarca Fernando Cos-Gayón, director de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV). "En este momento se hacen pocas promociones y las que hay son con altos precios por los altos costes de la construcción, lo que está propiciando la subida tan rápida de precios y generando una demanda insatisfecha de aquellos que no pueden comprar con esos valores y que, por tanto, se van al alquiler", detalla.
En este sentido, el último informe de la Cátedra refleja que el número de viviendas de nueva planta en València ha caído un 83% menos en el último lustro, mientras los precios suben hasta una media que ya supera los 3.500 euros el metro cuadrado. Tanto es así que, a cierre del tercer trimestre de este año, solo había a la venta 132 unidades disponibles para una población de más de 800.000 habitantes.
"La distorsión de esta situación es la inmigración a España y algunas ciudades como València. En los próximos 25 años vamos a llegar a los 1.050.000 habitantes en València, 250.000 personas más que ahora y 10.000 más cada año", señala Cos-Gayón. En este sentido, recuerda que el Plan General de València recoge un crecimiento de unidades residenciales de 3.000 anuales, pero subraya que desde la crisis inmobiliaria de 2008 el déficit de producto es "salvaje". Ahora mismo se pueden estar construyendo entre 200 y 400 viviendas cada año en la ciudad, aunque muchas no salen al mercado, cuando deberíamos estar haciendo entre 4.000 y 5.000 inmuebles para atender la demanda", subraya.
"El problema viene del lado de la oferta"
La escasez de oferta es para el investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) José García Montalvo el factor principal que explica esta tensión en el mercado inmobiliario español. "Se están generando en España 250.000 familias mientras se producen entre 95.000 y 100.000 viviendas cada año", subraya para recordar que el Banco de España señala que se necesitan 600.000 nuevos inmuebles hasta 2025 en todo el país, en línea con la generación de hogares de cada año, de los que 40.000 serían en la Comunitat Valenciana.